La exposición one month after being known in that island, co-producida por Caribbean Art Initiative, reune en Basilea, Suiza, la obra de once artistas que proponen formas de habitar, pensar y comunicar el Caribe contemporáneo. Los artistas revelan la diversidad de las artes visuales de la región, y al mismo tiempo comparten una voluntad de emancipación, resistencia y reconfiguración histórica que busca romper narrativas coloniales y neocoloniales. C&AL habló con Yina Jiménez Suriel y Pablo Guardiola, curadores de la muestra.
Minia Biabiany, Toli Toli, videoinstalación, We don't need another hero, X Bienal de Berlín, 2018. Proyecto realizado con el apoyo de X Bienal de Berlín 2018 y Horizn Biennal Award. Crédito de la imagen: Tim Ohler.
Tessa Mars , A Vision of Peace, Harmony, and Good Intelligence, acrílico en lienzo, 190 X 190 cm, 2020. Cortesía Caribbean Art Initiative.
Nelson Fory Ferreira, ¡La historia nuestra, caballero! (Our History, Sir!), impresión 71 x 106 cm, desde 2008. Cortesía Caribbean Art Initiative.
La exposición one month after being known in that island, en el nuevo espacio de arte de la Kulturstiftung Basel H. Geiger, en Basilea, Suiza, muestra la enorme riqueza de las artes visuales contemporáneas del Caribe actual. Y como lo expresan los curadores Yina Jiménez Suriel y Pablo Guardiola, también quiere ofrecer herramientas para entender cómo las artes producen y reproducen comprensiones de un Caribe distinto del estereotipo, más crítico de su historia, diverso, anticolonial, emancipado.
El título de la muestra es una frase del Tratado de Basilea, firmado entre la monarquía española y la república francesa en 1795. El documento puso fin a la Guerra de Rosellón e incluyó, entre otras concesiones, la entrega a Francia de la isla La Española (actual República Dominicana y Haití). La escueta referencia a “esa isla” (that island) revela, según Jiménez y Guardiola, los esfuerzos de invisibilización que implica el colonialismo. Esa relectura lleva a los curadores a explicar que “la exposición plantea la créolité de Édouard Glissant como estrategia de resistencia para afrontar las lógicas coloniales y neocoloniales en nuestra región. (…) Asumimos esa créolité como un cuerpo teórico que define un proceso de ruptura con las formas y patrones culturales impuestos y heredados con el fin de crear una mentalidad distinta”.
Los artistas expuestos son Ramón Miranda Beltrán (Puerto Rico), Minia Biabiany (Guadalupe), Christopher Cozier (Trinidad), Tessa Mars (Haití), Elisa Bergel Melo (Venezuela), José Morbán (República Dominicana), Tony Cruz Pabón (Puerto Rico), Madeline Jiménez Santil (República Dominicana), Guy Régis Jr. (Haití), Sharelly Emanuelson (Curacao) y Nelson Fory Ferreira (Colombia). El proyecto nace de una colaboración entre la Kulturstiftung Basel H. Geiger y la Caribbean Art Initiative, y está acompañado de una publicación del mismo nombre que incluye textos de Marta Aponte Alsina y Rita Indiana.
C&AL: ¿Por qué es necesario estimular la conversación entre los artistas visuales del Caribe?
Yina Jiménez Suriel: Porque es algo poco usual en el sector cultural de la región. En nuestra exposición, quisimos que fuera una conversación sobre formas de trabajo y, en especial, sobre el pensamiento y las múltiples capas de lo político que recubren el Caribe. La cultura es parte de nuestra cotidianidad y hace visibles dimensiones que de otra manera no alcanzarían la superficie.
Pablo Guardiola: Hemos pensado en una conversación también porque, en el Caribe, la comunicación entre las islas y la región continental es muy escasa, al menos en las artes visuales. Con este proyecto queremos unirnos a las estrategias que buscan crear puentes.
C&AL: ¿Qué puede significar “arte caribeño”?
YJS: Tenemos problemas con la categoría “arte caribeño”. Preferimos no englobarlo así, sino entenderlo como puntos comunes. Por ejemplo, en la exposición están Ramón Miranda Beltrán y Madeline Jiménez Santil. Ambos trabajan con lenguajes muy distintos de producción contemporánea, pero por momentos se encuentran. Madeline dice que “al cruzar los trópicos, la modernidad empieza a sudar”. Quiere decir que comienza a desarticularse, conocerse y replantearse a través de preguntas distintas a las de Occidente y el Norte.
PG: El Caribe es la acumulación de muchas cosas, y eso incluye otros lugares. Los artistas buscan reconfigurar nuestras identidades y cambiar el sentido de lugar. Miranda Beltrán incluye en su trabajo referencias a eso de manera sutil. Trabaja con cemento, pero referencia también las marcas en las piedras de los pobladores originarios de Puerto Rico, junto a marcas contemporáneas. La historia oficial dice que esa piedra no se usaba, pero él contradice esto: ¿acaso nuestra historia no ocurrió? Siento que muchos artistas de la exposición buscan una reflexión y una revisión de la historia oficial. Por ejemplo, José Morbán ofrece una mirada a la historia reciente dominicana. Y Tony Cruz tiene un proyecto que ha tomado muchas formas –instalación, charla, video– y explora los referentes de la apropiación y el sincretismo desde la salsa, en específico desde las portadas de los discos.
Tony Cruz Pabón, La clave / La llave (The KeY), still de vídeo, 2018. Cortesía Caribbean Art Initiative.
C&AL: ¿Cómo entienden el papel de los afrolatinos en el arte caribeño?
YJS: En el contexto local, y hablando desde mi realidad dominicana, la mayor parte de la producción viene de la afrodescendencia. Somos mayoritariamente afrodescendientes. Y aunque los discursos y las obras no aluden únicamente a situaciones que atañen a esta comunidad, hay esfuerzos para generar recursos y espacios de reflexión para poder profundizar en la experiencia como afrodescendientes.
PG: Hay un factor histórico innegable. El Caribe fue producto de una salvajada, de traer a la fuerza a poblaciones y poblaciones no originarias, y de ahí surge una mezcla violenta. Para mí, nuestra cultura parte de ahí. Y muchos artistas con los que estamos trabajando comparten esa idea, la de que el Caribe son muchos tipos de negritud que están en diálogo. En las islas que hablan español, la oficialidad intentó blanquear la realidad. Pero la verdad es otra. La base cultural de nuestra población es negra.
C&AL: ¿Cómo se manifiesta eso en la exposición?
PG: Nelson Fory Ferreira interviene directamente en la escultura pública de colonizadores españoles y les pone pelucas afro. Es un caso muy explícito, pero hay un intento de decir: “Aquí vamos a revertir la mirada”. Christopher Cozier hace lo mismo, pero desde lo abstracto. Dice que su arte “no es sobre el Caribe”, sino “sobre una mirada caribeña”, y de ahí parte para desarrollar sus investigaciones. Como en otras comunidades del continente americano, en el Caribe se ha querido utilizar el concepto de mestizaje como estrategia colonial de invisibilizar y homogeneizar, bajo la idea de que aquí no pasó nada, que hay armonía. Eso es una gran mentira. Hay fisuras y atropellos. Cuando el poder intenta folclorizar la cultura negra y caribeña, elimina lo complejo que es hablar de cultura. Los colegas en la exhibición, y muchos otros más, proponen la mirada no folclórica.
C&AL: Por último, ¿de qué forma esta “oposición a lo folclórico” es un punto común de la exposición?
YJS: Es una respuesta a políticas culturales impulsadas desde el Estado y el sector privado. Y es una oposición al intento de vaciar de contenido la producción cultural. Lo folclórico se ha utilizado como estrategia para reducir la potencia de reflexión y creación de conocimiento desde prácticas cotidianas culturales, principalmente afrodescendientes. Es una categoría que apela a distanciar y fomentar un discurso donde la cultura no sea asumida como espacio político y relevante para los cambios sociales necesarios en la contemporaneidad. Por eso, la exposición apela a la potencia de la imaginación desde la producción de sentido a través del arte contemporáneo para pensar en otras formas de resistencia y emancipación en nuestras realidades. Los artistas invitados parten de metodologías desde la subversión y no desde la repetición, con el fin de construir narrativas que puedan evadir los signos coloniales y neocoloniales en los relatos de la región.
La exposición one month after being known in that island se puede visitar en el nuevo espacio de arte de la Kulturstiftung Basel H. Geiger, en Basilea, Suiza, del 27 de agosto al 15 de noviembre de 2020.
La investigadora y arquitecta dominicana Yina Jiménez Suriel es curadora del Centro León, en Santiago de los Caballeros, Santo Domingo, desde 2018. Tiene una maestría en Historia del Arte y Cultura Visual de la Universidad de Valencia, España, y ha participado en el fondo de estímulos Curando Caribe, del Centro Cultural de España en Santo Domingo y Centro León. Hoy desarrolla una investigación sobre la relación, en su país, entre la mujer y el espacio arquitectónico en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia y la revista Arquitexto.
Pablo Guardiola es un artista visual puertorriqueño. Su obra surge del trabajo con objetos, fotografía y escritura. Su interés particular es la producción de formas variadas de lectura y narración, así como la forma en que estas son percibidas e interpretadas. Tiene un grado de Historia de la Universidad de Puerto Rico (Río Piedras) y una maestría del Instituto de Artes de San Francisco, USA. Desde 2013, es codirector de Beta-Local, en San Juan de Puerto Rico.
Camilo Jiménez Santofimio, quien realizó la entrevista, es un periodista y editor colombiano. Ha sido director y gestor de diferentes medios y proyectos culturales.