Parte de la instalación Sala de Vídeo en el MASP, la película Para ver as meninas e nada mais nos braços (2024) crea un espacio de celebración y resistencia desafiando los límites religiosos y coloniales del cine. En una habitación barroca y futurista, personajes travestis bailan, profetizan y celebran vidas marginalizadas señalando hacia un futuro de libertad colectiva.
Ventura Profana, A maior obra de saneamento [La mayor obra de saneamiento], 2024 (still). Cortesía de la artista.
Ventura Profana, Procure Vir Antes do Inverno [Procura venir antes del invierno], 2021 (still). Cortesía de la artista.
comienzo proponiendo un ejercicio especulativo: si ustedes pudieran entrar en una película como si se sumergieran en un río, ¿con qué imágenes saldrían cuando abrieran los ojos? un encantamiento, una celebración, una gran fiesta: son los escenarios de Para ver as meninas e nada mais nos braços (Para ver a las chicas y nada más en los brazos) (2024), de Ventura Profana, que evocan e instigan. la película formó parte de la instalación Sala de Vídeo, que se expuso durante el invierno de 2024 en el MASP, de San Pablo, Brasil. tres telas gigantescas mostraban A maior obra de saneamento (La obra más grande de saneamiento) (2024), O poder da trava que ora (La travesti que ora) (2021) y Procure vir antes do inverno (Trata de venir antes del invierno) (2021) en una gran sala forrada con alfombras, cojines y tatamis. en el fondo a la derecha de la sala, un pequeño televisor antiguo con un auricular conectado mostraba Para ver as meninas. era necesario un gran compromiso con aquel frasco de secretos. tal vez Profana estaba experimentando con la fe o con la tentación de las visitantes. No obstante, la entrega y la curiosidad también son fundamentos de su liturgia
Ventura Profana, Para ver as meninas e nada mais nos braços [Para ver a las niñas y nada más en los brazos], 2024 (still). Cortesía de la artista.
la película comienza mostrando una secuencia de fotos que van desde álbumes familiares muy antiguas, pasando por fotos de travestis de un tiempo que podría, no sin problemas, denominarse contemporáneo, todas acunadas por un órgano que canta bellas melodías de jazz libre. y aquí se destaca la pista de Sir Lucas, que nos permite acceder a salas hasta entonces jamás vistas en esa fiesta. esos rostros oscuros que Profana evoca son el propio calor de la vida, la vela como el momento de pronunciar deseos y el sol como profecía de nuevos comienzos. “bailando rumbo al fin de la condenación perpetua. regocijaos con nosotros. alegraos por ella, vosotros todos que las amáis, llenaos de alegría por nosotros, todos los que lloraron por nosotros, estamos mamando y saciándonos en los pechos de nuestros bálsamos”. sus palabras producen un eco de aquello que es obvio y que, sin embargo, no es evidente: la fiesta somos nosotros mismos, vamos . esa celebración es una oración no sólo como forma de cuestionar los espacios religiosos en cuanto instituciones que una y otra vez reescenifican la violencia antinegra y antitrans aunque al servicio del Señor, sino porque el espíritu de la Deise es un arma espiritual imprescindible para Profana. por eso la mayoría de las iglesias, cuando no es aburrida, es triste. el culto de Deise*, por lo tanto, se produce en la abertura de la sonrisa. Deise entiende que los momentos fulgurantes en que ellas pintan el terror son un rezo al infinito. tal vez en esos momentos sean ellas las que están poseídas por el espíritu santo de Deise. el talento cinematográfico de Profana excede el cine, pues las imágenes que ella venera son trabajos de sanadora que limpian los miasmas de nuestros corazones
y qué bueno que esa oración se convirtió en memoria. pues ahora podemos volver y aprender el valor para rezar nuestra fiesta. en Para ver as meninas, Ventura Profana construyó un pequeño momento de libertad: “es así, hermanas mías, yo quiero que la gente enloquezca, y se ría a carcajadas y sienta mucho placer”. en ese instante resulta evidente cómo el arte de Profana extrapola los límites coloniales del Cine, precisamente porque el camino de esa libertad se gesta en el fuego bajo de la profecía. por eso, jamás podría llamar película la magia de una mujer más grande que obra milagros. “diez pensando como tú. nueve putos vagabundos. ocho días de locura. siete plagas en tu culo. siete bolsas de cuero crudo. cinco salsa picante. cuatro mujer cubierta de hollín. tres pobrecita vigilando. dos travestis llorando. y una casa ruidosa”. “oh happy day. oh happy day. voy a besar. besaré. mañana besaré”. he aquí el momento de libertad en que la canción es la ignición de profecías. en la sustancia fónica de ese deseo profundo, Ventura Profana realiza un suspiro que es colectivo, de un pueblo que todavía está en gestación. un pequeño momento de celebración de nuestra vida imposible sólo puede ocurrir con fuego, y ese no es el arquetipo tanto de la locura como del coraje, por eso ellas beben, pues brindan a la vida abundante que se anuncia ya en su conmemoración, porque la sed existe también por la llama de la alegría
Ventura Profana, O Poder da Trava que Ora [El poder de la travesti que reza], 2021 (still). Foto: Igor Furtado. Cortesía de la artista.
en la sustancia fónica de ese deseo profundo, Ventura Profana realiza un suspiro que es colectivo, de un pueblo que todavía está en gestación.
Cassie Capeta, Bianca Kalutor, Williane Jacob y Rainha F, junto con Ventura Profana, protagonizan un lindo vuelo de la memoria y de la imaginación en esta película. en un gran cuarto rosa, blanco y rojo, repleto de muebles barrocos y al mismo tiempo futuristas, ellas, en largos vestidos de gala, como princesas o muñecas, comienzan a bailar en cámara lenta al sonido de una música que remite a una sonoridad pop y postpunk ochentosa, mientras la cámara juega entre aproximación y alejamiento. ahí podemos imaginar los movimientos de volver al futuro, pero sobre todo de aprender a sonreír al pasado. en el fondo, la cámara siempre destaca sus rostros que se tuercen de tanto dar presagios. esas imágenes se construyen con una oración de protección tan poderosa que siento que estoy volviendo a ver esas imágenes la primera vez que las veo. son chicas de quince años en su baile de debutantes, son chicas de siete años que festejan su cumpleaños, son amigas artistas renombradas que festejan el premio que acaban de recibir, son hermanas que celebran el reencuentro después de décadas, son princesitas que hacen lo que quieren, son guerreras que festejan la mayor de las victorias, son orixás cachorros que juegan a ser libres hasta que no aguantan más y abren el pico. pensemos por un momento en el lugar geopolítico que Brasil asume en la campaña global de exterminio antitrans y antiindígena, a partir de ahí podemos vislumbrar que los puentes a la fiesta de los sueños que Profana señala con ese trabajo ya están siendo construidos por la flecha profética de la memoria
es agradable poder testimoniar la forma gentil con la cual hace caricias al valor y la libertad, pero siento que una de las fuerzas más bellas de su trabajo es la forma con la cual ella nos recuerda que orar es hacer, y así nos insta a sembrar las alegrías de un futuro que todo el tiempo se anuncia aquí
abigail Campos Leal (Campos dos Goytacazes, 1998), bulto cósmico, transita entre el Arte y la Filosofía como forma de crear poéticas que nos permitan destruir el mundo como lo conocemos y reinventar formas radicalmente otras de habitar el infinito. es doctora en Filosofía de la PUC-SP, además de ser profesora de especialización en Ciencias Humanas y Pensamiento Decolonial en la misma institución. publicó los libros ex/orbitâncias: os caminhos da deserção de gênero (GLAC, San Pablo, 2021) e Textes à lire à voix haute (Brook, París, 2022). realizó performances y participó de exposiciones en varias instituciones de las Américas y Europa.
Ventura Profana (Salvador, Bahía, 1993) es una artista multidisciplinaria que se identifica como travesti. Influida por la espiritualidad, en su trayectoria personal y artística desarrolla una práctica que engloba música, performances, artes visuales y escritura.
* Nota: el término remite a una forma de entender a Dios como una entidad femenina.