La traducción, al igual que el arte, trasciende los límites lingüísticos, culturales y temporales. De modo semejante, la encruzilhada implica la transmutación de sedimentos culturales y ancestrales. La práctica de traducción de Jess Oliveira se nutre profundamente de ese concepto y busca hacer re/sonar el pensamiento negro a través de las lenguas, el tiempo y el espacio.
Foto: Jess Oliveira
El arte y la traducción comparten el poder de trascender barreras de lengua, fronteras nacionales, y significados. Ambos implican movimientos, transposiciones y transmutaciones de forma, espacio y tiempo. La traducción es en sí una forma de arte que involucra no sólo la transferencia lingüística, de palabras sino también de los matices culturales, políticos y emocionales contenidos en aquellas. Yo navego el des/equilibrio de preservar el mensaje del texto fuente y a la vez conservar –o más bien, transcrear– la forma. El proceso es semejante al modo como los artistas interpretan el mundo y lo presentan a través de diferentes medios. Traducir es habitar la encruzilhada.
Y no hay modo de definir encruzilhada como un concepto único, cerrado. Es una fuerza, una entidad; indica conexión, convergencia y desviación, un portal, un sistema epistémico, movimiento. Es donde convergen múltiples códigos para expandirse al infinito. En consecuencia, también es traducción. La poeta e investigadora Leda Maria Martins describe encruzilhadas como “la fundación de pensamiento y acción” que funciona “como un traductor y operador de los principios que estructuran el pensamiento negro. Es la cartografía fundacional de la epistemología delimitada por las sabidurías africanas y afrodiaspóricas.”
En mi trabajo de más de una década como traductora para instituciones artísticas trasnacionales y revistas orientadas al arte, así como también para el mercado editorial de Brasil y del extranjero, me ha resultado fascinante percibir las similitudes y disimilitudes en el arte/pensamiento de artistas y pensadores afrodescendientes de América Latina, África, Europa o los Estados Unidos, especialmente cuando se trabaja con/contra/en medio de las palabras. En las intersecciones del arte en/como traducción es crucial entender primero los conceptos y después el modo como los artistas ponen en movimiento esos conceptos. Por lo general las textualidades muestran una forma que procuro honrar y enfatizar a través del arte de la traducción.
Profundamente enraizado en la espiritualidad, historia, pensamiento y arte negros brasileros, el concepto mismo de encruzilhada no es tan fácil de traducir. Encruzilhadas, comúnmente simbolizado por la figura de Eshu, el Orisha de la comunicación y el movimiento, el mensajero entre los mundos, es también una clave teórico-conceptual para abordar el arte negro. En A cena em sombras (Una escena en sombras)(1995), Leda Maria Martins explora el teatro negro estadounidense y brasilero a través del concepto de encruzilhada. Teje memorias, ritos y mitos, conecta la diáspora del Atlántico Negro con la ancestralidad y la cultura africanas a través de la encruzilhada y resalta puntos de conexión, cruces y trasmutaciones. En ese contexto, traducir encruzilhadas por crossroads o intersections puede llevar al lector al significado visual o literal de “lugar donde los caminos se cruzan”, o incluso a su significado figurado de “punto en el que se debe tomar una decisión importante”, pero sus significados estéticos, espirituales, ancestrales, basados en visiones del mundo africanas y afrodiaspóricas, pueden perderse. Cuando se lo traduce, es de vital importancia añadir una breve explicación para evitar el epistemicidio. Además, conservar la misma complejidad que el concepto tiene en sus orígenes puede ayudar a ampliar el marco analítico de su recepción en el mundo anglófono.
Blackness se suele traducir al portugués como “negritude” (negritud), aunque pensadores como Abdias Nascimento trajeron a Brasil y adaptaron el término “négritude” a partir del movimiento francófono Négritude de los años treinta. Hoy, cuando el término no se refiere a ese movimiento literario, suelo traducir Blackness como “negridade”. La intención es ampliar la Négritude abordando el borramiento de pensadores de esa época menos conocidos pero no menos importantes como Paulette y Jane Nardal; simultáneamente, aludo al pensamiento de Denise Ferreira da Silva, que también emplea ese término. Pero lo más importante es que a través de la traducción no estoy interesada en capturar los significados de Blackness o encruzilhada sino en mantenerlos en su elemento, es decir, mantenerlos siempre en movimiento.
Uno de los aspectos más cautivadores de la traducción en el campo del arte contemporáneo es su habilidad para establecer conexiones. Estas conexiones exceden las lenguas y se dan entre pueblos, culturas, historia, geografía y expresiones artísticas. Es un placer traducir un verso de la poeta y ensayista May Ayim del alemán al portugués y a la vez citar una línea de la poeta y escritora Carolina Maria de Jesus en Quarto de Despejo (Cuarto de trastos): “A noite está tépida. O céu já está salpicado de estrelas. Eu que sou exótica gostaria de recortar um pedaço do céu para fazer um vestido.” (La noche está tibia. El cielo está salpicado de estrellas. Yo, que soy rara, querría recortar un pedazo de cielo para hacer un vestido). De este modo, los versos de Ayim: schwarzblauer himmel über mir/ silbersterne dran, se vuelven: céu preto azulado sobre mim / salpicado de estrelas cintilantes (cielo negro azulado sobre mí / salpicado de estrellas titilantes).
Transcrear los significados de “(in the) wake”, tal como lo desarrolló Christina Sharpe, para hacer una tenue aliteración –(no) vestígio, velório, (na) vigília, vereda– en mi traducción de su libro homónimo, constituyó un desafío no sólo en términos de transcreación sino principalmente de comprensión de mi trabajo y el de la autora. Mi práctica de traducción es un espacio de encuentro en el que el arte/pensamiento afrodiaspórico se encuentra, se mezcla, transmuta y pervive. Como un centro de fuerzas –donde creativamente y con cuidado pongo en movimiento conceptos ajenos, los introduzco en otra cultura, descubro sus resonancias pre-existentes y así desafío los lenguajes articulados en gramáticas (sean lenguas nacionales o sistemas artísticos)–, mi práctica de traducción es(tá en la) encruzilhada. En ese espacio liminar, yo, también, soy el mensajero.
Los códigos compartidos dentro de la diáspora africana –que están siendo incorporados tardíamente las instituciones artísticas– pueden tener nombres diferentes, portar significados ligeramente diferentes o ser no verbales. Mi trabajo está guiado por la tarea de estar abierta a esos códigos, involucrarme profundamente con ellos, ser consciente de ellos. Al estar en/ser las encruzilhadas y permitir que sus fuerzas impregnen nuestros estudios y prácticas, comprendemos más profunda y ampliamente la importancia de la traducción dentro de los espacios artísticos y de las prácticas artísticas en cuanto traducción, pues hacen re/sonar lenguajes (coloniales) y remodelan una vez más el arte contemporáneo.
* Este texto es parte de una colaboración editorial entre Pro Helvetia y C&AL. Pro Helvetia ha brindado a través de Looren América Latina apoyo a las conversaciones transatlánticas con proyectos que juegan un papel importante en el fomento de las conexiones no sólo entre arte y traducción sino también entre los continentes. Al reunir a traductores y artistas de América Latina mediante proyectos como Encruzilhadas Brasil, Moçambique e Suíça, Looren América Latina crea plataformas de diálogo e intercambio enriqueciendo los paisajes culturales de todas las regiones y los lenguajes (oficiales o no) involucrados. Estas colaboraciones propiciadas por Looren América Latina permiten la polinización cruzada de ideas y llevan a la indagación de las prácticas artísticas y de traducción.
Jess Oliveira es traductora, profesora en el Departamento de Alemán en la UFBA y poeta. Tiene un doctorado en Literatura y Cultura y fue miembro del antiguo Grupo de Investigación Traduzindo no Atlântico Negro en la UFBA. Finalista del Premio Jabuti 2020 en la categoría de Traducción, ha traducido obras de Denise Ferreira da Silva, Dionne Brand, Leda Maria Martins, bell hooks, Grada Kilomba, May Ayim, Ibi Zoboi, Christina Sharpe, Patricia H. Collins, tatiana nascimento, entre muchas otras. Jess forma parte del dúo de traducción y arte cocoruto, una plataforma dedicada a enfoques y prácticas de traducción experimental. Más información en: https://www.cocorutoartduo.com
Traducción: Nicolás Gelormini