Cuestiones raciales, de género y clase, así como la historia y la sustentabilidad sanitaria, económica y social están en el centro de la tercera temporada del programa de moda MASP Renner. En esta edición, se produjeron 22 prendas inéditas, que serán exhibidas en 2024 en el museo.
Panmela Castro y Walério Araújo, Vestido siamês (Vestido siamés), 2022. Foto: Cassia Tabatini
El MASP – Museo de Arte de San Pablo Assis Chateaubriand difundió las creaciones de la tercera temporada del MASP Renner, proyecto que desde 2018 invita a dúos de artistas y diseñadores a crear en colaboración piezas que luego se integran a la colección de moda del museo. Esta temporada, que transcurrió entre 2021 y 2022, tuvo la curaduría de Adriano Pedrosa, director artístico; Hanayrá Negreiros, curadora adjunta de moda del MASP (2021-2022); y la colaboración curatorial de Leandro Muniz, curador asistente del MASP.
Se invitó a nueve parejas de artistas y estilistas de diferentes generaciones, compuestas por Aline Bispo y Flavia Aranha; Criola y Luiz Claudio Silva; Edgard de Souza y Jum Nakao; Larissa de Souza y Diego Gama; Lidia Lisbôa y Fernanda Yamamoto; No Martins y Angela Brito; Panmela Castro y Walério Araújo, Randolpho Lamonier y Vicenta Perrotta y Valdirlei Dias Nunes y Vitorino Campos.
Vea algunas prendas creadas por las parejas.
Randolpho Lamonier y Vicenta Perrotta, 7 Encruza (7 Encrucijadas), 2022. Foto: Cassia Tabatini
El artista Randolpho Lamonier y la diseñadora Vicenta Perrotta parten de materiales, en especial materiales textiles, que ellos encuentran o que ya fueron usados por otras personas, para elaborar estandartes y ropa. Al utilizar materiales que tienen historia y se recogieron a lo largo del desarrollo de la prenda, el dúo artístico discute la dimensión colectiva y política de las prácticas artísticas así como la preservación de la memoria. La utilización de materiales usados también genera debates sobre el consumo, el reaprovechamiento, entre otras temáticas ecológicas.
No Martins y Angela Brito, Rainha (Reina), 2022. Foto: Cássia Tabatini
El artista No Martins y la diseñadora Angela Brito parten de sus historias personales para discutir cuestiones como historia, división de poder y sistemas raciales en la sociedad. Martins produce pinturas y objetos que abordan las experiencias de poblaciones jóvenes negras en el mundo contemporáneo, mientras Brito crea piezas de sastrería marcadas por la asimetría, un aspecto recurrente en las vestimentas caboverdianas. Basadas en elementos del juego de ajedrez, como la síntesis geometrizada de las figuras y la alternancia entre piezas negras y blancas, las prendas también surgen de una serie de referencias africanas, desde las divinidades egipcias hasta los adornos de los pueblos akan, de Gana. Para el dúo artístico, la referencia al ajedrez implica tanto elementos gráficos, como los colores y las formas que son traducidas a las ropas, como metáforas de jerarquías sociales, disputas de poder y estrategias de ocupación de territorio.
Lidia Lisbôa y Fernanda Yamamoto, A noiva (La novia), 2022. Foto: Cassia Tabatini
Uno de los puntos de contacto entre la artista Lidia Lisbôa y la diseñadora Fernanda Yamamoto reside en la producción de formas orgánicas marcadas por diferentes texturas que resultan del intenso trabajo manual sobre los materiales. La pieza A noiva (La novia) fue producida a partir de las series de esculturas Cupinzeiros, Cicatrizes e Tetas que Deram de Mamar ao Mundo (Termiteros, cicatrices y tetas que dieron de mamar al mundo) de Lisbôa, en las cuales la terracota, los botones y los tejidos se trabajan a mano generando texturas y formas orgánicas que remiten al cuerpo femenino y a la naturaleza.
La artista Panmela Castro produce de modo recurrente vestidos para ser usados por dos mujeres y así genera discusiones sobre performance de género y relaciones de hermandad y afecto. Vestido siamés fue hecho por la artista en colaboración con el diseñador Walério Araújo. Castro aportó aspectos conceptuales de su trabajo como el interés por las nociones de sororidad y dororidad.
Criola y Luiz Claudio, ORI, 2022. Foto: Cassia Tabatini
Mientras Criola produce pinturas murales que representan figuras negras, en especial mujeres, colmadas de diseños basados en la cultura urbana y en las religiones afrobrasileras, Walério Araújo lleva al extremo la elaboración meticulosa de prendas de sastrería con colores y patrones vibrantes contrastando materiales nobles como la seda y el raso con otros más raros, como el plástico y la paja. Juntos, los dos produjeron tres prendas hechas predominantemente de kanekalon (cabello sintético) y cuentas de vidrios. El uso de esos materiales está asociado a prácticas de cuidados del pelo en las comunidades negras, por ejemplo, la aplicación de trenzas y extensiones o adornos. En su conjunto y conexión, las piezas evocan la idea de colectividad en una especie de trinidad femenina negra.
Larissa de Souza y Diego Gama, Uniforme de Domingo, 2022. Foto: Cassia Tabatini
La artista Larissa de Souza y el estilista Diego Gama trabajan a partir de las historias de sus familias: ella, con pinturas de una paleta serena y figuras sintéticas en narrativas sobre la cotidianidad de las familias negras y migrantes; él, a partir de la actuación de sus antecesores/ancestros como jugadores de básquet. La pieza Uniforme de Domingo se hizo en telares manuales utilizando sogas de tender ropa y está compuesta por una camiseta y un pantalón corto con abertura lateral, que remiten al universo del básquet, así como las rayas se refieren a los uniformes de los equipos. Las sogas de tender ropa están relacionadas con el trabajo doméstico de cuidado de la ropa; el bordado a la altura del pecho y en las espaldas es una alusión a los escudos de los equipos, además de ser una técnica recurrente en las pinturas de Souza.
Aline Bispo y Flavia Aranha, Cio da Terra 2 (Celo de la Tierra 2), 2022. Foto: Cassia Tabatini
La artista Aline Bispo y la diseñadora Flavia Aranha se interesan por plantas medicinales y simbólicas cuyos usos se transmiten oralmente en la cultura brasilera. Bispo trabaja con ilustración digital y pintura al óleo, mientras Aranha utiliza materiales orgánicos y pigmentos naturales para el desarrollo de sus prendas.