Plantación – prosperidad y pesadilla, un proyecto del artista angoleño Kiluanji Kia Henda, fue elegido para constituir el Memorial en Homenaje a las Personas Esclavizadas en Lisboa. Beatriz Dias, fundadora de Djass – Asociación de Afrodescendientes, además de diputada y activista, habla sobre el Memorial que está siendo construido, el legado de la esclavitud y la importancia de colaborar con curadores que trabajan por un pensamiento decolonial.
Kiluanji Kia Henda: proyecto para el Memorial de Homenaje a las Personas Esclavizadas - Lisboa. Foto: Kiluanji Kia Henda
Kiluanji Kia Henda. Archivo personal
C&AL: La idea de crear un Memorial de homenaje para las personas esclavizadas en Lisboa incluye la creación de una obra artística en el espacio público. ¿Podría hablar de ese proceso de selección?
Beatriz Dias: La idea era que el Memorial fuera, por su simbolismo, una creación de un o una artista africano/a u afrodescendiente, de un país de habla portuguesa, con un perfil adecuado a la naturaleza conceptual y contemporánea del proyecto, y cuya obra de alguna manera canalizara una reflexión y una posición sobre temas relacionados con la esclavitud, el colonialismo y el poscolonialismo. Paralelamente, la Djass creó, en marzo de 2018 un grupo asesor compuesto por activistas vinculados al movimiento negro y antirracista e investigadores especializados en historia, estudios poscoloniales, arte y museología, para participar en la definición del concepto del Memorial y en el proceso de selección de lo/as artistas.
El Memorial debería recurrir a un lenguaje artístico contemporáneo, conceptual y simbólico, capaz de garantizar una presencia urbana significativa y de representar la esclavitud de una manera amplia, incluyendo las dimensiones de la memoria, la resistencia y los legados y continuidades históricos, así como estableciendo el vínculo entre el pasado y el presente. Con base en estos criterios, cinco artistas africanos fueron invitados, tres de ellos presentaron una propuesta: Grada Kilomba, Jaime Lauriano y Kiluanji Kia Henda, y escogimos la propuesta de este último, que fue el que más votos recibió en seis sesiones públicas que organizamos en varios lugares en la zona de Lisboa donde hay una fuerte presencia de personas africanas y afrodescendientes.
Uno de nuestros objetivos era hacer que este proceso fuera participativo desde el principio. Cabe recordar que surgió como una propuesta presentada por Djass al Ayuntamiento de Lisboa.
C&AL: La obra seleccionada se ubicará en un lugar simbólico de la ciudad. ¿Podría hablar de la elección de este lugar?
BD: Una de las dimensiones que nos pareció extremadamente importante garantizar fue que la obra se situara en un espacio de excelencia, en el centro de la ciudad, con el fin de romper la segregación a la que están sometidas las poblaciones afrodescendientes en la ciudad de Lisboa. Sabemos que las poblaciones tienen un movimiento pendular, llegan al centro de la ciudad, adonde van a realizar sus tareas profesionales, donde trabajan, construyen, limpian la ciudad, y luego son remitidas a las afueras, en procesos de clara segregación territorial, que son acompañados de una segregación en la vivienda.
Así que queríamos romper con este proceso de segregación territorial y que en el centro de la ciudad hubiera un monumento que celebrara a las personas esclavizadas. Inicialmente elegimos Ribeira das Naus, ubicación central, en el eje que está entre Cais do Sodré y Campo das Cebolas. Este eje fue identificado por los historiadores como el área donde atracaban los barcos que transportaban a las personas esclavizadas, secuestradas de los países africanos ocupados por Portugal. También queríamos que fuera en una zona de fácil acceso, donde la gente pudiera llegar en transporte público, y no que estuviera en los suburbios de la ciudad, en un lugar lejano, donde nadie va, nadie ve, queríamos que fuera un lugar visitado, frecuentado, con personas.
Desde el primer momento, sentimos que era relevante que el memorial estuviera asociado a un Centro Interpretativo. Pensamos que era muy importante que el Memorial tuviera este equipo asociado, donde hubiera exposiciones, conferencias, debates, con un horario regular, un servicio educativo que incluyera visitas guiadas. Ese sería un lugar donde enraizaríamos nuestras memorias y contaríamos esta historia que es invisible en el espacio público.
C&AL: Portugal, a diferencia de otros países como Inglaterra o Francia, todavía no tiene una sólida cultura de memoria sobre las personas que fueron víctimas de la esclavitud. ¿Qué movimientos han estado surgiendo para revertir esa situación?
BD: La negación del racismo y la discriminación racial en Portugal es uno de los principales factores que obstaculizan un debate profundo sobre las causas del racismo estructural y sistémico que existe en la sociedad portuguesa. Por consiguiente, también impide un análisis profundo de la memoria de las personas víctimas de la esclavitud, del papel que Portugal desempeñó en la trata de personas esclavizadas y de la contribución que estas poblaciones, estas personas, han hecho al conocimiento en Portugal, a la cultura, al desarrollo tecnológico. ¿Y cómo se configura esta negación? Esta negación es el resultado de una identidad nacional basada en un discurso hegemónico, una narrativa ficticia, una fantasía que celebra los descubrimientos como la empresa más importante de la sociedad portuguesa.
Hay toda una producción alrededor de los descubrimientos que reifica algunos de los mitos de la identidad nacional. El mito del lusotropicalismo: de que el pueblo portugués es un pueblo con un apetito natural para el mestizaje, que tiene capacidad de diálogo e interrelación con las poblaciones indígenas de los países africanos ocupados. O el mito de la misión civilizadora de Portugal, es decir, de que Portugal jugó un papel importantísimo al civilizar a las poblaciones y que contribuyó a que estas pudieran salir de las tinieblas, del supuesto oscurantismo en el que fueron encontradas y al que fueron iluminadas, ascendiendo hacia la civilización europea, luchando contra el primitivismo y haciendo que estas personas fueran más desarrolladas tecnológicamente, más civilizadas. Y, sobre todo –y creo que esta es la raíz más profunda del negacionismo portugués–, la idea de que el colonialismo portugués fue un colonialismo benigno, por lo tanto, de que Portugal fue un buen colonizador.
Kiluanji Kia Henda. Foto: archivo personal
C&AL: ¿La Djass surge precisamente en el contexto de la descolonización del pensamiento portugués?
BD: Desde su fundación en 2016, la Djass pretende problematizar la descolonización del conocimiento. Nos hemos basado en el trabajo de investigación de historiadores, sociólogos y antropólogos que también piensan sobre esta descolonización. Por un lado, está la descolonización epistemológica, que trae el conocimiento producido por otros autores para pensar cómo se produce el conocimiento y cómo podemos cambiar las concepciones eurocéntricas vigentes y dominantes, y traer a la discusión a otras formas de conocer.
Fuimos a buscar pensadores afroamericanos, africanos, afrodescendientes, y su contribución a los movimientos de liberación. Todas estas ideas están modelando nuestro discurso, influyendo en él y en la forma en que pensamos lo que hay que hacer para descolonizar el conocimiento en Portugal, dar centralidad al racismo y la discriminación racial y entender que el racismo cruza las diferentes dimensiones de nuestra vida colectiva, y que tiene un impacto no solo en la vida negras y negros, sino también, en las ideas hegemónicas de la sociedad mayoritaria.
C&AL: Usted aboga por la inclusión de la contribución de los pueblos africanos a los planes de estudio escolares. ¿Se pretende de esta manera rescatar la historia del arte del continente africano?
BD: En Portugal, los libros de texto siguen transmitiendo una visión eurocéntrica del conocimiento que invisibiliza la diversidad y la riqueza de las culturas africanas o las retrata de manera estereotipada o subalternizadora. Es necesario desmontar esta visión inscribiendo en los planes de estudios y libros de texto la contribución de las civilizaciones africanas al desarrollo científico, tecnológico, económico, social y cultural de la humanidad. El Centro Interpretativo –que forma parte del Memorial– será también fundamental para la afirmación de este pensamiento decolonial. Queremos examinar las contribuciones de las civilizaciones africanas al conocimiento, la tecnología y el desarrollo social, de modo que podamos disputar y enfrentar la narrativa que trata a estas civilizaciones y culturas como atrasadas, incivilizadas, primitivas y que establece una jerarquía que califica a estas civilizaciones, siempre en comparación con la civilización europea. Queremos luchar contra el eurocentrismo para traer esta información, que es tan importante para componer la historia incompleta que se cuenta sobre estas civilizaciones, sobre estas culturas. Planeamos una programación regular en el Centro Interpretativo, que contará con la colaboración de curadores de arte que reflexionen sobre este pensamiento decolonial y poscolonial, pero también que tengan conocimiento de cuáles fueron las diferentes manifestaciones de las diversas civilizaciones africanas a lo largo de este período, durante el contacto con el colonialismo precolonial y poscolonial.
También contaremos con la participación de las comunidades. Queremos crear una museología comunitaria, donde la curaduría de exposiciones se realice en asociación y articulación con las asociaciones locales y con el movimiento social afrodescendiente, con el fin de construir un diálogo fluido con las comunidades, pero también, una narrativa robusta que confronte la narrativa hegemónica nacional, ya que estas comunidades siempre se presentan como subalternas en la producción de conocimiento, y queremos disputar esta narrativa. Por otra parte, queremos establecer un vínculo entre las diferentes instalaciones que existen en las ciudades europeas que se ocupan de los mismos temas: la memoria y la historia colonial, la memoria de las poblaciones africanas y afrodescendientes en los países europeos y la memoria también de los afroeuropeos. Es importante pensar en Europa como un espacio plural, de múltiples culturas.
Beatriz Dias es una mujer negra portuguesa. Nació en Dakar, Senegal, en 1971, y reside en Lisboa, Portugal. Es profesora de biología y geología en la educación primaria y secundaria desde 1994. Activista antirracista y fundadora de Djass –Asociación de Afrodescendientes. Militante y líder del Bloque de Izquierda, fue concejal en Lisboa entre 2009 y 2019, y actualmente es diputada en la Asamblea de la República (parlamento portugués).
Gisele Navarro Fernandes es brasileña y vive en Lisboa desde 1996. Es una psicóloga involucrada en los movimientos sociales portugueses. Además de la asociación antirracista Djass, forma parte del Colectivo Andorinha – Frente Democrático Brasileño de Lisboa.
Traducción al español de Catalina Arango Correa