Una conversación con tres colectivos sobre el papel de las plataformas autogestionadas por artistas: Misheck Masamvu de Village Unhu de Zimbabwe, integrantes de lugar a dudas y Adriana Quiñones León de Afrorexistencia, ambos de Colombia.
Cali Choreography Dancing Show. Ana María Millán y Mónica Restrepo en colaboración con la Liga Femenina de Baile, 2008. Captura de pantalla tomada del video Casa Proartes, canal calichoreography (Youtube)
Afrorexistencia, Adriana Quiñones-León, Miradas anónimas, protagonistas olvidados, 2012. Esténcil. Cortesía de Afrorexistencia
Misheck Masamwu, Crosses, 2016. Óleo sobre tela. Cortesía da Galería Goodman
C&: Siendo artistas, ¿por qué decidieron crear un espacio de arte?
Misheck Masamvu: Hace algún tiempo creamos Artists in Conversation, una intervención para hablar sobre los males impuestos a los artistas por instituciones. Era una buena plataforma pero terminó en desastre y parloteo innecesario. Entendí entonces que hablar realmente es presentar un producto y hablar sobre él, y no pronunciarse a favor o en contra de una idea que todavía está en la imaginación. Creemos fervientemente que los artistas tienen que construir alrededor de su práctica alguna forma de estructura que les permita desarrollar su trabajo en una organización, sin que se vea influido o prescrito por instituciones o fuerzas del mercado.
Adriana Quiñones León: El colectivo Afrorexistencia surge del deseo y la necesidad vital de establecer un camino de acción colectiva que utilice la comunicación social y las prácticas y los lenguajes artísticos para contribuir a la transformación de las injustas realidades que viven las comunidades del Sur Global. Para este fin, Afrorexistencia se inscribe como un capítulo de ese impulso y esa labor creativa en los que el protagonista y sujeto histórico es un afrodescendiente.
Los artistas responden a esta precariedad institucional a través de la autoorganización, la ética del "hazlo tú mismo", las iniciativas temporales y, en general, un rico conjunto de prácticas informales.
lugar a dudas: lugar a dudas surgió como un intento de responder a las necesidades de la escena artística de Cali en un momento histórico en que, a pesar de la actividad frenética de algunos grupos de artistas, no había espacios para mostrar las obras ni iniciativas que apoyaran sus prácticas. En esa época, más que ahora, las instituciones ignoraban a esos artistas y actuaban según criterios populistas sin la menor idea de lo que era una política cultural. Así, el proyecto nació como un gesto de resistencia cultural. La idea de crear un espacio fue una iniciativa de Oscar Muñoz y Sally Mizrachi. Su implementación ha sido el resultado de un esfuerzo colectivo. El proyecto se ha venido construyendo a lo largo de una década con la participación de muchos artistas y gente que contribuyó desde diferentes perspectivas y disciplinas para crear oportunidades de intercambio y diálogo. Quien quiera puede echarle un vistazo a la lista de nuestros residentes y artistas invitados en nuestro website: lugaradudas.org.
lugar a dudas también se ha beneficiado con el apoyo y la colaboración de destacados artistas de Cali, que han sido parte del equipo coordinando todas nuestras actividades y volviendo efectivas decisiones tomadas a través del diálogo y la negociación. Nuestra meta es promover una comunidad inclusiva más que sólo una plataforma para difundir a unos pocos, esa es la razón por la que evitamos, entre otras cosas, mencionar ciertos nombres célebres antes que otros.
A lo largo de los años hemos estado explorando diferentes modos de acción, nos hemos sumado a redes, experimentado prácticas cruzadas, plataformas participativas y otros formatos para aumentar los modos en que los artistas pueden mostrar su obra e interactuar con sus audiencias.
C&: ¿Podrían compartir con nosotros la visión y las metas de sus plataformas artísticas?
MM: Nuestra visión es bastante difícil de realizar. Por otro lado, las metas son muy simples. La meta es mejorar nuestras condiciones y nuestra realidad. Actualmente, Village Unhu pone a disposición de los artistas estudios y alojamientos. Tenemos un programa de residencias que alberga a artistas por máximo tres meses. Hemos creado un espacio de galería y/o de exhibición. La visión es tener un grupo de gente o, en esta fase, de artistas que hagan preguntas y entiendan que no todas las preguntas merecen ser respondidas con palabras. A través de nuestra obra establecemos una posibilidad para iniciar un nuevo giro en los acontecimientos o experiencias. La visión va más allá de animar a los artistas para que tengan abiertas sus puertas a los otros necesitados. A través de la plataforma tenemos la posibilidad de mirar dentro de nosotros mismos y de aprender de los otros.
AQL: Afrorexistencia busca recuperar la memoria histórica afrocolombiana a través de la paleografía y la etnografía, y a la vez facilitar la reapropiación de esos recuerdos –a través de lenguajes artísticos, audio-musicales, visuales y escritos– por parte de las mismas comunidades a las que pertenecen.
lad: Más allá de la visibilidad de productos artísticos concretos, lo cual, obviamente, nos importa mucho, lugar a dudas pone especial énfasis en temas que surgen en la sociedad actual, y lo hacemos para resaltar diferentes puntos de vista, exponiendo contradicciones y divergencias que generen complejidad y pensamiento crítico.
El espacio, que es un centro artístico que a su vez incluye un centro de documentación, salas de exposición, un programa de residencias, proyecciones de películas, seminarios, talleres y más, actualmente está redefiniendo su visión para poder integrar escenas artísticas de la ciudad con una nutrida comunidad de académicos, pensadores, activistas sociales, escritores, escenas juveniles, y otras comunidades que funcionan como agentes sociales. A partir del consenso sobre lo que debe hacer un artista, estamos tratando de crear espacios donde esos supuestos se cuestionen, se transformen y se redefinan. Para eso estamos tratando de reforzar nuestra organización como espacio de educación, discusión y pensamiento crítico. Bajo la consigna “Educación sin escuela”, estamos explorando caminos distintos, buscando experiencias nuevas, interlocutores y la posibilidad de aprender de nuestros errores y nuestras acciones.
C&: Cuéntennos un poco sobre los respectivos nombres de las plataformas: Village Unhu, Afrorexistencia y lugar a dudas.
MM: En realidad, se suponía que el nombre sería “dunhu unhu”. Después lo dejamos como Village Unhu. En esta etapa, village no se refiere a un lugar, es un munyati, la idea de reunir y desplegar diversas miradas y experiencias. Como suele decirse, el niño nace para ser criado por todos. Aunque nuestras historias puedan narrar la experiencia individual, la historia a menudo habla de todos. Unhu no es una idea ni un concepto. Unhu es una huella de la humanidad.
AQL: El nombre Afrorexistencia hace referencia a las variadas y nuevas formas de existencia instauradas por los descendientes de la diáspora africana en las regiones donde se han establecido, y también los modos en que ellos resistieron la esclavitud, la borradura, la discriminación y la explotación.
lad: lugar a dudas significa que hay espacio para dudas, es un nombre que, sin duda, reafirma el derecho de pensar dos veces, de nunca estar cómodos en ninguna posición, de ejercitar una saludable oposición desconfiando incluso de la duda y la negatividad, por medio de la acción, la organización y la producción cultural. Tener espacio para dudas no implica paralizar y rechazar. No es un estado de inacción sino una declaración en defensa de lo provisional.
C&: ¿Cómo describirían la comunidad artística en sus respectivos contextos? ¿Qué diálogo establecen con ella?
MM: Yo sé que hay mucha gente creativa y sensible en Harare. No estoy seguro de que consideren apropiado que yo hable en su nombre. La comunidad artística de Harare es sensible y por encima de todo es capaz de elevarse por sobre sus “realidades” precarias.
AQL: Nosotros pensamos la comunidad artística afrocolombiana como un actor social que se expresa a sí mismo a través de dialectos, formas de conocimiento, y expresiones tradicionales que algunos llaman folclóricas, y que han sido transformadas por la historia y han tomado nuevas formas. Concebimos nuestras contribución como una perspectiva revisionista histórica de la historia cultural afrocolombiana. Por ejemplo, preparamos una publicación ilustrada que es el producto de un riguroso trabajo etnográfico de archivo, pero que utiliza un lenguaje visual y escrito accesible para todo público. Esta publicación busca articular la memoria y las identidades de la gente de descendencia africana oprimida por el proceso colonial, porque creemos que “el camino más corto hacia el futuro es un conocimiento profundo del pasado”.
lad: Cali es una ciudad con una población de dos millones y medio de personas. La ciudad tiene un museo de arte, dos galerías comerciales y cinco programas profesionales de arte, cada uno de ellos con su abordaje particular. La falta de políticas culturales estructuradas implica que hay un amplio rango de necesidades en las diferentes comunidades artísticas de la ciudad. Los artistas responden a esa precariedad institucional a través de la autoorganización, éticas de autogestión, iniciativas temporarias y, en general, un variado conjunto de prácticas informales. lugar a dudas trabaja localmente promoviendo las iniciativas de los artistas y facilitando el acceso a la información, el conocimiento y las posibilidades de fortalecer esas diferentes iniciativas locales y sus modalidades de interactuar entre sí de modo provechoso.
C&: Con relación a las diferentes maneras de colaboración, ¿cómo ven el papel de la educación en su práctica artística y en relación con su espacio artístico?
MM: El papel de la educación puede considerarse una farsa. El papel de la educación se ha reducido a transferir información sin traducirla a partir de experiencias reales. Obsesionarse con las palabras y hablar de una historia citable es dejar de lado la realidad y la experiencia del presente. Aunque tu trabajo sea hablar desde el corazón sobre lo que sabes, no tienes que trabajar como te dijeron que lo hicieras.
AQL: El lugar del arbitraje y la educación cultural es fundamental, por eso es necesario desplegar conexiones entre la producción intelectual académica y otros sujetos epistémicos a través de la mediación de lenguajes artísticos en la codificación/decodificación de discurso.
lad: Para nosotros ha sido crucial fortalecer la relación entre prácticas artísticas y pedagógicas. Incorporamos el slogan “Educación sin escuela” como un enunciado que guía nuestra acción y unifica nuestra misión, ofreciendo espacios y oportunidades para que los practicantes implementen nuevas formas de trabajo y organización, para construir redes, para conectar entre sí las comunidades locales e internacionales de agentes culturales, instituciones, colegas, y producir estratos complejos de pensamiento, práctica y afecto.
Estamos aprendiendo a aprender de aquellos que vienen a aprender en nuestro espacio. Estamos pensando en el entramado, en la necesidad de afectar y ser afectados por otros a la distancia.
Misheck Masamvu, Crosses, 2016. Óleo sobre tela. Cortesía de Goodman Gallery.
C&: Misheck, ¿puede contarnos un poco sobre su contribución a la pasada 32a Bienal de San Pablo (2016)?
MM: La obra sólo puede pintarse por la noche, generalmente a la medianoche. Se ha vuelto un ritual. Parece que el tiempo se detiene, un tiempo indeciso. Mi trabajo es sobre la duda, sobre alcanzar un estado de claridad mental. Comprometerse con la vida y desafiar a los espíritus que se alzan por la noche.
C&: ¿Cómo se le ocurrió esta idea?
MM: Creo que estoy frustrado de haberme dado cuenta de que el conocimiento nacido de miedos imaginarios tiene cautiva mi realidad. ¿Por qué tengo que vivir con miedo al mañana?
Aïcha Diallo ha trabajado como co-directora del programa de educación artística KontextSchule, afiliado a la UdK / University of the Arts, Berlín y como editora asociada de Contemporary And (C&).
Traducido del inglés por Nicolás Gelormini.