El riesgo de un cierre de la institución deja al descubierto la fragilidad financiera del importante espacio que es referencia para la cultura de matriz africana en Brasil.
Foto: Neide Almeida/Renata Santos
Marcha por la Cultura, del Masp hasta el Museu Afro Brasil. Foto: divulgación.
Museu Afro Brasil, São Paulo, Núcleo Trabalho e Escravidão. Foto: Nelson Kon.
A poco de cumplir quince años desde su fundación, el Museo Afro Brasil, importante referencia sobre la perspectiva africana en la formación de la identidad, la cultura y el patrimonio brasileños y único con esa propuesta en América Latina, enfrenta un peligro real de cierre por la falta de recursos. Un decreto del gobierno del Estado de São Paulo, que determina una reducción de casi el 23% de los gastos destinados a instituciones culturales en 2019, hizo que el grupo de algo más de sesenta empleados comenzara a temer lo peor.
En un país con fuerte presencia negra desde su formación, nadie puede desear que deje de existir un espacio tan importante para el debate de la afrobrasilidad, señalan los empleados. Apenas conocieron la noticia, se movilizaron junto a representantes de otras instituciones culturales para protestar y presionar al gobierno y revertir la decisión. Y salieron a la calle a denunciar el descuido de la cultura, y también fueron a la Asamblea Legislativa para discutir en una audiencia pública las consecuencias que tal reducción podría provocar.
El riesgo de cierre puso al descubierto la fragilidad financiera de un espacio tan importante. El problema es que que la institución ya trabaja con un presupuesto limitado desde 2015.
Protestas y resistencia
Y no fueron voces aisladas. El riesgo de cierre movilizó a otros sectores de la sociedad. Indignados con la noticia, un grupo de artistas brasileños grabó un video donde se resalta la importancia del museo. Y también hubo movilización institucional. Preocupada por el impacto de los recortes, la Asociación brasileña de Organizaciones Sociales de la Cultura (Abraosc) se reunió con representantes del gobierno del estado. Después de las movilizaciones, el gobernador del Estado de São Paulo, João Doria, subió un video donde niega que haya recortes y afirma que “valoriza y apoya a la cultura”.
El riesgo de cierre puso al descubierto la fragilidad financiera de un espacio tan importante. El problema es que que la institución ya trabaja con un presupuesto limitado desde 2015, a causa de un recorte del 12% que obligó a la dirección a reducir el personal en un 27%. “Tenemos un presupuesto muy ajustado y no hay margen para nuevos recortes. Si hay una nueva reducción, no podremos sobrevivir. Ni siquiera podremos pagar los despidos”, dice Ana Lúcia Lopes, coordinadora de planeamiento curatorial del museo, antes de saber que el gobierno había adelantado que revocaría la decisión. Según Lopes, hoy son sesenta y dos los empleados responsables del museo, instalado en un predio de once mil metros cuadrados, dentro del Parque do Ibirapuera, uno de los puntos turísticos de la mayor ciudad de Brasil. Como otras construcciones del parque, el predio fue proyectado por el conocido arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, fallecido en 2012 a los ciento cuatro años.
Un amplio archivo y un gran número de visitantes
El Museo Afro Brasil alberga un acervo permanente de siete mil piezas y documentos, recibe la visita de cuarenta mil estudiantes por año y aloja simultáneamente hasta siete exposiciones temporarias. La más reciente, Museo Afro Brasil, en seus 15 anos, celebra São Paulo: uma iconografia urbana, forma parte de la agenda de celebración de la década y media de existencia del museo. Se inauguró poco después de que los empleados alertaran sobre el riesgo de que el museo puede dejar de funcionar por falta de recursos.
“En un país racista como el nuestro, si el Museo Afro Brasil cierra, no será reabierto”, dice Neide Almeida, coordinadora del departamento educativo de la institución. Almeida resalta la importancia de que el museo continúe funcionando en buenas condiciones para poder atender al público como corresponde, algo que el presupuesto limitado ya dificulta y que una nueva restricción tornaría imposible.
Más allá de la concurrencia de un gran número de estudiantes, el Museo Afro Brasil tiene un programa de visitas guiadas para adultos mayores, discapacitados y personas socialmente vulnerables. En total, resultan unos ciento ochenta mil visitantes por año. Según Almeida, debido a las limitaciones impuestas en 2015, hay una gran demanda de visitas que el equipo no puede atender. Una fuente del museo cuenta que, después de anunciar que no hará recortes, el gobierno del estado ha estado conversando individualmente con los representantes de los diferentes espacios culturales para tratar cuestiones presupuestarias. Sin embargo, el clima dentro del museo sigue siendo tenso.
Fábia Prates es periodista y ha trabajado en grandes medios brasileños. Actualmente escribe sobre temas relacionados con la cultura, el comportamiento y la comunicación corporativa.
Traducción del portugués de Nicolás Gelormini