Visita al estudio

Anaïs Cheleux: Conectar la identidad caribeña a través de la fotografía y la performance

Anaïs Cheleux es una fotógrafa y artista guadalupeña cuyo trabajo se centra en el carnaval y la identidad afrodescendiente, centrándose en el gwo siwo, un jarabe que simboliza la liberación y el orgullo. Su trabajo combina la fotografía y la performance, abordando temas de identidad, espiritualidad, herencia cultural y expresión corporal.

Cuando nos detenemos en la entrada de la casa de sus padres su madre nos recibe con un saludo afectuoso. Aunque el estudio es una extensión de la casa de sus padres, funciona como un espacio de vivienda y trabajo completamente independiente. Brillante, espacioso, con toques modernos y piso de madera que lo vuelve acogedor, el estudio tiene un rincón de libros y en su centro hay un taburete de madera. Tres fotos impresas en placas de aluminio compuesto cuelgan sobre el sofá gris en el que nos sentamos Anaïs y yo.

Cheleux tiene una licenciatura en fotografía pero su práctica con esa disciplina comenzó mucho antes, y estuvo íntimamente vinculada al carnaval y a la propia identidad. Además de participar en actividades carnavalescas, ella empezó a fotografiar diferentes carnavales del Caribe y se fascinó con el uso de la melaza de caña de azúcar, gwo siwo en criollo guadalupeño, como prenda de ropa sobre la piel. “Mi identidad guadalupeña pasa a través del carnaval. Así es como la veo y como la vivo. Visualmente, [el carnaval] es para mí el gwo siwo.” En el carnaval, ese almíbar, que es un producto secundario de la elaboración del ron, representa simbólicamente a los cimarrones, la liberación de la gente esclavizada y orgullosa de su ascendencia africana.

El uso de ese producto en otras partes del Caribe la hizo cuestionar la noción de identidad nacional e identificarse con culturas vecinas. Cuando vio que en la isla Granada se usaba de forma parecida a como se hace en su país, se preguntó a sí misma: “¿Somos en verdad tan diferentes?”

Cheleux señala una de las tres fotografías de la pared pertenecientes a la serie Black Blood (2018), que tomó en Granada, y empieza a poner música en su computadora. Me hundo más profundamente en el sofá. “¿Puedes oír el coro, la nostalgia que hay en el fondo?”, pregunta. Escucho con más atención y bajo los ligeros ritmos de tambor oigo un coro y tenues campanadas. Vuelvo a mirar la imagen y por primera vez en mi vida puedo oír una fotografía que no he tomado yo misma… y la escucho incluso mucho después de terminada la canción. Algunas semanas antes, había estado visitando un estudio con Eliazar Ortiz Roa en República Dominicana y por primera vez me habían hecho oler colores, usando los pigmentos que se mezclan allí. Viendo el trabajo de Anaïs, me siento casi como en trance, algo parecido a lo que me pasó cuando me encontré con la obra de Eliazar.

La inmersión física en la propia obra es un aspecto de la práctica de Anaïs, que ella despliega continuamente y con sumo cuidado. Sé Konsa Nou Yé (criollo guadalupeño: Es así como somos) es una serie en la cual ella intenta hacer que los cuerpos cubiertos de gwo siwo hablen. Al principio ella trabajó con una amiga que era bailarina, pero esta le propuso que la acompañara delante de la cámara. Y Anaïs lo hizo, se cubrió de gwo siwo y empezó a tomar autorretratos. “Cuando me pongo gwo siwo en la piel, algo me pasa”, dice. “Me siento conectada con algo más, con cierta espiritualidad”.

La experiencia de ser artista detrás y delante de la cámara la hizo aventurarse en el arte performativo. Es lógico que el espacio al que ella ingresa cuando hace una performance sea un espacio personal que le permite reflexionar sobre cuestiones muy íntimas también. “Me importa lo que puedo expresar con el cuerpo y no digo con palabras”, me dice Anaïs. Su performance plantea interrogantes de cómo poder expresar la identidad guadalupeña. “Pasa por el carnaval, pasa por mí y también por la vibración que me transmiten el carnaval, los tambores y el gwo siwo.”

En 2022, gracias a una oportunidad facilitada por Arts au Pluriailes, creó la performance Les morts ne sont pas morts (francés: Los muertos no están muertos) con la compañía de danza beninesa Cie Noukpo, donde se funden danza y fotografía, exhibida en el Festival Couleurs d’Afrique en Ouidah, Benin, y en el Institut Français de Libreville, Gabón, en 2023. Fue su primera performance en el continente y en colaboración con un colectivo artístico.

Los viajes, las residencias artísticas internacionales y el intercambio con otros artistas que trabajan en estructuras coloniales parecidas son esenciales para Anaïs Cheleux pero por ahora no tiene planes de abandonar su hogar de modo permanente. Durante sus residencias, se compromete con los contextos locales y los vincula a su vez con su propia identidad. Por ejemplo, en 2023 exploró en la Isla de Gorea, en Senegal, la percusión del assiko cuadrado y su potencial para la transmisión generacional, creando una performance que busca reconectar viejas y nuevas generaciones a través de ritmos de assiko y del gwoup-a-po guadalupeño. La serie fotográfica resultante, Assiko, Xama Xol (wólof: Assiko, mi amor) se despliega en el Off de la Bienal de Dakar 2024 a través de una performance (sin elementos fotográficos) en el contexto del pabellón de Martinica llamado Ceci n’est pas un pays (francés: Esto no es un país).

Poco después de su viaje a Dakar y la postergación de la Bienal debido a los disturbios políticos de mayo de 2024, le envío un mensaje a Anaïs preguntándole por su experiencia allí. Ella afirma que ni el Off ni la Bienal oficial pueden pasarse por alto. “Para una artista joven como yo, el Off fue muy importante. El estímulo de ver presentaciones, prácticas artísticas, trabajos y conectarse con galerías es esencial.” Sin embargo, con tristeza en su voz también manifiesta que “como artista guadalupeña lamento que se haya pospuesto la Bienal, especialmente porque los artistas guadalupeños Stéphanie Melyon-Reinette, Elladj Lincy Deloumeaux y Samuel Gelas son parte de la selección oficial. Parece que en esta edición hay mayor apertura y reconocimiento de los trabajos francocaribeños… pero no voy a tener los recursos para viajar a Dakar de nuevo en noviembre.”

Antes de que Anaïs me lleve de regreso, le pregunto si puedo ver un poco de gwo siwo. Ella se levanta y mientras me muestra una botella dice: “Me he dado cuenta de que uso la misma botella de gwo siwo desde 2020. Con el tiempo se pone más oscuro.” La muestra de Anaïs Cheleux Assiko, Xama Xol podrá verse del 18 de mayo al 18 de junio de 2024. En junio de 2024 participará de una residencia en el CIAP de Saint-Laurent du Maroni, en Guyana Francesa, donde se propone realizar intercambios con comunidades Negras que pusieron en el corazón de su identidad la danza y el cuerpo a través de la cultura y la veneración.

Anaïs Cheleux es una artista guadalupeña que trabaja con medios mixtos. Su obra explora la identidad y las dinámicas corporales caribeñas a través de la fotografía y el arte performático. En su práctica artística se compromete con las tradiciones culturales como el carnaval y el uso de gwo siwo (melaza). Instagram

Marny Garcia Mommertz (ella) es escritora y artista que explora formas experimentales de archivo dentro de la Diáspora y profundiza en la vida de la artista y activista negra Fasia Jansen, una sobreviviente del Holocausto en Alemania. Su práctica artística actualmente se centra en el montaje. Es Managing Editor de C&AL. Instagram

Traducción: Nicolás Gelormini

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