La artista Mónica de Miranda y la curadora Paula Nascimento han trabajado juntas durante años. Su último proyecto las lleva de regreso a Angola, donde De Miranda explora narrativas en torno al Hotel Panorama de Luanda y aborda los conceptos de propiedad y poder. La curadora Paula Nascimento habló con C& sobre la sutileza del arte de De Miranda, las sinfonías arquitectónicas y los espacios coloniales.
Mónica de Miranda, Plateau, de la serie Cinema Karl Marx (detalle), 2017. Cortesía de la artista.
Mónica de Miranda, Springboard, de la serie Swimming Pool, 2017. Cortesía de la artista.
Contemporary And: ¿Cuáles fueron los objetivos principales que usted y la artista se plantearon con la muestra Panorama en la galería This is Not a White Cube en Angola?
Paula Nascimento: Por un lado, Panorama es la primera muestra que Mónica de Miranda presentó aquí en Luanda. Es un proyecto que ella comenzó dos años atrás y ha sido exhibido de diferentes maneras en otras ciudades. Es decir, lo que quisimos hacer aquí, fue presentar un panorama de la variada obra de Mónica. Por otro, queríamos rendirle homenaje al hotel. Ella tiene una obra más temprana que se centra en el Hotel Globo. Y el hecho de que le rinda homenaje, muestra su interés por ese hotel que antes era un lugar emblemático y que ahora está en un eterno estado de decadencia. Pero, en realidad, el hotel es una metáfora. Es el punto de partida para una reflexión más amplia.
Mónica de Miranda, Cinema Karl Marx, de la serie Cinema Karl Marx, 2017. Cortesía de la artista.
C&: Para este proyecto usted tuvo que hacer frente a obras que abordan la coexistencia de realidades diferentes, de objetos contradictorios.
PN: Para mí, una de las cosas más fascinantes de la obra de Mónica es su sutileza. Me refiero a que nada es obvio. Las fotos pueden tener cierta exuberancia, pero no de un modo obvio. Y así van surgiendo todos los significados y las diferentes capas de significados, porque nos quedamos pensando sobre la obra. La convivencia entre naturaleza y arquitectura casi siempre funciona como si se tratara de dos amigos que se han resignado al mismo destino. Por lo general, la arquitectura borra la naturaleza, o viceversa. Siempre hay tensión entre ellas.
C&: ¿Qué puede decirnos en particular sobre la obra Dó (Pena) y hasta qué punto influyó en la museografía de la muestra en su conjunto?
PN: Lo obra fue pensada especialmente para esta muestra, para este lugar. Dó es una videoinstalación que Mónica fue haciendo a lo largo de los últimos dos años. Yo tuve el privilegio de observar todas sus fases y pasos, desde el momento en que se la concibió, pasando por sus primeros cortes hasta la obra tal como es ahora, que está terminada y exhibida en la galería.
Mónica de Miranda, captura de la videoinstalación Dó, 2018.
C&: El título, Dó, evoca la pena y el sufrimiento que produce ver la destrucción arquitectónica pero también la lucha por sobrevivir a esa destrucción.
PN: Me gusta pensar en Dó como en una sinfonía de una ciudad, de cualquier ciudad, en realidad. Terminó siendo sobre Luanda y Malange, porque son los lugares donde vivió la madre de Mónica. Es una especie de homenaje fílmico a esos espacios. Ahora bien, si la exuberancia visual nos transporta a esos lugares, a la vez hay cierta nostalgia y hasta tristeza, una sensación de pérdida. ¿Cómo puede ser que los jóvenes, que siguen las transformaciones de la ciudad, que no deja de modernizarse, tengan que convivir a la vez con un legado suspendido? Es como si las imágenes estuvieran suspendidas entre el ser y el no ser parte de la historia, entre abrazar la decadencia o elaborar estrategias de supervivencia.
C&: ¿Cómo ubica usted la obra de Mónica en cuanto artista y productora cultural en el contexto del arte contemporáneo de Angola y sus diásporas?
PN: Pienso que, en su caso, una cosa inevitablemente tiene que ver con la otra. Mónica de Miranda encaja bien en la pequeña diáspora o en el núcleo de artistas que son más internacionales. De todos modos, no suelo usar la palabra “diáspora”. Siempre uso la expresión “artistas en tránsito”, aun cuando algunos de ellos residan permanentemente fuera del país. Porque, en esencia, son artistas en tránsito cuyas obras se sitúan en ese espacio intermedio entre Portugal y aquí, entre lo que es historia y lo que es presente. Y ellos abordan su arte de diferentes modos, algunos de manera más local y otros en un diálogo más global.
C&: Si en 2013 usted hubiera puesto el proyecto Panorama de Mónica de Miranda en un espacio contiguo a la muestra Luanda, encyclopaedic city de Edson Chagas, ¿cómo cree que hubiera funcionado?
PN: Es gracioso, nunca pensé en esas exhibiciones juntas, pero es un ejercicio muy bueno. Creo que, en el plano formal, son muy parecidas, en el modo de fotografiar, muy de cerca. Por supuesto, hay cuestiones técnicas, como el encuadre, el tipo de imagen y los objetos que eligen fotografiar. Pero a pesar de que llegan a resultados diferentes, son bastante cercanas.
Por otra parte, si hoy tuviera que pensar en juntar las dos muestras, seguramente una sería la introducción y otra la conclusión: el mismo tópico recurre en ambas. Lo que me interesó del trabajo de Edson Chagas, específicamente, fue su intento de reconfigurar nuestra relación con determinados espacios a través de objetos que habitan la obra; y los que conocen esos espacios saben que son coloniales.
Mónica se interesa por el momento de la confrontación, el momento en que, como espectadores, tenemos que poner el dedo en la llaga y pensar cómo fue que salimos de aquí, cómo avanzamos. Es un trabajo en marcha y una de mis obsesiones.
La muestra PANORAMA de Mónica de Miranda estuvo expuesta hasta febrero de 2020 en la galería This is Not a White Cube de Angola.
Paula Nascimento nació en 1981 en Luanda, Angola, donde vive y trabaja. Es arquitecta, curadora y licenciada de la Architectural Association School of Architecture y la LSB University de Londres. Nascimento trabajó en estudios de arquitectura de Oporto y Londres antes de fundar en 2011, con Sfefano Pansera, Beyond Entropy Africa, una red colectiva de investigación dedicada a la arquitectura, el urbanismo, las artes visuales y la geopolítica.
Adriano Mixinge (Luanda, 1968) es historiador y crítico de arte, curador y, actualmente, director ejecutivo del MAAN, Memorial Antonio Agostinho Neto, de Luanda (Angola).
Traducción del inglés de Nicolás Gelormini