Actriz, activista y referencia del llamado craftivism —intersección entre arte textil y activismo político—, Eva transforma tejidos en territorios de memoria y denuncia. Sus obras abordan con sensibilidad y fuerza temas como el territorio, la nacionalidad, el racismo, la violencia policial y la condición de mujer negra haciendo del bordado un instrumento de elaboración subjetiva.
Eva de Souza, Vidas desperdiçadas – Claudia Ferreira da Silva ("Vidas desperdiciadas – Claudia Ferreira da Silva"), objeto textil, 71 × 41 cm, 2021. Foto: Eva de Souza.
Eva de Souza, Die Frau / A mulher ("La mujer"), objeto textil, 146 × 195 cm, 2023. Foto: Werner Dolmeisen.
Eva de Souza, Baumwolleblumen ou Algodão Preto: conjunto de seis elementos ("Flores de algodón o Algodón negro: conjunto de seis elementos"), objeto textil, 75 × 25 × 36 cm, 2024. Foto: Jeanne Jacob.
Radicada en Brasil y en Suiza, Eva de Souza construye su poética a través de acciones comunitarias, como su residencia en el centro antirracista Living Room, de Berna, y los talleres en la Tour de Lorraine. Independientemente del lugar donde es expuesta, su producción artística dialoga con el ser diverso, crítico y poético. Zamambaia: a testemunha silenciosa (Helecho: el testigo silencioso) es su obra más reciente y se incorporó al acervo público del Cantón de Berna, Suiza. Al coser palabras, imágenes e historias, Eva articula un espacio artístico que es al mismo tiempo casa, archivo y altar. El trabajo de Eva de Souza presenta una construcción que surge a través de múltiples experimentaciones textiles, un lenguaje que formaliza la protesta y además establece un diálogo con los colectivos con los cuales la artista se va encontrando al o largo de su carrera. Eva produce como quien teje narrativas afrodiaspóricas, que afirman un nuevo sentido de subjetividad, de colectividad y de nacionalidad. Con una conexión que en principio puede resultar antiintuitiva, la de Salvador a Berna, Eva nos desafía a pensar las fronteras y, sobre todo, a tejer nuevas fronteras. Pienso que “conexión” y “contacto” son palabras fundamentales para comprender su trabajo, especialmente en relación con las propuestas que ella plantea en sus más de treinta años de carrera, entre idas y venidas. Puede decirse, entonces, que Eva borda la historia y las historias del arte en su reverso, revelando nuevas capas y posibilidades.
Eva de Souza, Conflito 1 ("Conflicto 1"), objeto textil, 135 × 120 cm, 2020. Foto: Eva de Souza.
C& América Latina: El bordado aparece en tu práctica como un gesto de resistencia pero también de curación. ¿Cuándo y cómo percibiste que el quehacer textil podía ser un camino político y poético?
Eva de Souza: Estudié el uso de las máscaras en Berlín, en el contexto del teatro callejero, más específicamente la Commedia dell’Arte. Sin embargo, el objetivo principal de mis investigaciones fue el estudio de las máscaras que pertenecen a tradiciones africanas y rituales en el Recôncavo Baiano, tradiciones como el Zambiapunga, el Nego Fugido y las Caretas do Acupe, presentes en grupos remanentes de quilombolas en Bahía.
En ese contexto, investigué también la ropa ritual del Babá Egum, el rito de los ancestrales en Itaparica. En el universo artístico y cultural, máscaras y ropas se complementan. Bordados, apliques y combinaciones de trajes completan la performance de las máscaras.
La obra de Arthur Bispo do Rosário fue un punto de partida para mis bordados. En 2009, conocí por primera vez su obra gracias a catálogos y películas documentales y quedé fascinada por su biografía y su producción artística. Comencé a estudiar su trabajo y, al mismo tiempo, a tejer paralelos con lo que yo quería elaborar como narrativa artística. Percibí que el bordado podía traerme muchos beneficios en relación con la autocuración. Vi la posibilidad de tratar heridas sociales a través de gestos de ternura, atención y cuidado. Quería enfrentar esos temas difíciles pero percibí que antes precisaba curarme.
Enseguida entendí que el tratamiento de colores y texturas que ya usaba en mi trabajo con máscaras podía ser traspuesto a los paneles bordados. Mis imágenes se construyen por capas, como máscaras. La elección de esa técnica simple también me aproxima a las personas que deben enfrentar esos tipos de violencia.
Fue así que surgió la primera serie de paneles con temas ligados a la violencia — como el abandono, la violencia policial, la invisibilidad y el olvido— siempre con una mujer negra en el centro de la narrativa.
Eva de Souza, Protesto silencioso – Jacke ("Protesta silenciosa – Jacke"), objeto textil, 80 × 75 cm, 2023. Foto: Kwaku Reez.
C&AL: A menudo tu trabajo invita al público a participar y a escuchar. ¿Cómo percibes los efectos de esas experiencias compartidas? ¿De qué manera influyen en la continuidad o la transformación de una obra?
ES: Creo que es mi personalidad la que guía esa relación participativa y colaborativa, que llamo arte del encuentro. Elaboro encuentros e invito a las personas a participar y aportar sus propias experiencias para compartirlas conmigo. Así vamos sumando.
En una sociedad competitiva y meritocrática —como Suiza o, de forma más amplia, lo sociedad occidental capitalista— ese tipo de encuentro genera transformaciones, aunque sean transformaciones puntuales. Algunos conceptos, como el de colectividad, ya pasaron de moda. Sin embargo, esos encuentros provocan cambios de estado de espíritu y crean momentos de seguridad y acogida. El arte nos brinda eso y es eso lo que yo propongo como arte.
C&AL: ¿Cuáles son los desafíos y las posibilidades de sostener una práctica artística trasnacional entre el sur global y el centro europeo? ¿Deseas construir algo en los próximos años a partir de ese tránsito?
ES: Muchas gracias por preguntarme eso. No podía dejar de decir que el deseo de tejer esas conexiones pasa, justamente, por esas colaboraciones y por agentes como tú y Contemporary And.
Tengo un proyecto en curso que es volver con esas experiencias al origen, o sea, llevar la experiencia artística del arte del encuentro a mujeres negras bahianas que sufrieron violencias y, con ellas, construir un manifiesto artístico y político a partir de nuestra perspectiva de futuro.
Eva de Souza, Manto ("Manto" / "Capa"), objeto textil, 115 × 180 cm, 2023. Foto: Margarite Hermann.
Creo que es mi personalidad la que guía esa relación participativa y colaborativa, que llamo arte del encuentro. Elaboro encuentros e invito a las personas a participar y aportar sus propias experiencias para compartirlas conmigo. Así vamos sumando.
Ese trabajo está en proceso de elaboración y necesita colaboraciones internacionales, pues involucra un abordaje interdisciplinario de temas políticos y personales que van más allá del arte. Voy a desarrollar ese proyecto en colaboración con la organización Odara, un centro de referencia de mujeres negras feministas que ofrece apoyo a mujeres y familiares de violencias sociales en Salvador de Bahía.
Juntas estamos planeando tejer diversos lenguajes artísticos para relatar lo que estamos soñando y presentarlo en plataformas internacionales . El proyecto prevé una exposición en Berna y una en Salvador.
Traducción: Nicolás Gelormini
Gabriel Reis es curador, abogado y gestor cultural. Magíster en Filosofía del Estado por la Universidad Federal de Minas Gerais, actuó como curador del Museo Bispo do Rosário Arte Contemporáneo y, actualmente, integra el Consejo Jurídico del Museo Nacional de Bellas Artes, de Río de Janeiro. Su investigación abarcar las relaciones entre arte, política y concepciones de Estado.
Eva de Souza ha expuesto en Brasil, Alemania y Suiza. Sus obras de carácter sociopolítico, marcadas por un lenguaje formal expresivo y un contenido desafiante, resultan de un profundo compromiso personal. Paralelamente a su práctica artística, lleva a cabo proyectos de educación artística emancipadora para niños y adultos, fomentando la expresión performática y visual, y valorando por igual la forma y el proceso.