Colonialidad es, por lo tanto, la herencia del colonialismo que da forma a las estructuras e instituciones modernas. Según la profesora, además de moldear las instituciones, la herencia colonial también entra en las mentalidades, los imaginarios, las subjetividades y las epistemologías, determina la forma y el contenido de las sociedades actuales. La colonialidad, parte constitutiva de la modernidad, “se encuentra en cada ámbito de la existencia social: en el trabajo, en el sexo, en la subjetividad, en la autoridad, en el conocimiento eurocéntrico, y se articula con varios tipos de jerarquías: étnicas, raciales, sexuales, de género, de conocimiento, de lenguaje, religiosas; en consecuencia, la colonialidad comprende un sistema complejo de jerarquías”.
La idea del pensamiento descolonial, que es base de los estudios sobre la modernidad y la colonialidad, es buscar otros caminos y no los impuestos por el sistema que ignora los saberes tradicionales. Una especie de regreso a los orígenes con respecto al saber y hacer ancestral. De acuerdo con Eliene Amorim, el conjunto modernidad/colonialidad implica que, más allá de la colonialidad del poder, hay otras dimensiones del saber, del ser y de la naturaleza.
La Red Modernidad/Colonialidad reúne a intelectuales de diferentes países y áreas de conocimiento que investigan a América Latina y estudian estas cuestiones desde los años noventa. Según Eliene Amorim, el grupo considera a América Latina no sólo como espacio geográfico sino también como territorio sociopolítico, cultural y epistémico fundado por el colonialismo.