Argentina

Kukily: conectando comunidades afrodescendientes a través del arte

Kukily –que se pronuncia kuklé– es una palabra que en la lengua de la gente Kpelle de Liberia significa “todes nosotres”. El nombre se lo regaló la madre de Colleen al colectivo que formó ella junto con Lina, Julia y Jasmín. Hablamos con ellas sobre lo que implica crear para la comunidad afrodescendiente, en Argentina y más allá de sus fronteras nacionales.

C&AL: Concebir esa instancia espacio-temporal de la que hablas, como un quilombo o palenque es algo que vale la pena ahondar. Para el caso americano, un trabajo como el de ustedes, la forma en que proceden, ayuda a dimensionar y a robustecer el concepto mismo de diáspora.

Julia: Lo diaspórico, lo afrodiaspórico, siento que viene como una extensión del camino que nos llevó a conocernos transitando este país. Nos conocimos en el encuentro nacional de mujeres que se hace acá en Argentina, y es muy grande, un encuentro feminista que es realmente como una peregrinación a una ciudad de Argentina donde se encuentra mucha gente. Y está esa cosa también de la diversidad, de encontrarnos, reconocernos, y empezar a trabajar desde ahí, siempre muy acompañadas por esa marcha colectiva. Entonces siento que lo afrodiaspórico nos alimenta desde el principio. Las distintas voces, las distintas formas, las distintas historias.

Jasmín: Y antes de encontrarnos en Rosario, que fue la ciudad donde estuvimos en el primer encuentro, también tuvimos nuestras migraciones de vida personal, que son el movimiento que por ejemplo hace Lina cuando va de Colombia a Argentina, Julia y yo de Brasil a Argentina, Colleen de Estados Unidos a Argentina –con toda su vivencia de haber ido antes de Liberia a Estados Unidos–. Entonces tenemos un movimiento en nuestras vidas que hizo que nos encontráramos en ese espacio donde traemos nuestras experiencias, que son las de mujeres negras en movimiento por el continente. Entonces ahí encontramos la pregunta ¿Qué es ser una mujer negra en América? Cuando una se mueve pasa por experiencias lindas y muy feas también, se encuentra y se comparte una identidad. Y eso es lo que entiendo de los movimientos diaspóricos en Latinoamérica: los lugares que ocupamos los cuerpos negros, esos movimientos de los grupos que migran, que se encuentran y se aquilomban para mantener viva su cultura. Eso es lo que me remite a la diáspora, que es algo que recién conocí de adulta, no escuchaba este término cuando era niña.

C&AL: Hay una memoria cada vez más común de la presencia negra en América. Este año es la primera vez que en el censo argentino se incorpora esta dimensión del autorreconocimiento étnico afrodescendiente. ¿Ustedes cómo están experimentando este movimiento estético y político en la representación?

Colleen: El Estado de la Argentina, dentro de todo, tiene un presupuesto de cultura que promueve el arte, pero hay una diferencia que sentimos trabajando sobre la afrodescendencia como mujeres negras: nuestros proyectos hablan de eso, se centran eso, y aun así hay poquísimo interés institucional. Nosotres ya hace cinco años nos venimos preguntando ¿De dónde somos? ¿Quiénes somos? ¿Cuáles son nuestras raíces? Y por ahí recién ahora hay algunas políticas públicas, como ves con el censo u otros ámbitos de cultura, que están apoyando a artistas afro por primera vez, pero solo en las cosas que les interesan ¿no? En reconocer que en Argentina existen las personas afro, hasta ahí solamente. Pero cuando nosotras nos atrevemos a proponer la búsqueda afrofuturista de nuestras raíces ancestrales –trayéndolas del futuro, así como del pasado–, las personas que leen nuestros proyectos –que son quienes controlan toda la infraestructura –, no tienen la menor idea de lo que estamos hablando.

Julia: Nuestro círculo es mucho más reducido acá, pero tenemos referentes históricos. Argentina está en ese proceso inicial a nivel país, pero es verdad que hay una historia de muchos años de resistencia en cada provincia, que nos trajo hasta el lugar en que estamos hoy. El logro del censo o, por ejemplo, la visibilización de María Remedios del Valle, que fue una figura histórica importante, pero muy ocultada. Es eso lo que pasa, tenemos como referentes mujeres muy fuertes que dedicaron su vida a esto, a hablar y a enseñarnos a nosotras, las más jóvenes, muchas cosas que no sabíamos de la propia historia de Argentina. Nuestra comunidad nos reconoce y encuentra en nuestras performances un lugar para participar, un espacio para hablar de su ancestralidad más hacia adentro de la comunidad, algo que también es importante, ¿no? Que nos veamos y escuchemos entre nosotres.

Jasmín: Empezamos el proceso de visibilización porque lo necesitábamos para empezar a pensar políticas públicas, para hablar de las poblaciones negras en países como Argentina, que nos invisibilizó por mucho tiempo. Nosotros, como comunidad negra, estamos hablando de futuro, de tecnología, construyendo instancias posteriores a la visibilización. Las instituciones de arte, los museos, esperan que hablemos de racismo, o de lo que ellos ya conocen de nuestras culturas…

Colleen: Es esa maldad, que viene desde la blanquitud, de esperar cosas de a poquito porque ya vienen…

C&AL: Acá en Colombia esa política de inclusión, que siempre va avanzando de a pasitos, es un proyecto liberal con el que, sí, se está apoyando mucho más arte de nuestras comunidades, hay más dinero, más escenarios. Pero justamente nos preguntamos, ¿hasta dónde quieren contar(nos) las instituciones que están financiando nuestros proyectos? Es necesario gestar espacios donde se pueda hablar cruzando estos límites. ¿Cómo la Bienal de Lagos les plantea esa oportunidad?

Jasmín: Algo que es interesante de la Bienal de Lagos de 2023, es que el tema es el refugio, y creo que a partir de todo lo que hablamos se entiende que nuestros procesos hablan de refugio. De ese espacio de encuentro, de seguridad, para fortalecerse y fortalecer la comunidad. Entonces, vamos llevando de otros trabajos nuestros la experiencia de recolectar, encontrar lo que es nuestro pasado, lo que es ancestral en lo nuestro y proyectarlo hacia un futuro utópico, y no distópico.

Julia: Con el concepto, que creamos, de XTRÆNCESTRAL, en principio pensamos cómo subsistimos en este mundo. Hay algo en la base de lo colectivo que nos mantiene con vida y esta propuesta de refugio, como obra artística de instalación y performance, de alguna forma es una propuesta para pensar, desde esta cosmovisión del arte africano, nuestra vida, que no se reduce a un espacio de museo. Es cómo vivimos, cómo comemos, cómo nos pensamos, cómo nos dejamos atravesar por esa experiencia artística en cuanto experiencia de vida. Eso va más allá de la instancia expositiva.

Colleen: La instalación es una nave espacial. Desde el comienzo el sueño era que esta nave viajara con nosotres de comunidad en comunidad afrodescendiente por distintas partes del mundo. Para este proyecto tenemos otra colaboradora, la arquitecta afroargentina Florencia Gómez, y para la mayoría es la primera vez en África. Una parte del proyecto mismo tiene que ver con pensar y soñar el futuro, ir realizando futuros mejores que este momento en que estamos. Así que esta nave espacial va a seguir su viaje a donde tenga que ir, de eso estoy segura.

 

Kukily es un colectivo artístico afrofeminista que trabaja de manera interdisciplinaria en audiovisuales, instalaciones, performance y gestión cultural.

Nicolás Vizcaíno Sánchez (1991-) artista-etc. Escribe ocasionalmente desde las montañas de Colombia.

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