Juan Orrantia es un fotógrafo colombiano radicado en Johannesburgo. Acaba de publicar su libro Like Stains of Red Dirt. Salym Fayad también viene de Colombia y trabaja como fotógrafo en Sudáfrica. Ambos hablan en C&AL sobre representación, procesos de independencia y las subversiones de la imagen.
Juan Orrantia, Like Stains of Red Dirt, Dalpine 2020. Cortesía del artista.
Salym Fayad, Car spinning. Cortesía del artista.
Salym Fayad, Sin título. Cortesía del artista.
Salym Fayad: Su nuevo libro Like Stains of Red Dirt es diferente a sus proyectos anteriores. Después de varios proyectos fotográficos en diferentes partes de África –como en Mozambique, donde hace una aproximación reflexiva a la posguerra, o en la colaboración que hicimos juntos en Guinea-Bissau, donde nos aproximamos al tema de la memoria y la nostalgia de los sueños independentistas– este nuevo trabajo parece ir en una dirección distinta. Es un libro de puertas adentro, una mirada muy íntima y personal, compuesto por imágenes en las que figuran su casa, sus cosas, su familia.
Juan Orrantia: En Like Stains of Red Dirt me aproximo a mi relación con este lugar específico: con Sudáfrica. Aunque los trabajos en Guinea-Bissau y Mozambique tienen otra perspectiva, siento que hay algo común a todos estos proyectos y es la idea de las representaciones. Quiero hablar de cómo se representa la historia en la posguerra, cómo se viven la memoria de los líderes anticoloniales y los efectos de su lucha. La pregunta que orienta mi fotografía es ¿cómo fotografiar eso?
Con respecto a Sudáfrica, estoy hablando del lugar donde acontece mi vida diaria, donde además me he formado como fotógrafo. Tengo una relación de cercanía que hace que esas preguntas sean más difíciles de abordar. Entonces lo hago a través de mis propios espacios, el libro se filtra a través de mi experiencia. Este no es un libro sobre un lugar, sino desde un lugar.
Entiendo mi relación con Sudáfrica como una acumulación de emociones, ansiedades, frustraciones, que están atravesadas por corrientes históricas, políticas. Entonces, la idea de cómo se representa esto implica también la pregunta de cómo se ha representado el continente africano, por ejemplo. Y para esto me baso en el color, como realidad, metáfora y forma. Al final del libro hay títulos a las fotos que marcan algunas referencias. El punto es no quedarse en lo formal, quiero indicar que hay referencias a algo más, algunas más claras, otras más abstractas o personales.
SF: La tradición fotográfica en Sudáfrica está muy ligada a la documentación sobre el Apartheid y sus legados. La fotografía fue durante muchos años herramienta de denuncia y exposición de la cotidianidad en el contexto de una opresión brutal. El enorme archivo que se creó (Alf Kumalo, Santu Mofokeng, Gisèle Wulfsohn, Ernest Cole, David Goldblatt, por nombrar algunos fotógrafos) dejó también un legado donde está presentes el cuestionamiento a las dinámicas de poder en las formas de representación. La experiencia de haber vivido y trabajado en Sudáfrica durante más de una década influye en la forma en que miramos, en el quehacer fotográfico.
JO: Al hablar habla de África, por ejemplo, fuera del continente hay un imaginario que sigue ligado a las fotos de la National Geographic de la década de 1980, así como de otros medios, y que está rodeado de un discurso de lo exótico. (En “Cómo escribir sobre África” Binyavanga Wainaina hace una sátira sobre los estereotipos con los que se representa el continente). Aunque sabemos que la fotografía “miente”, que es solo una visión filtrada por el ojo subjetivo de un fotógrafo, esa idea persiste.
En ese sentido, siento que la forma más honesta de hablar de Sudáfrica es pasando por mi propio lente esas preguntas que he hecho sobre otros lugares. Habitar este lugar, pero al mismo tiempo ser de fuera, es como estar de alguna manera dislocado.
Cuando altero o exagero los colores, apunto a que ese cuadrito sagrado, que se percibe como una ventana a la realidad, se ponga en evidencia. Se trata de desbaratar esa concepción, de subvertir el significado desde la fotografía misma. Si antes me inquietaba la pregunta sobre cómo represento algo a través de la fotografía, ahora me interesa explorar más cómo puedo desarticular o problematizar las representaciones.
SF: Al trabajar en el continente uno se va encontrando con múltiples conexiones entre países africanos y Colombia en diferentes niveles. El vínculo de la afrodescendencia en Colombia es un ejemplo obvio. Pero estas relaciones entre ambas regiones también se expresan, por ejemplo, en las desigualdades sociales contemporáneas, en los traumas históricos, en el comercio de discos de vinilo que viajaron en ambas direcciones entre América Latina y África. Incluso el impacto de la Guerra Fría, que en África está ligada a movimientos de independencia apoyados por intervenciones militares cubanas y a procesos de solidaridad, ya sea en Angola o en Guinea-Bissau.
JO: Quizás por eso es que los latinoamericanos sentimos una facilidad para movernos y relacionarnos con África: venimos de un lugar con historias difíciles y que también ha sido colonizado. Pero también es importante cuestionar eso. ¿Qué tan cierta es esa idea? ¿De dónde viene esa sensación? Eso lo exploro en nuestras colaboraciones y en otros proyectos por medio de la intervención de imágenes y archivos coloniales con el fotomontaje; y con una postura personal, reflexiva y crítica, no solo de la historia sino del rol y la forma de las artes visuales en la misma.
La Guerra Fría está conectada a los movimientos anticoloniales. El cine y la fotografía eran parte de una estética en diálogo con el pensamiento anticolonial y acompañaban este momento histórico. Este diálogo me interesa mucho, tanto conceptual como formalmente para estos proyectos.
SF: A menudo los archivos históricos visuales son creados y configurados desde la perspectiva del poder. Modificar material de archivo para resignificar la imagen es una forma de mirar ‘descolonizadamente’, de desarticular los mecanismos de representación.
JO: Se trata de poner en evidencia que esa imagen no es la única versión que hay sobre un lugar y que responde a estructuras de la mirada.
Artistas como Jo Ractliffe y Santu Mofokeng, por ejemplo, lo hacen desde sus propias experiencias e historias. Las fotos de Ractliffe evocan rastros, memorias y silencios del conflicto en Angola. Santu habló de campos de concentración, de la historia del Apartheid, de los townships, pero desde una mirada poética a través de sus vivencias personales en estos periodos y espacios.
Subvertir una imagen es otro mecanismo. Trato de retomar ideas que vinculan el montage y el cine de ensayo (Las estatuas también mueren y Sans Soleil, de Chris Marker, son referencias) a la historia y pensamiento anticolonial africano. Por eso intervengo imágenes, a veces con texto, o hago collage digital, para sacudir significados desde estas historias, de sus lugares e imágenes.
El libro de fotos de Juan Orrantia, Like Stains of Red Dirt, fue publicado en 2020 por la editorial Dalpine. Más información al respecto aquí.
Salym Fayad es, como Juan Orrantia, un fotógrafo colombiano radicado en Johannesburgo. Fayad trabaja además como reportero y en lo años pasados ha organizado eventos que intentan reforzar los vínculos culturales entre países de África y Latinoamerica, entre otros el festival de cine africano MUICA.