C&AL: ¿Podrías contarnos un poco sobre la historia del pueblo makuxi y cómo surgió el arte en tu vida?
Jaider Esbell: los makuxi son una nación indígena del tronco lingüístico karib, que conviven con otros pueblos, aún hoy, en la región del Circun-Roraima, y que tiene su Centro Cosmológico en el Monte Roraima. Por lo tanto, son un pueblo transfronterizo distribuido más allá de Roraima, en el extremo norte de Brasil, en Guyana y en Venezuela. En Brasil, tienen una población de más de 30 mil personas. Hoy los makuxi viven en diferentes contextos sociales, culturales y políticos. Recientemente, celebraron la demarcación y homologación de parte de su territorio ancestral, resultado de una lucha que librearon durante más de cuatro décadas. Se trata de la tierra indígena Raposa Serra do Sol, el lugar donde nací y crecí. Somos los hijos y nietos del Demiurgo Makumaimî, una de nuestras “deidades”. Los Makuxi tienen una cosmología compleja. Incluso en la primera infancia recibí de mi abuelo parte de esa “mitología” y, es desde ese momento, que considero que me encontré con la idea de arte.
C&AL: ¿Cómo se cruzan la literatura y las artes visuales en tu producción?
JE: Mi gente tiene tradición oral, somos unos narradores excelsos. Nuestros mayores siempre han dibujado en las piedras como una forma de integrar las potencias de los signos para generar comunicación. Hemos estado caminando en el mundo desde tiempos inmemoriales. Para nosotros, tanto el arte como la literatura, e incluso las artes visuales, integran un solo cuerpo de medios, que aplicamos en nuestra dinámica de paso por el mundo, tanto en nuestra propia relación interna, como pueblo, como en nuestra relación con pueblos vecinos de otras etnias. La introducción de la grafía a nuestro idioma no nos hizo dejar de contar historias. Con esta, encontramos una forma más de seguir narrando e ilustrando. Como artista makuxi, busco ejercer estas habilidades.
C&AL: En obras como “Pata Ewa’n – O coração do mundo” (Parta Ewa’n – El coroazón del mundo), “A árvore de todos os saberes” (El árbol de todos los saberes) y “Conhecimento e dignidade” (Conocimiento y dignidad) vemos presente la cosmología makuxi. ¿Cómo articulas el mundo indígena y el mundo blanco en tu producción?
JE: Mis abuelos eran esclavos en las granjas de los invasores, así que nací en dos mundos, literalmente. Me doy cuenta de que aparte de las presiones e imposiciones del mundo blanco sobre mi mundo ancestral, es decir, el mundo indígena; hay un doble interés entre estos mundos. Con mi obra de arte, creo que puedo ayudarles a ambos a esta comprensión mínima. Las artes pueden acercar mundos, eso para mí es un hecho. Mi investigación también me lleva a creer que, incluso aparentemente fusionados, estos mundos no se confunden o se funden. Dado que tengo acceso a ambos mundos, busco construir una conciencia de que “naturalmente” estoy siendo educado por ambos para ser cada vez más un vehículo, un medio, un canal de disfrute y distinción.