Gabi Ngcobo: Me gustaría tomar la descripción de África y de las complejidades del continente como pie para hablar sobre la obra que usted presentó en la pasada, 32a Bienal de São Paulo (2016), “Tears of Africa”, de 1989, que usted creó antes del accidente de auto en agosto de ese año…
HS: …antes incluso de comprender el continente. Durante los conflictos en los townships de Johannesburgo vi la muerte. Toda la ropa se me cubrió de sangre cuando le dispararon a un niño. Entonces abandoné la Johannesburg Art Foundation y me trasladé a Alexandre (un township), para enseñar y allí pasó lo mismo. Quedé en estado de shock. La gente que vino de Europa trajo su cultura a nuestro continente. Detuvieron a los que venían de las áreas rurales porque sabían que vendrían y destruirían el barrio. Y si ibas a las áreas rurales siendo alguien de un township, te detenían y te decían que no regresaras.
GN: ¿Quiénes te detenían?
HS: La gente blanca. Teníamos que registrarnos en una estación de policía para que nos permitieran dormir en el township, de otro modo nos habrían arrestado. Aunque uno saliera por seis meses, después, cuando volvías, te capturaban y enviaban a prisión por haber cruzado la frontera de modo ilegal. Era una medida preventiva que usaban para seguir haciendo que nuestra gente trabajara para ellos. Es una especie de esclavitud que hizo que nuestra gente estuviera dominada de mucho más severo porque se iban de su trabajo y cuando se suponía que tenían que rezar, le rezaban a la gente blanca, incluso hoy. Además, por supuesto, los hicimos cada vez más ricos.
GN: ¿Qué piensa de exhibir “Tears of Africa” en Brasil? ¿Qué expectativas tenía respecto al público que vio la obra?
HS: La gente que vio la obra tal vez pensó cómo ayudar a nuestra gente para volver a rezar del mismo modo en que lo aprendimos en nuestros hogares. Tal vez encuentren su camino de regreso, porque sus ancestros fueron traídos a Brasil como esclavos, no sabían adónde iban. Así que ahora tendrán que volver para aprender cómo recoger las semillas. Su libertad vendrá cuando recojan las semillas.