Al transformar una escalinata pública en un museo de arte al aire libre, el MASF es más que una colección de artefactos. El museo es la realización del sueño colectivo de dar apoyo a personalidades comprometidas con la escena local, y combinar prácticas culturales con saberes, poesía y momentos de placer, en los que la resistencia lleva a la preservación de la ciudad.
Muestra As vozes da terra (2023-24). Foto: Diney Araújo
Muestra Diney Araújo, a lente generosa (2023). Foto: Augusto Leal
Bibliocicleta. Foto: Diney Araújo
Entre las variadas dimensiones de las diásporas africanas, coloniales o contemporáneas, hay mucho para compartir y aprender sobre los diferentes territorios que las componen. Un ejemplo es la antigua feligresía de São Miguel de Cotegipe, también conocida como Simões Filho, cuando pasó a ser reconocida en 1960 como municipio jurídicamente independiente de Salvador. El municipio de Simões Filho era un rincón de manifestaciones culturales singulares, como el Baile Pastoril Queimada da Palinha, y casi no tenía a disposición recursos culturales públicos o propios.
Fue en ese contexto que el artista Augusto Leal decidió crear el Museo de Arte de Simões Filho (MASF). Este experimento vino a ampliar su práctica, que antes estaba constituida principalmente por intervenciones urbanas y esculturas. “El MASF es la realización de un sueño colectivo. Sintetiza un proceso histórico de luchas colectivas por recursos culturales y políticas públicas de fomento de la producción y disfrute del arte en Simões Filho”, reveló el artista en una de las muchas conversaciones que tuvimos personal y virtualmente. “A la vez que promueve encuentros entre personas como espacio en que los artistas exponen y hacen sus trabajos, propone experiencias estéticas a los visitantes y revela las ausencias de la ciudad, pero sobre todo el deseo de la gente de tener espacios como ese. Y eso se ve en el apoyo del público a las exposiciones y acciones que hemos hecho en el MASF.”
Augusto Leal delante del MASF. Foto: Cortesía del artista.
Nacido (en 1987) y criado en la ciudad de Simões Filho, magíster en Artes Visuales por la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), Leal orientó su poética para, entre otros gestos, intervenir las ausencias políticas, debatir las formas del sistema del arte y operar en las relaciones entre las personas y la ciudad. Uno de sus primeros proyectos notables fue la Bibliocicleta, una biblioteca ambulante que reaccionaba ante la ausencia de bibliotecas.
El MASF se inauguró en 2023 con una acción colectiva de pintura realizada junto con artistas y residentes de la ciudad. Su perímetro inicial es una escalinata que conecta la avenida Elmo Serejo Faria con la calle Anísio Teixeira, en el barrio de Cia 1. “Además de todas esas motivaciones relacionadas con el contexto del territorio, también es interesante plantear y debatir qué puede ser un museo. En 2022, hice mi primer viaje a San Pablo, para participar de dos exposiciones en la ciudad. Aproveché la oportunidad para visitar el mayor número de museos posible”, explica Leal. “Aunque fue muy bueno ver personalmente obras de arte que sólo había visto en libros o pantallas, la experiencia del museo en sí fue muy frustrante. En general, sentía que era un espacio hostil a la presencia de personas […] Al volver a Simões Filho, caminando por la ciudad, vi esa escalinata. Y en un contrapunto con lo que había sentido en los museos, se me ocurrió transformar un espacio de pasaje en espacio de permanencia”.
El primer ciclo curatorial que organizó Leal tuvo el título de Histórias simõesfilhenses, pautado en tres exposiciones y programas de visitas. Cada una de las muestras se fue construyendo en profundidad a lo largo de tres meses, de modo dialéctico para poder catalizar los deseos poéticos enlazados con las reivindicaciones del territorio.
Con apoyo financiero del Prêmio Museu é Mundo fue posible concretar la muestra individual de fotografía Diney Araújo, a lente generosa (2023), la muestra colectiva de pintura As vozes da terra (2023-24), encabezada por Luís Santos, y O Relicário das artes (2024), una instalación de de Carla Vivian Mattos, una de las artistas que dirige el Relicário, un espacio cultural independiente vecino que ofrece una programación que incluye música, visualidades y medicina artesanal. Las exposiciones del MASF apoyan a personalidades importantes de la escena local comprometidas con el registro de manifestaciones populares en el teatro bahiano y con la producción de pinturas derivadas de la vivencia del cuerpo afroindígena.
La relación afectiva establecida entre vecinos-ambiente y museo-territorio resultó en un lugar abierto veinticuatro horas por día, gratuito, sin equipo docente o de seguridad y con gran asistencia de estudiantes. Y otra prueba del compromiso comunitario con el MASF fue la decisión de Ana Débora, una vecina del barrio, de volverse guardiana del museo. Más que una colección de artefactos, el MASF es el desbordar de un proceso artístico-museológico instaurado por la voluntad de tener una sede en el municipio, para reunir prácticas culturales: saberes, poemas y momentos de placer.
Muestra O Relicário das artes (2024). Foto: Augusto Leal
El MASF se volvió un museo que innova en su forma arquitectónica y en el compromiso de la comunidad para posibilitar que estrategias de resistencia estén configuradas como gestos de preservación de la ciudad. Y logra demostrar que sí, que los lugares comunitarios de memoria son necesarios para enlazar herencias culturales y para satisfacer las necesidades del presente.
Rogério Felix (1997, Salvador/BR) es investigador y curador independiente. Bachiller en Museología por la Universidad Federal de Bahía, cursa la maestría en Artes Visuales en la misma institución. Recientemente ha investigado historias de exposiciones de artes africanas en instituciones museológicas ubicadas en Salvador. Se interesa por las relaciones entre cultura (in)material y arte contemporáneo, operando a través de la documentación, la acción cultural-educativa, la crítica, además de organizar acervos y exhibiciones. Actualmente colabora como museólogo con el Museo Comunitario Mãe Mirinha de Portão, de la ciudad de Lauro de Freitas, donde organizó la muestra Caminhos das Memórias: cem anos de Mãe Mirinha de Portão (2024).