Desde que la campaña #metoo resurgió en 2017 en el marco del escándalo de Weinstein, mucho se ha escrito y dicho sobre el acoso sexual. El enfoque también cambia constantemente. Ahora regresó a Tarana Burke, fundadora de #metoo, e incluso llegó al mundo del arte. Algunos dicen que la discusión ya fue demasiado lejos, otros que no se ha avanzado lo suficiente. Algunos dicen que debería haber más inclusión de las mujeres no occidentales, otros piensan que ahora hay que enfocarse en los hombres. Hablamos al respecto con un grupo de mujeres del mundo del arte.
Judith con la cabeza de Holofernes, de Cristofano Allori (registro de Hettie Judah)
Preguntamos a mujeres del mundo del arte cómo seguimos a partir ahora. A continuación, sus respuestas:
Christine Sun Kim, artista
Quiero ver nuevas leyes que brinden mayor protección a las mujeres, a los hombres negros, a los niños pequeños de las escuelas, a la gente con discapacidades y a los inmigrantes. Creo firmemente que las leyes modelan la forma en que la gente piensa. A su vez, esto normalizará el estado de cosas ideal. Si hubiera una ley para cerrar la brecha de género salarial, habría más mujeres CEO. Si hubiera una ley que castigara la brutalidad policial, habría veredictos verdaderamente justos. Si hubiera una ley de control de armas, ninguno de nuestros maestros tendría que portar armas. Si hubiera una ley de igualdad de oportunidades laborales para gente con discapacidad, habría un montón de artistas sordos. Si hubiera una ley de apoyo a los inmigrantes, no habría deportaciones. Tenemos que recurrir a procesos legales y convertir los hashtags en leyes.
Hettie Judah, crítica de arte
#Metoo no se ocupa de los coqueteos torpes o de las faltas a la etiqueta en una cita: se ocupa del abuso de poder. Mientras la amenaza y la coerción sexuales sean usados como instrumentos de poder y mientras los individuos –femeninos, masculinos o no binarios– sean sometidos al abuso disfrazado de sexo en las manos de aquellos que tienen poder sobre sus personas y sus vidas profesionales, #metoo seguirá siendo un correctivo necesario e importante. Dondequiera que la conducta abusiva y controladora tenga vía libre gracias a la creencia de que pertenece a la esfera privada de las relaciones sexuales, #metoo conservará su sentido. #Metoo no debería ser un llamado a un nuevo puritanismo, no está en contra del sexo, debe abarcar la posibilidad del erotismo y los matices del juego de poder que se da en las relaciones sexuales consensuadas. #Metoo no se ocupa del sexo en sí, se ocupa del poder y de la amenaza sexual usada para explotar, imponer y mantener las cosas como están.
Keyezua, artista
Esto es el comienzo de un movimiento que no terminará nunca, porque siempre encontrará su continuación. En cada generación deberemos recordarle a nuestra sociedad que #wetoo importamos y que todas estamos luchando por el mismo objetivo para por fin celebrar que las mujeres sean independientes por nacimiento.
#Metoo no es una mujer que protege su cuerpo o comunica sus experiencias en voz alta, son mujeres que luchan por sí mismas para dar a luz hijas que nazcan libres y seguras.
No podemos dejar que el silencio se apodere de temas que son esenciales para la protección del cuerpo de las mujeres. Las campañas actuales evolucionarán en las diferentes respuestas que cada una dará a la sociedad en que vive.
En Angola todavía estamos bastante silenciosas, nuestras campañas apenas han comenzado pero ya se oye con fuerza que las mujeres se están uniendo por una causa. Esto nos da la oportunidad de entender a cada tipo de mujer que podríamos no haber comprendido bien por sus elecciones o por cómo viste su cuerpo, por el tipo de encuentro que tiene con un hombre, o porque no se ha casado o porque transgrede todas las reglas que normalmente mantienen tranquilas a las víctimas. Sabemos lo suficiente para seguir avanzando y seguir hablando sobre los cuerpos. Nunca se luchará lo suficiente para defender el cuerpo. Debemos tener control sobre lo bueno y lo malo de esta campaña para poder continuar estos diálogos por largos años en que pariremos hombres que respeten a la mujer y no dictaminen lo que sucede con el cuerpo femenino para empoderarse ellos mismos. El caos interior ya no necesita ser exhibido como trauma mental o físico. Cuando una pueda dominar ese discurso, la rabia y el miedo serán una reacción que empoderará a las mujeres. Hoy, en el nombre de nuestras madres, no tenemos miedo y despreciamos a los hombres que nos oprimieron.
Black Mother, 1912, óleo sobre tela, Museo de Arte de Bahía.
#Metoo no es sobre el sexo en sí - es sobre el poder y sobre la amenaza sexual utilizada para explotar, imponer y perpetuar el poder - Hettie Judah
Diane Lima, curadora
«Las herramientas del amo nunca desmantelarán la casa del amo.»
Esta frase de Audre Lorde me hace pensar que a pesar de toda la importancia, urgencia y necesidad de esta clase de campañas y movilizaciones nuestra energía debería dirigirse también hacia la idea de destitución.
Lo que caracteriza la posición de los hombre en nuestras sociedades tecnopatriarcales y heterocéntricas es que la soberanía masculina está definida por el uso legítimo de técnicas violentas. ¿Cómo, entonces, encontrar salidas y trazar líneas de escape de un régimen de masculinidad que está caracterizado necropolíticamente por el derecho de los hombres a dar la muerte, sea como práctica de gobierno sea como epistemología en todas las esferas de nuestra vida?
Espero que la campaña siga como una vía para discutir la redistribución del poder, porque no se trata solamente de la representación sino también de la acción. Debemos ser eficaces en la tarea de pintar e imaginar el mundo desde otra perspectiva.