En 1995, más de veinticinco ciudades del Reino Unido se consagraron a África. En el marco del festival africa95, importantes instituciones como la galería Tate de Liverpool o el museo de Victoria y Alberto en Londres pusieron el foco en el arte y la cultura de ese continente. Una de las muestras más influyentes durante este gran espectáculo fue Seven Stories about Modern Art in Africa. En la galería Whitechapel, de Londres, la curadora Clémentine Deliss y cocuradores africanos se propusieron contar no una sino varias historias sobre el panorama del arte contemporáneo en África.
Concepto y crítica
Los iniciadores de africa95 trabajaron en el programa del festival durante tres años. De suma importancia para el desarrollo del proyecto fueron los seminarios y talleres con artistas africanos, que contribuyeron activamente a dar forma a los eventos de música, literatura, artes visuales y performance. Estos diálogos, pues, constituyeron la base de la muestra cuyo título mismo, Seven Stories about Modern Art in Africa, era parte del concepto. Lo que motivó a Clémentine Deliss no fue contar la narrativa curatorial del “arte contemporáneo africano” sino buscar la pluralidad, no una historia completa sino fragmentos y perspectivas personales. “La exhibición no pretende ser comprehensiva o completa, sino que invita a la audiencia a experimentar una pequeña parte de las manifestaciones conceptuales y estéticas de África en la segunda mitad del siglo XX” [1]
Con la colaboración de cinco cocuradores, la intención de Seven Stories era abordar el desarrollo histórico de la práctica artística en África desde variados y diferentes puntos de vista. Cada uno de los curadores y curadoras se dedicó a una región específica y definió sus movimientos artísticos más importantes. El resultado fue una muestra con trabajos de 61 artistas de siete países, que fueron agrupados en cinco subhistorias: en la sección de Nigeria, el artista y curador Chika Okeke Kurator puso la atención en la influencia de la Zaira Art Society y la escuela Nsukka en la producción artística moderna; el catedrático Salah Hassan presentó obras espirituales de Sudán y Etiopía; por su parte, el artista, curador y activista El Hadji Sy presentó al colectivo Laboratoire Agit’Art bajo la forma de una instalación multimedia en la sección de Senegal. David Koloane, artista y curador, eligió obras sudafricanas que surgieron durante el régimen del apartheid y a la vez a abordaban el futuro del país. Wanjiku Nyachae, que es consultora y coach, curó la sección de Kenia y Uganda. Eligió pinturas