A través del humor y la materialidad, el artista guatemalteco problematiza la noción de mestizaje y visibiliza la persistencia de cuerpos e historias que desobedecen las narrativas oficiales. Sus obras revelan trayectorias migrantes no lineales y conexiones intuitivas entre China, América Central y el Caribe.
Esvin Alarcón Lam, Paisajes mentales de bambú, 2024. Foto: Hazel Kılınç & Deniz Karagül. Cortesía del artista.
Esvin Alarcón Lam, La Ruta de la Seda, 2017. Foto: cortesía del artista.
Un cuero cabelludo inflamado, marcado por las huellas del injerto capilar, aparece en primer plano. Se trata de un autorretrato simbólico que encarna y representa el vínculo entre territorio, desplazamiento y el cuerpo del artista guatemalteco Esvin Alarcón Lam, en su reciente obra Paisajes mentales de bambú (2024). A partir de la historia familiar de su bisabuelo, migrante chino que se estableció en Ipala, Chiquimula, Alarcón Lam investiga, el silenciamiento de la historia de la diáspora china por parte de los discursos coloniales y nacionales de Guatemala. La obra de Alarcón Lam supura por los poros de esa narrativa monolítica como una filtración de un silencio espectral, con la voluntad de subvertir y permear densos discursos nacionalistas, y a la vez dejarse absorber por un complejo territorio. De este modo, sitúa su pensamiento y cuerpo en la especificidad del lugar, respondiendo a su historia desde la fluidez y la contaminación recíproca.
Porosidad Intuitiva es el título de su exposición en la daadgalerie de Berlín en 2024, donde presentó las obras La Ruta de la Seda (2017) y Paisajes mentales de bambú (2024). Simultáneamente, mostró The Practical Guide to Gardening (Guía práctica de jardinería) en Künstlerhaus Bethanien. Desde una poética que pone atención a la materialidad y haciendo uso de un sutil humor como herramienta para penetrar densidades y problematizar definiciones esencialistas de la identidad, Alarcón Lam cuestiona la noción de lo mestizo, posicionándose en una oscilación constante entre categorías impuestas. Reconoce y valora la historia y a los pueblos originarios del territorio que habita, enunciándose desde un lugar que incomoda a la mirada blanca hegemónica.
Esvin Alarcón Lam, Vista de exhibición de Intuitive Porosity, daadgalerie, 2025. Foto: Thomas Bruns. Cortesía de DAAD.
Ruta de la seda En 1921, con motivo del centenario de la independencia, la Colonia China en Guatemala obsequió al pueblo guatemalteco un arco chino que fue erigido en la Plaza Central de la ciudad de Guatemala, en el lugar donde hoy se alza el Palacio Nacional de la Cultura. Seis años después, el dictador Jorge Ubico ordenó su demolición, a diferencia de otros monumentos que simplemente fueron reubicados. En La Ruta de la Seda, Alarcón Lam reconstruye la silueta del arco utilizando prendas de segunda mano, importadas desde Estados Unidos pero manufacturadas en países asiáticos, que fueron dispuestas directamente sobre el suelo de esa misma plaza. La pieza se activa a medida que los transeúntes toman las prendas, haciendo que el arco de tela desaparezca lentamente. Este gesto poético queda registrado en un video que muestra tomas aéreas y la participación del público en el espacio urbano. Con esta acción, Alarcón Lam reactiva simbólicamente las múltiples capas de la memoria histórica, donde se entrelazan la diáspora china, las comunidades indígenas locales y la lógica colonial que aún estructura muchas de las relaciones transnacionales contemporáneas.
La obra no sólo visibiliza la historia de silenciamiento y borramiento sistémico hacia los cuerpos no-blancos, sino que también se inscribe en una actitud de desobediencia frente a las expectativas de “buen comportamiento” impuestas al migrante chino, recuperando una memoria poco conocida de figuras rebeldes y contestatarias dentro de esa diáspora. Esta historia, lejos de ser un caso aislado, se entreteje con otras formas de resistencia que, desde distintos territorios y cuerpos, han enfrentado los dispositivos coloniales. En ese entramado, resuenan también las luchas sostenidas por los pueblos originarios del país –los xinca, los garífuna y los pueblos maya–, cuya persistencia ha delineado una de las formas más contundentes de oposición a la colonialidad que aún estructura la nación.
Bambú y territorio Floyd McClure fue un botánico estadounidense que vivió en Cantón, China, donde estudió la planta del bambú. En Paisajes mentales de bambú, presentada en la daadgalerie, Esvin explora las dimensiones históricas y contextuales del bambú en relación con el territorio centroamericano, trazando conexiones entre el trabajo de McClure y la historia de la United Fruit Company. Alarcón Lam investiga las estrategias que Occidente utilizó para extraer y trasladar recursos de distintas regiones –plantas, semillas, conocimientos– y así construir un modelo de producción en el que el cuerpo no-blanco se convierte en mano de obra barata. Frutos asiáticos eran introducidos en territorios previamente despojados a comunidades indígenas, para que luego esas mismas poblaciones y migrantes chinos trabajaran la tierra.
Por otra parte, la serie de fotografías presentada en Künstlerhaus Bethanien expone un trasplante capilar realizado en la cabeza del artista, estableciendo una intersección simbólica entre la experiencia diaspórica de Esvin y la historia de los monocultivos como extensión de una mentalidad colonial orientada a la uniformidad. En las imágenes se observa una inflamación en la zona del trasplante, una metáfora de un territorio afectado por una nueva planta, por una inserción artificial; un autorretrato a partir de la relación alegórica entre planta y cabello. Ironizando su propio cuerpo diaspórico disidente, expone la descabellada lógica extractivista de despojo de territorio y extracción de recursos.
Trayectorias El entrelazamiento de las trayectorias del bambú, los bananos y las migraciones chinas evidencia una historia compartida y no lineal, que se manifiesta de forma intuitiva en las obras de Esvin Alarcón Lam. En los logotipos de las comunidades chinas de ultramar, el barco siempre apunta hacia la tierra de origen, sugiriendo un eventual retorno. Aunque parte de esta migración echó raíces en América, muchas personas regresaron, y otras continuaron su desplazamiento hacia distintos países. Incluso al establecerse en lugares como Estados Unidos o Guatemala, se mantiene un vínculo profundo con la tierra de origen, una conexión persistente con el territorio ancestral.
Esvin Alarcón Lam (Guatemala, 1988) trabaja con escultura, instalación, video y otros medios. Su obra explora la migración, la memoria y el desplazamiento desde una perspectiva queer. Se inspira en su historia familiar como parte de la diáspora china en Centroamérica.
Esteban Pérez (Quito, 1992) es un artista radicado en Berlín. Su obra explora modos alternativos de atención para relacionarse con el mundo más-que-humano y el paisaje.