¿Obras etnobiográficas, instalaciones ficticias o simplemente trabajos que hacen que el muro entre el documental y la ficción se desmorone? Las herramientas utilizadas por el Proyecto Morrinho, en Río de Janeiro, catalizan y resignifican a través del lenguaje audiovisual la imaginación de la comunidad de su entorno.
Proyecto Morrinho. Foto: Cirlan Oliveira
Proyecto Morrinho. Foto: Chico Serra.
Una maqueta montada en lo alto de la comunidad del Pereirão, en el barrio de Las Laranjeiras, en la zona sur de Río de Janeiro, es el origen de la TV Morrinho. El proyecto nació en 2001, al inicio de la renovación promovida por la tecnología digital en el medio audiovisual, y se destacó por huir de los modelos consagrados por los medios tradicionales para dar forma a las narrativas de grupos marginados. Los videos de cinco minutos, en promedio, reproducen el día a día de la favela de forma lúdica, con buen humor y altas dosis de invención y color local. Todo filmado en una maqueta de 450 metros cuadrados a cielo abierto, mímesis de la favela, dentro de la cual «viven» muñecos hechos con bloques de lego, avatares de los tipos humanos que circulan por el mundo real de la favela del Pereirão.
A diferencia de otros proyectos de democratización del sector audiovisual, que parten desde el exterior hacia el interior de las comunidades, el lenguaje del Morrinho ya existía, como broma, desde 1998. Cirlan Souza de Oliveira cuenta que el Pereirão era una de las favelas más peligrosas de la ciudad. Para mantenerse alejados del narcotráfico, el adolescente de 14 años, junto con su hermano Maycon, de 8, comenzaron a construir una pequeña favela en el patio de su casa. La broma atrajo a más chicos: el vecino Ranieri quiso participar, trajo con él otros cinco residentes, y el grupo de ocho «arquitectos» fundadores del Morrinho quedó formado.
El efecto visual de la maqueta impresiona, ladrillos coloreados suben por la ladera de un barranco rodeado de árboles de yaca. Por los callejones y laderas: casas, escuela de samba, guardería, cantina, venta de droga, cancha de fútbol. Los muñecos, animados por las manos y voces de los bromistas, son divertidos personajes sin pelos en la lengua. Hay un traficante en lego expandiendo el territorio; DJ en lego poniendo música en un baile funk; un estudiante en lego de camino a la escuela e, incluso, un saci (figura del folclor popular brasileño) en lego castigando a quien les roba los dulces a los niños.
Autoría colectiva
La dirección de arte se esmera en los detalles. En el video A piscina do Peri (La piscina de Peri), un pote de margarina es el tanque donde nadan los muñecos. En Bicicleta no Morrinho (Bicicleta en el Morrinho), un lego-ciclista es atropellado por el carro blindado del Batallón de Operaciones Policiales Especiales, el Bope, vecino del Pereão. Un muñeco del expresidente Michel Temer es secuestrado en A guerrilha na explanada (La guerrilla en la terraza). Lego-guerrilleros revolucionarios exigen «buen empleo, buena educación, transporte público con aire acondicionado». En A revolta dos bunecos (La revuelta de los muñecos), lo metalingüístico domina: muñecos de lego descubren que los chicos van a viajar a una exposición, una vez más sin ellos, y se quejan de la injusticia. Lo que sigue es un debate sobre la autoría de una obra colectiva.
Tanto en el juego, como en las escenas de video, las reglas son estrictas. Los movimientos irreales están prohibidos. «No es un juego de superhéroes», recuerda Cirlan. Volar, saltar más alto que un palmo o correr más rápido que un auto son acciones prohibidas. Un árbitro vigila cada movimiento para hacer cumplir las reglas del Morrinho.
Fuera de la favela, no se conocía el Morrinho. Durante la cobertura de una guerra entre facciones rivales, sin embargo, reporteros de un periódico sensacionalista de Río de Janeiro descubrieron la maqueta. El artículo, publicado en 1999, insinuaba que los narcotraficantes usaban la miniatura para planear rutas de escape. El mundo de las artes, sin embargo, saludó el descubrimiento de los niños del Pereirão. En los dos años siguientes, Cirlan asistió a los cursos de arte de la ONG Recuperar-te, impartidos por el escultor Sergio Cesar, conocido por sus escenarios de favela hechos en cartón.
El potencial artístico de las maquetas
La metamorfosis del juego en lenguaje audiovisual tuvo lugar en 2001. La filmación del documental Morrinho, Deus sabe tudo, mas não é X-9 (Morrinho, Dios lo sabe todo, pero no es X-9), de Fabio Galvão y Markão Oliveira, fue acompañada de un taller de video y de un trabajo de concientización sobre el potencial artístico, político y social de la maqueta. La libre vivacidad del juego en la maqueta fue llevada a la producción audiovisual.
Es difícil enmarcar estos trabajos en algún tipo de género. Podemos considerarlos obras documentales etnobiográficas. Si le damos vuelta a la producción, de pies a cabeza, encontramos pistas de documentales ficticios y viceversa. Una mirada más atenta, y el muro entre el documental y la ficción se desmorona. Sin embargo, desde todos los puntos de vista, lo que surge es un conjunto de procedimientos narrativos que cataloga de forma singular el imaginario de la comunidad y lo resignifica en el lenguaje audiovisual.
No tardó mucho para que el Proyecto Morrinho se convirtiera en una referencia del arte urbano. Los «arquitectos» de Pereirão comenzaron a ser contratados para construir réplicas de la maqueta en espacios que van desde vitrinas de tiendas, como en el Rio Design Center, en 2002, hasta el Museo de Arte de Rio, el MAR, en 2013. Hoy organizan talleres y exponen en Europa, Estados Unidos y Sudamérica. En 2007, fueron invitados a exponer la maqueta en los jardines de la 52ª Bienal de Artes de Venecia. Ese mismo año, el video O saci no Morrinho (El saci en el Morrinho) ganó premio al mejor filme en el Festival Visiones Periféricas de Rio; Acadêmicos do Morrinho (Académicos del Morrinho) recibió el premio «Curta o curta» en el Festival Internacional de Cortos de São Paulo; y Nickelodeon exhibió durante seis meses cuatro videos hechos para ese canal de televisión.
Anna Azevedo es periodista, artista y curadora interesada en la intersección entre el cine y las artes visuales.
Traducción del portugués de Catalina Arango Correa