El editor en jefe adjunto de C& Will Furtado habla con uno de los curadores de la BB10 sobre la investigación realizada en el Caribe, los desafíos inesperados y la importancia de contar historias que han quedado sin contar.
Julia Phillips, 10º Bienal de Berlín. De la serie Expanded, 2013–2016: Operator I, 2017; Expanded V, 2016; Expanded VI, 2016; Expanded IX, Quickly Fixed, 2016. Cortesía de la artista. Foto: Timo Ohler.
Portia Zvavahera, Hapana Chitsva, 2018, 10º Bienal de Berlín, cortesía de la artista, foto: Timo Ohler.
Cinthia Marcelle, 10º Bienal de Berlín,1st Meeting of the Legendaries at KW Institute for Contemporary Art. De la serie Legendaries, 2008–2018. Cortesía de la artista. Foto: Timo Ohler.
C&AL: ¿Cómo fue el proceso de trabajar para la bienal teniendo en cuenta que no siempre estabas en Alemania. ¿Cómo funcionó?
Thiago de Paula Souza: Tratamos de encontrarnos lo más posible. Si por alguna razón dos de los curadores estábamos en la misma ciudad, aprovechábamos la oportunidad y nos juntábamos y trabajábamos juntos. Cuando Gabi [Ngcobo] resultó elegida como curadora de la 10a Bienal de Berlín, a finales de 2016, ella estaba en São Paulo. Yo vivo ahí y por casualidad Moses también… Algunos días más tarde viajé a Viena por una muestra en la Akademie der bildenden Künste y me quedé en Europa la mayor parte del invierno. Vine a Berlín y me encontré algunas veces con Yvette [Mutumba] y empezamos a bosquejar algunas ideas. Más tarde, en mayo, fuimos a varias ciudades del Caribe y nos quedamos allí por lo menos un mes. Fue algo muy especial e intenso en lo que se refiere a la investigación. Estuvimos, por ejemplo, en Jamaica, Cuba, Haití, República Dominicana y Puerto Rico.
C&AL: ¿Cómo fue la investigación?
TPS: Yo había estado investigado un tiempo el Caribe y la presencia negra allí, aunque nunca lo había visitado. Son pocos los subsidios o los apoyos para que los curadores o artistas puedan ir al Caribe. Es unos de esos lugares que no son de fácil acceso para una investigación. Probablemente porque está conectado con otra clase de economía… es muy turístico y bastante caro. Entonces, cuando llegamos allí resultó interesante ver las dinámicas locales y algunas silenciosas jerarquías de poder. Tuve que solicitar la visa estadounidense para ir a Puerto Rico y algunos viajes hay que hacerlos vía Miami, es bastante complicado viajar de una isla a la otra.
Todos los lugares fueron especiales. Haití fue importante por la posibilidad de ver un montón de cosa que había escuchado, pensado o estudiado sobre ese país a lo largo de mi vida. Fue interesante ver cómo la gente se organiza (o no) y cómo están creando, reflexionando sobre el arte y más allá del arte. Al final del viaje, también nos encontramos con gente en las Islas Caimán, durante el Tilting Axis, un congreso con artistas y curadores.
C&AL: ¿La residencia está vinculada con la 10a Bienal de Berlín?
TPS: En realidad, no. Trabamos con diferentes instituciones en determinadas partes del mundo. Esto nos ayuda poder a enviar artistas a diferentes lugares. Pero no esperamos que lo que el artista produzca refleje el tiempo específico que pasó allí. No pedimos una obra nueva basa en «lo que usted vio aquí». No pensamos que funcione así, al menos para este proyecto.
C&AL: ¿Cómo funciona?
TPS: Pienso que es algo que quizás lleva tiempo. La experiencia ejercerá su influencia en la práctica y tal vez el artista haga un proyecto diferente en el futuro y entonces ahí se manifestará. Pero no necesariamente ahora mismo, porque a veces se precisa tiempo.
C&AL: Es como invertir en un concepto o una idea.
TPS: Sí. Portia Zvavahera fue a la India, Julia Phillips a Brasil, Mimi Cherono Ng’ok a la República Dominicana, Cinthia Marcelle a Sudáfrica. Tessa Mars, Sam Samiee y Thierry Oussou vinieron a Berlín. Pero eso no se va a ver necesariamente eso en su obra. Al menos no por ahora.
C&AL: En relación con el proyecto final. Si usted tenía expectativas sobre cómo sería, ¿se cumplieron? Pienso en las dimensiones y el número de aristas…
TPS: Creo que todos coincidimos, desde un principio, que sería interesante hacer algo pequeño, íntimo, en una «escala humana» a pesar del tamaño de la plataforma. Y pienso que lo logramos. Considerando que tenemos más de cuarenta artistas, pienso que es pequeño comparado con las muestras que vimos en el pasado. Hoy, por ejemplo, tuvimos un encuentro muy interesante con los mediadores, que ahora estamos convocando. Espero con ansiar ver cómo se comprometen con la muestra y qué tipo de respuesta da el «público». No es que esté obsesionado con la opinión del público, nunca podemos tener un control real de eso, pero es interesante escuchar.
C&AL: ¿Que descubrió sobre los lazos entre Brasil y otros países latinoamericanos y Alemania y Europa? También pienso en los archivos…
TPS: Si uno piensa desde una perspectiva histórica, política o tiene en cuenta las conexiones y colaboraciones artísticas, hay muchas cosas que enlazan a Brasil y Alemania. Y, por supuesto, hay una enorme comunidad alemana en el sur de Brasil, pero no pensé en las conexiones entre Brasil y Alemania o Sudamérica y Europa. No surgió en nuestras charlas curatoriales.
Por supuesto, tenemos nuestros socios y participantes brasileños. En la muestra hay artistas latinoamericanos, dos de ellos de Brasil: Fabiana Faleiros está presentando Mastur Bar, un proyecto sobre la masturbación femenina. Fabiana tiene un bar, que es una instalación, pero dos veces por mes habrá performances que generarán mucho debate sobre los tabúes de la masturbación y el cuerpo femeninos. Ella también está trabajando con gente de Berlín y Brasil.
Y está Cinthia Marcelle: apenas se entra al KW, la primera artista que se ve es ella. Su proyecto se llama Legendaries. Y en la Akademie der Künste Firelei Báez, que vive en Nueva York, con una instalación muy interesante. Ella investigó mucho la Revolución Haitiana y estuvo leyendo Silencing the Past: Power and the Production of History, un libro de Michel-Rolph Trouillot publicado en 1990, que analiza cómo la Revolución Haitiana, conducida por antiguos esclavos, fue algo inimaginable para la mirada occidental. Incluso para los pensadores y filósofos occidentales hubo allí ciertas ideas de libertad e igualdad que no pudieron leer, no pudieron comprender… También está Hegel y Haití, que analiza cómo Hegel fue influido por la Revolución Haitiana cuando comenzó a desarrollar sus ideas sobre la libertad, pero nunca lo mencionó ni nunca escribió una simple nota sobre cómo esa gente estaba luchando, realmente luchando por la libertad. Uno de nuestros objetos es contar algunas historias… y no es que hayan sido olvidadas, sino que simplemente nunca se contaron.
Thiago de Paula Souza es curador y docente. Vive en São Paulo, Brasil. En 2016 cocuró la muestra Living On – In Other Words on Living? en la Academia de Bellas Artes de Viena, Austria. En la 32a Bienal de São Paulo, De Souza se sumó al equipo Accra Study Days, organizado por Gabi Ngcobo como parte del programa público. Además de cocurar la 10a Bienal de Berlín, actualmente investiga la descripción del arte sudamericano y la diáspora africana en el mundo germanoparlante.
Will Furtado es editor en jefe adjunto de Contemporary And (C&). Vive en Berlín.
Traducción del inglés de Nicolás Gelormini