Como respuesta al borramiento histórico, artistas contemporáneas pertenecientes a la diáspora asiática en América Latina y el Caribe han desarrollado prácticas intensas, basadas en la investigación y obras complejas, interdisciplinarias, que plantean la historia y la memoria como prácticas artísticas críticas.
Detalle de Echar raíces en el aire (2022), Mimian Hsu. Cortesía de la artista.
Miragem (2023), Caroline Ricca Lee. Cortesía de la artista.
Entre cuerdas, hilos multicolores y abalorios refulgentes, la artista costarricense cose franjas de líquenes, musgos y helechos que se despliegan para cubrir tres islas que flotan en el aire. Al reflexionar sobre el proceso de creación de la instalación de medios mixtos Echar raíces en el aire (2022), la artista recordó y enfatizó lo que puede encontrarse en esas “pequeñas grietas” llenas de historia y de relatos a los que la gente “no presta atención, no da valor”. La historia de la migración asiática en América Latina y el Caribe está íntimamente unida a la demanda de fuerza de trabajo luego de la abolición de la esclavitud y la construcción de las nuevas naciones en los siglos XIX y XX. Sin embargo, las identidades nacionales basadas en ideologías de mestizaje racial y de negación de la raza excluían a los asiáticos de los imaginarios nacionales y de la memoria pública, a la vez que las historias asiáticas y negras eran suprimidas de las narrativas nacionales de progreso marcadas por las ideologías de blanqueamiento. En las obras de artistas como Hsu y Caroline Ricca Lee (Brasil) veo una operación doble. Al operar en planos familiares, nacionales y globales, sus obras de arte revelan la desvalorización que hace el capitalismo global de las vidas negras, indígenas y asiáticas, a la vez que reimaginan y recrean narrativas de supervivencia y pertenencia diaspóricas.
Colonia china (2014), Mimian Hsu. Cortesía de la artista.
Las obras tempranas de Mimian Hsu se desarrollaron a partir de investigaciones de la identidad personal y la indagación de la historia de la inmigración china y la construcción del ferrocarril en Costa Rica. En el Archivo Nacional ella encontró intersecciones entre las comunidades asiática y negra, que trabajaron codo a codo bajo condiciones brutales en la construcción del Ferrocarril al Atlántico a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. En la fotografía site-specific Colonia china (2014), Hsu entrena nuestros ojos en el cementerio de la provincia de Limón, ubicada en la costa caribeña de Costa Rica. El artista nos pone visualmente en determinada zona del cementerio donde, para indicar la composición racial de los enterrados, el título de la obra aparece en una pared de azulejos blancos majestuosamente escrito en tipografía gruesa. Con un fondo de exuberantes palmeras y una fronda tropical color verde oscuro, se traza un llamativo contraste entre la vibración de aquellas y el aspecto austero del cementerio despojado de vida humana visible y surgen más preguntas que respuestas: ¿quiénes eran esas personas?; ¿cómo llegaron allí?; ¿qué tipo de vida tuvieron y llevaron?; ¿de qué han sido testigos la naturaleza y el paisaje? Colonia china no se plantea tanto la corrección de ese anulamiento de las historias racializadas en Costa Rica como el abordaje de cuestiones urgentes vinculadas al borramiento que hizo la nación de esas comunidades que se esforzaron para construir proyectos de infraestructura elogiados como símbolos del progreso moderno. La mirada fotográfica de Hsu también nos exhorta a lidiar con historias de discriminación, segregación y desigualdad socioeconómica en perjuicio de poblaciones afrocaribeñas que están en los márgenes. Limón, hogar de la mayor comunidad afrocaribeña del país, sigue siendo la provincia más pobre y las leyes que restringían la movilidad de la población negra fuera de la costa atlántica no se abolieron hasta 1949.
De modo similar a Hsu, Caroline Ricca Lee explora cómo la construcción de raza y etnicidad en Brasil está influida por temas de identidad, historia y lugar. “En mi investigación, trato de ubicarme a mí y a mi cuerpo en la complejidad de la sociedad brasilera”, que en su caso es inseparable de la historia brasilera de raza, esclavitud y colonialismo, dice la artista en nuestra conversación. En la escultura Miragem (Espejismo) (2023), las vicisitudes del tiempo, la historia y la memoria caen sobre los recuerdos familiares que, sin embargo, encuentran una mano amorosa: Ricca Lee reconstruye una forma humanoide de rostro pequeño y hombros grandes, anchos, a partir de una máscara de cerámica moldeada a mano y ropa heredada rasgada. Ricca Lee construye, como práctica diaspórica de ensamblaje, un nuevo cuerpo a partir de los vestigios de los recuerdos personales, los símbolos culturales y las ausencias y silencios históricos. A la vez, plantea la inquietante presencia del ancestro asíatico inmigrante, y que cuestiona las representaciones de la “asiatidad” creando una figura al mismo tiempo desconcertante, lúdica y provocadora.
Ricca Lee vive en San Pablo y ha observado con gravedad los efectos del desarrollo capitalista agudizado: se comenzó a reivindicar el mobiliario ancestral como fuente de madera, después de haber advertido que la mayoría de la madera en los mercados locales era provista por la Amazonia y así era una de las causas de la deforestación y del desplazamiento de comunidades indígenas. Volviendo a Miragem, vemos fragmentos de porcelana clavados en la chaqueta de tela, y expuestos la vara metálica y el marco de madera de la escultura. Partiendo de las grietas y anhelos que condicionan la memoria diaspórica asiática, Miragem traza los circuitos comerciales globales a través del tiempo y el espacio, a la vez que resalta la supervivencia en el espacio intermedio de la diáspora. Eses circuitos permiten la circulación proliferante de commodities que causan desplazamiento y extraen valor del medio ambiente y de cuerpos esclavizados, sometidos a servidumbre.
Vista trasera de Miragem (2023), Caroline Ricca Lee. Cortesía de la artista.
Como respuesta al borramiento histórico, a la alterización cultural, a los contextos nacionales de antinegritud, la desposesión indígena y el racismo antiasiático, artistas contemporáneas de la diáspora asiática en América Latina y el Caribe han desarrollado prácticas intensas, basadas en la investigación y obras complejas, interdisciplinarias que plantean la historia y la memoria como prácticas artísticas críticas. En exhibiciones recientes como everything slackens in a wreck (2022), curada por Andil Gosine en la Ford Foundation Gallery y The Appearance: Art of the Asian Diaspora in Latin America & the Caribbean (La Aparición: Arte de la Diáspora Asiática en América Latina y el Caribe, 2024), curada por Tie Jojima y Yudi Rafael en Americas Society, los artistas abren un camino al abordaje del arte diaspórico asiático más allá de los marcos hegemónicos de identidad y representación. Sus obras hacen intervenciones críticas dentro de las historias globales de explotación laboral, colonialismo e imperio, captando nuestra atención para enfrentar las injusticias raciales y sociales e invitándonos a exigir y crear juntos otros futuros.
Lee Xie es becaria posdoctoral del rectorado en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Nueva York. Investiga y escribe sobre prácticas estéticas feministas y anticoloniales en el arte y la cultura contemporánea de la diáspora asiática.
Traducción: Nicolás Gelormini