Una plataforma online reúne a tres artistas brasileñas y a una sudanesa para mapear poéticas de la diáspora en las Américas.
Marta Supernova, Lapa 55 Rádio. Foto: Blínia Messias
Ana Lira, Proyecto Chama. Foto: Jaime Quinones.
La Bienal del Mercosur, que se habría inaugurado el pasado 16 de abril, fue pospuesta a causa de la pandemia del coronavirus, pero puso en línea acciones y proyectos de artistas participantes. Uno de ellos es la primera acción del Projeto Chama (Proyecto Llama): se trata de un programa de radio (www.mixcloud.com/chamanoar), donde la artista y creadora del proyecto, Ana Lira, de Recife, comparte sus investigaciones sobre musicalidades de la diáspora, incluyendo también las investigaciones de la artista y DJ Marta Supernova (Río De Janeiro), de DJ Suelen Mesmo (colectivo Turmalina, Porto Alegre) y la participación de la poetisa sudanesa Ola Elhassan.
El proyecto está compuesto por un sistema de sonido, un libro de artista, una celebración y una vivencia para jóvenes DJs. El objetivo es abrir un diálogo sobre cómo las poéticas de la diáspora migraron y canalizaron sus códigos a través de expresiones creativas de los pueblos supervivientes al tráfico esclavista. Las artistas involucradas conversan con C&AL.
C&AL: ¿qué es el Proyecto Chama?
Ana Lira: Chama es una experiencia dedicada a las poéticas de la diáspora y a sus expresiones sonoras, celebratorias, sensoriales y escritas. He observado cómo las lenguas codifican saberes y lo esencial que es no forzar las traducciones. Es necesario mantener la diversidad de respuestas y fomentar en nosotros estrategias para sentir lo que no es familiar. En 2019, amplié la propuesta para incluir música y sonoridades. Invité, entonces, a Marta Supernova y abrimos una convocatoria para mapear DJs en América Latina. Llamamos a Suelen, del colectivo Turmalina, porque el sur de Brasil suele invisibilizar a la diáspora. Nuestra primera experiencia es radial. Las otras etapas para la 12ª Bienal del Mercosur son las celebraciones, así como una experiencia con poesía. Diseñé paralelamente un sistema de sonido y un libro de artista en asociación con Ola Elhassan.
Marta Supernova: esa potencia del DJ y de las escenas económicas, así como de las políticas de las musicalidades diáspóricas, mueven los cuerpos formando uno de los engranajes más relevantes del escenario musical mundial. La música electrónica tiene un origen diaspórico fuerte, tanto por haber sido creada con la presencia de musicalidades negras, como por ser un fenómeno accesible en términos de producción. El debate sobre lo que es el afrohouse (que puede ser un estilo musical, pero también un término paraguas para cualquier producción afrodiaspórica de música electrónica, etc.) ilustra las dificultades de delimitar los movimientos de la diáspora en función de las apropiaciones que estos sufren, así como de la rapidez de la difusión, creación y cambios en las producciones de arte digital y electrónico.
C&AL: ¿Qué tienen estas poéticas en común?
AL: hay bases comunes entre generaciones. Tanto en la poesía como en la música, temáticas sobre lo colectivo, la transmisión, la pertenencia, la migración y la expurgación son comunes. Las experiencias del cuerpo como relato(r) y mediador sensorial también son simbólicas en esta comprensión. Otro punto es la relación con el movimiento. Nuestras poéticas tienden al movimiento o al deseo de [moverse]. Migrar y reinventar traen estos temas.
Marta Supernova, Suelen Mesmo, Ola Elhassan, Ana Lira.
C&AL: ¿Estas temáticas están representadas de forma justa en las manifestaciones culturales brasileñas?
AL: tenemos casi 500 años de diáspora en Brasil. Lo justo sería el fortalecimiento del legado, en lugar de la continua negación. Lo que tenemos se suma a lo que ha sobrevivido hasta ahora y hay esfuerzos en la búsqueda de elementos con los que todavía podemos reconectarnos. Seguimos mapeando y transmutando los códigos para preservar lo que necesita ser cuidado.
C&AL: Suelen y Marta, ¿pueden contarnos un poco sobre el proceso de producción que se dio para responder a la invitación de Ana Lira?
Suelen Mesmo: fue un proceso increíble de rescate y fortalecimiento. Al componer los relatos, reviví referencias fundamentales para la comprensión que tengo sobre la música y la negritud. Fue importante regresar a esos recuerdos. Además de resignificar muchos de ellos, eso dio sentido a lo que he proyectado y construido. ¡Me sentí viva! También ha sido un paso importante en la participación en la Bienal del Mercosur.
MS: yo toco desde muy joven, pero, pensando en mi último proceso de arte y mis vivencias como ritmista de escuelas de samba y como DJ, creo que ellas me moldean mucho. Ana y yo trabajamos juntas desde 2018. Chama abre un espacio para que yo conceptualice y desarrolle mi vivencia con la música y el arte contemporáneo. Es una posibilidad de traer la vivencia del arte popular a un espacio en el cual esta normalmente aparece como fotografía o documental, pero no como matriz del proceso creativo.
C&AL: ¿Cuál fue el impacto del coronavirus en el proyecto, incluso en el contexto de su inserción en la Bienal del Mercosur?
Ola Elhassan: para este proyecto, no hemos podido completar la grabación de los poemas, lo que elimina gran parte de nuestra visión. Otro impacto ha sido el aplazamiento de la exposición. Aunque no iba a participar personalmente, habría sido la primera vez en que mi trabajo se expusiera –junto con el trabajo de otras artistas– en un formato multidisciplinar. ¿Quién sabe lo que eso podría haber creado?
AL: es un trabajo en el que la noción de colectividad y presencia física es fundamental, ocurre en las andanzas y las articulaciones. Estábamos creando una instalación donde la gente podía estar con libros manejables y participar en celebraciones y vivencias. Estábamos cultivando la fiesta como lugar de pertenencia. Ahora las comunidades están sufriendo y tenemos que apoyar acciones más allá de la creación. Estamos construyendo diálogos en línea, cuidando las redes y hemos optado por fortalecer el programa de radio, como un respiro frente a la situación actual. Nos hemos centrado en las sonoridades como forma de acogida y vibración. Además de pensar en cómo financiar nuestra vida diaria durante la pandemia.
C&AL: ¿Es posible hablar de nuevas formas de producir y consumir arte después de las vivencias del distanciamiento social?
SM: creo que, en un próximo escenario, después de este periodo de represión/privaciones, los movimientos estarán sedientos de articularse y movilizarse culturalmente.
OE: creo que es posible, pero no sería una producción completa. Leer poemas frente a una computadora no es lo mismo que leer para un público en vivo, estando entre otros poetas, con emociones intercambiadas de forma orgánica y genuina.
AL: además de los debates sobre la potencialidad y el consumo del arte en línea, también vemos redes de apoyo y nuevas formas de financiación cultural que están en proceso de experimentación. Toda una producción simbólica de las comunidades negras que estaba en la penumbra, en términos de sostenibilidad, ha tenido que ser vista ahora por una cuestión de supervivencia de las personas. Eso es muy importante. Hay cambios en los flujos económicos y necesitamos entender quién puede apoyar nuestras acciones ahora.
Links Proyecto Chama:
www.mixcloud.com/chamanoar www.soundcloud.com/chamanoar
Fábia Prates es periodista con una carrera en los grandes medios brasileños. Actualmente escribe sobre temas relacionados con cultura y comportamiento.
Traducción del portugués de Catalina Arango Correa