60ª Bienal de Venecia

Cisco Merel: arte, arquitectura afroantillana y migración

Surcos: en el cuerpo y en la tierra es el nombre del pabellón de Panamá cuyos artistas se enfocarán en reflejar el auge migratorio del país a través de dibujos, collages, pinturas, esculturas de vidrio e instalaciones. Hablamos con el artista Cisco Merel sobre su transición artística, la arquitectura afroantillana, y el Tapón del Darién.

C&AL: Tu obra hace referencias a la geometría, la arquitectura y la tipografía. ¿Cuáles son tus inspiraciones? ¿Y cómo empieza normalmente tu proceso creativo?

CM: Mi proceso creativo se inicia desfragmentando letras para crear un vocabulario de formas; para mí, es como un juego de múltiples variaciones y posibilidades. Encuentro inspiración en referencias de arquitectura, fotografía y en mi entorno, todos están estrechamente relacionados con mi trabajo. Pasé un tiempo significativo en Europa, especialmente en París y Alemania, donde participé en varias residencias artísticas. Esta experiencia fue crucial en mi práctica artística. Al regresar a Panamá, tuve el privilegio de trabajar durante diez años en el taller del Maestro Carlos Cruz Diez, un período que marcó un momento especial en mi crecimiento como artista y como persona.

Con el paso del tiempo, he llegado a comprender que mi exploración de las formas es más que un medio para expresarme creativamente; es una forma de comunicar los temas que me interesan y que exploro en mi trabajo como el contraste social, la migración y el paisaje urbano y su carga simbólica.

C&AL: ¿Cómo influye Panamá, su cultura y tu relación con ella el arte que haces?

CM: Panamá se distingue por ser un lugar lleno de contrastes y enriquecido por influencias de todo el mundo debido a su historia migratoria vinculada al canal. En lo personal, soy chino afro panameño: una mezcla, producto de toda esta rica diversidad cultural que emerge de esta realidad, moldea directamente mis obras. Mis principales fuentes de inspiración provienen del arte popular, la arquitectura afroantillana, la migración, la vida en la calle, así como de las experiencias con el sol y la lluvia. El color, tratado como un tema de empoderamiento y sentido de pertenencia, desempeña un papel esencial en mi trabajo.

Observo cómo la arquitectura y las costumbres se entrelazan y fusionan a lo largo del tiempo, generando una mezcla única. El color, en particular, se convierte en una herramienta crucial para apropiarnos de estas estructuras heredadas, dotándolas de identidad y significado propio.

C&AL: ¿Y qué rol juegan el color y otros materiales como la tierra?

CM: Personalmente, tengo una conexión profunda con el barro. Crecí pasando los veranos con mi abuela, en su casa construida con adobe hace 106 años. Fue en ese lugar donde se inició todo, donde experimenté una libertad total desde mi infancia. Muchos años después, cuando ya estaba inmerso en mi trabajo artístico y los métodos de construcción comenzaron a volverse más complejos con la introducción de tecnología y nuevos conceptos, surgió el temor de perderlo todo y me preguntaba: “Si me quitan todo, ¿podría hacer mi obra?” Esa sensación fue como una premonición, y más tarde llegó la pandemia. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que esa sensación de vulnerabilidad había llegado para abrir caminos hacia nuevas posibilidades.

Fue entonces cuando surgió una especie de autorreflexión, una necesidad de explorar y reconectar con mis raíces. Quería volver a los métodos constructivos de mis antepasados, descubrir los rituales y rescatar la riqueza cultural que buscaba reconectar. De ahí nació toda una serie de trabajos en barro, un viaje que comenzó hace ocho años.

C&AL: Este año será la primera vez que Panamá tiene un pabellón en Venecia, con cuatro artistas que se enfocarán en reflejar el auge migratorio de Panamá. ¿Qué significa esto para ti? ¿Qué nos puedes decir sobre tu participación?

CM: Para mí, es un honor participar en esta edición de la Bienal de Venecia junto a colegas y maestros cuyo trabajo aprecio profundamente, Isabel de Obaldia, Brooke Alfaro y Giana de Dier. Mi obra aborda específicamente el Tapón del Darién y todo lo que acontece en la frontera entre Panamá y Colombia. Se centra en la ilusión de cruzar y la complejidad que implica atravesar una de las selvas más peligrosas del mundo.

Espejismos del Tapón para la Bienal de Venecia se presenta como una poderosa manifestación artística destinada a visibilizar y plasmar las intrincadas problemáticas sociales y migratorias que caracterizan el Tapón del Darién. Con una forma lineal, semejante a una trocha, la pintura evoca la dureza del camino, simbolizando la resistencia necesaria para superar los obstáculos que enfrentan aquellos que se aventuran en busca de un futuro mejor.”

La 60ª Bienal de Venecia se inaugurará el 20 de abril de 2024 en Venecia, Italia.

Cisco Merel (1981) vive y trabaja en la Ciudad de Panamá, Panamá. La producción artística de Cisco Merel se basa en una rigurosa investigación formal y espacial en donde la geometría, el color, el espacio, la abstracción y los fenómenos visuales y sensoriales. 

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