Desde su fundación en 1984, la Bienal de La Habana se estableció como un modelo alternativo al sistema de bienales y exposiciones del llamado “Primer Mundo”. Organizada por el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, la Bienal surgió de la necesidad de crear una plataforma de reconocimiento local e internacional para los artistas caribeños y latinoamericanos. En sus inicios, el evento se organizó como un concurso donde varios artistas competían por un premio. Sin embargo, a partir de su tercera edición, en 1989, la Bienal se rediseñó como un espacio orientado al diálogo y la investigación de las prácticas artísticas de la región.
A pesar de tener entre sus antecedentes a la Bienal de São Paulo (1951), la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano en Puerto Rico (1970), la Bienal de Artes Gráficas de Cali, Colombia (1971) o la Bienal de Pintura Centroamericana (1971), la importancia particular de la Bienal de La Habana radica en su declaración abiertamente política, intelectual, histórica y cultural a favor de los pueblos subdesarrollados.