Raquel Villar-Pérez: Cuéntame cómo te convertiste en artista.
Joiri Minaya: Cuando era niña me gustaba hacer arte, así que mi mamá me puso en clases de pintura. Luego, cuando tenía 14 años, me matriculé en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo, en un programa llamado “preparatorios”. Era una clase extracurricular dos veces por semana de dibujo principalmente. Esas clases no hacían parte de la educación formal en la escuela, si uno quería estudiar arte propiamente tenía que presentar un examen. Yo hice el examen, pero no pasé la primera vez, tuve que repetirlo. Y creo que ese fue un momento decisivo, ahí supe que quería seguir la carrera de artista. La segunda vez que presenté el examen, pasé y entré a la escuela. Fue una época intensa porque yo estaba en el segundo año de la escuela secundaria y tenía clases de lunes a viernes, como cualquier otro estudiante de secundaria. Sin embargo, el programa en la Escuela Nacional de Artes Visuales también era de lunes a viernes, cinco horas todas las tardes. De modo que mis últimos años en la secundaria hice dos escuelas, básicamente.
RVP: He notado que la presencia del cuerpo femenino es preponderante en tu práctica multidisciplinaria. Quisiera saber más sobre esto. ¿Cómo te interesaste en hacer del cuerpo de las mujeres algo tan central en tu obra?
JM: La sola experiencia de ser mujer en el mundo te hace darte cuenta de que no tienes mucha representación o, por lo menos, una representación justa. De hecho, el cuerpo de la mujer suele ser objetivado o entendido como un objeto decorativo. Incluir el cuerpo femenino en mi trabajo tiene que ver, en gran parte, con ser agente de mi propia representación.
Me interesa también la convención del retrato. Cuando comencé a estudiar arte, me di cuenta de que había mucho retrato y representaciones de la figura humana. Es un tema permanente en la creación de imágenes. En mi trabajo, retratar a las mujeres tiene que ver con mi experiencia como mujer en el mundo; con mi experiencia como migrante en los Estados Unidos, y con la hipervisibilidad con la que lidian los inmigrantes. Desde que comencé en las artes visuales, siempre he gravitado alrededor de la representación de los cuerpos de las mujeres y del paisaje.