Contemporary And América Latina: Uno de los temas presentes en su práctica artística es el cuestionamiento de la identidad afroindígena. ¿Cómo pensó esta cuestión en el performance Tupi Valongo: Cemitério dos Pretos Novos e dos Velhos Índios (Tupi Valongo: cementerio de negros nuevos e indios antiguos)?
Anita Ekman: De los diez millones de africanos que llegaron a las Américas como esclavos, el cuarenta por ciento desembarcó en la costa atlántica brasileña, ocupada desde hacía milenios por indígenas Tupi. El Muelle de Valongo, en Río de Janeiro, fue el puerto que recibió la mayor cantidad de esclavos en el mundo. Los que llegaban muertos o morían al desembarcar eran arrojados a flor de tierra en el Cemitério dos Pretos Novos. Pero antes de ser un cementerio, el lugar era el Sambaqui do Propósito. Los sambaquis son construcciones de caparazones de crustáceos realizadas por los seres humanos –la misma palabra sambaqui significa amontonamiento de conchas– que tienen seis mil años de antigüedad y que se extienden por todo el litoral brasileño. Nótese que no estoy hablando de quinientos años, estoy hablando de una práctica que viene cambiando el paisaje de la costa atlántica desde hace milenios. Recientes trabajos arqueológicos encontraron allí osamentas y demostraron que los sambaquis tenían usos rituales funerarios. Entonces, si ese lugar es el Cemetério dos Pretos Novos, también es el de los Velhos Índios. Estamos es una tierra en que los indios fueron esclavizados y diezmados de modo tan terrible como los negros. También hay que abordar eso.