Zumvi, el archivo fotográfico dedicado exclusivamente a preservar las imágenes de las poblaciones negras en Brasil, documenta desde hace tres décadas la historia de los afrobrasileños.
Manifestación de los practicantes de las religiones afrobrasileñas contra la intolerancia religiosa, 2019. Archivo Zumvi. Foto Lázaro Roberto.
Protesta del movimiento negro durante el Centenario de la Abolición, 1988. Archivo Zumvi. Foto: Lázaro Roberto
Grafiti contra el genocidio del pueblo negro, 2017. Archivo Zumvi. Foto: Lázaro Roberto
En 1988, durante el acto de memoria del centenario de la abolición de la esclavitud, celebrado en la ciudad de Salvador de Bahía, un manifiesto de denuncia y activismo marcó ese día emblemático. Una X grafiteada sobre la imagen de la Princesa Isabel (quien firmó la abolición de la esclavitud en 1888) determinó que su reconocimiento no era el de “libertadora”, sino de partidaria, mantenedora y defensora de la esclavitud, y que su fantasma ya no podía seguir atormentando y asediando los cuerpos negros que luchaban por la libertad.
En la protesta, frases de reafirmación como “a la Princesa se le olvidó firmar nuestro permiso de trabajo” fueron estampadas en pancartas, carteles y vallas publicitarias por toda la ciudad, una prueba de que los movimientos negros de la época, a pesar de haber sido reprimidos por la dictadura militar que había terminado hacía poco, así como por intentos de silenciamiento social a través de la falsa idea de democracia racial, no dejaron de existir y de hacer historia en Brasil.
La Marcha de 1988 fue documentada por las lentes y miradas de Jonatas Conceição, un periodista negro que entendió la importancia de registrar ese momento y convertirlo en una memoria histórica visual. Hoy, este material forma parte de Zumvi, un archivo dedicado exclusivamente a la memoria fotográfica de las poblaciones negras en Brasil.
Un joven hombre negro con una cámara en la mano
Zumvi surgió a mediados de 1990, a partir de la obra de tres jóvenes artistas de las periferias de la ciudad de Salvador: Lázaro Roberto, Ademar Marques y Raimundo Monteiro. Según Roberto, fundador y director del proyecto, los tres comenzaron a fotografiar manifestaciones culturales y artísticas en su ciudad. Años más tarde, debido a las dificultades que enfrentaban por ser negros y trabajar con fotografía, Marques y Monteiro se alejaron del proyecto.
Roberto, por su parte, continuó, pero dice que no fue fácil, ya que la experiencia de un joven fotógrafo negro no está naturalizada en la sociedad brasileña. Sus primeras experiencias estuvieron marcadas por las miradas de miedo de la gente al verlo con una cámara en la mano: eran expresiones de “sorpresa e interrogación. ¿Cómo puede un joven negro de las periferias ser un profesional de la fotografía? Esa, probablemente, era la pregunta que se hacían”.
Hasta hoy, la fotografía sigue siendo un campo elitista y racista y, no por casualidad, las agencias y espacios artísticos dedicados a ella apenas contratan a profesionales negros. En este sentido, Zumvi se destaca como un ejemplo de actuación fuera de esta lógica que mantiene y defiende el racismo y sus estructuras. En más de tres décadas de existencia, el archivo ha reunido alrededor de 30 mil ítems, incluyendo material físico y digital (fotografías, documentos, carteles, objetos personales), donados por sus miembros u otros fotógrafos.
Todo el material está organizado y almacenado de forma independiente en la casa de Lázaro Roberto. Según él, el archivo necesita mayor apoyo en la preservación de este material: “además del papel del Estado en la conservación y salvaguarda de colecciones privadas a través de políticas públicas, también me gustaría que los militantes del movimiento negro fueran más activos en este empeño de mantener la memoria de la imagética negra”.
Cimarroneamiento: modo de ser y de estar en el mundo
Como grupo pionero de profesionales negros en la fotografía, Zumvi siempre ha apostado por una forma de vida que marca las trayectorias de las poblaciones afrobrasileñas y diaspóricas: el “cimarroneamiento”. Tema de estudio de intelectuales como Beatriz Nascimento y Abdias Nascimento, entre otros, el acto de cimarronearse no es sólo un modelo de resistencia, sino sobre todo una forma de ser y de estar en el mundo.
Manifestación a favor de la aprobación de la política de cuotas en la Universidad Federal de Bahía, 2005. Archivo Zumvi. Foto Lázaro Roberto.
Al servir como punto de Convergencia, el acervo Zomvi desafió las premisas de una sociedad estructurada en el borramiento y la subestimación de los cuerpos negros, y estableció el derecho de las personas negras a ser sujetos de sus experiencias y memorias, incluyendo aquellas imágenes que los eternizan. Las contribuciones del archivo son múltiples: un ejemplo de ellas es la aparición de otros colectivos similares, entre ellos Afrotometria, que reúne a fotógrafos negros de la ciudad de São Paulo desde 2018. “En el campo de la autoría negra, veo un escenario prometedor. Estos jóvenes fotógrafos están trayendo cada vez más miradas que se centran en los problemas raciales brasileños”, señala Roberto.
Vallas publicitarias en FRESTAS
El performance colectivo, político y artístico del archivo Zumvi integra los debates de la tercera edición de FRESTAS-Trienal de las Artes 2020/2021 (GRIETAS-Trienal de las Artes 2020/2021), que tiene lugar en SESC Sorocaba, con la curadoría de Beatriz Lemos, Diane Lima y Thiago de Paula. La participación del archivo tiene lugar, entre otras cosas, a través de la presentación de fotografías en vallas publicitarias: elección estratégica de los movimientos negros desde hace décadas.
Caminata en honor a los 300 años del palenque Zombi de los Palmares, 1995. Archivo Zumvi. Foto: Lázaro Roberto
Buscando vías alternativas de financiación, Zumvi abrió recientemente una campaña de apoyo financiero virtual y busca construir una red de apoyo permanente. Se invita a todos los interesados a ponerse en contacto con el archivo a través del sitio web y las redes de comunicación del grupo. “Comprometerse con el mantenimiento de la memoria es un camino hacia una sociedad más consciente y comprometida”, resume Lázaro Roberto.
Luciana Ribeiro es educadora, maestra en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca y por la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP). Es colaboradora de contenidos de Diaspora Galeria y profesora del Departamento de Artes Visuales de la Facultade Santa Marcelina en São Paulo.
Traducción del portugués de Catalina Arango