El grupo artístico formado por migrantes latinoamericanos con diversas identidades sexuales y de género crea acciones antirracistas y decoloniales a través de textos y prácticas artísticas. C&AL charló con el colectivo a propósito de su muestra en la Trienal de Arte Frestas en São Paulo, Brasil.
Colectivo Ayllu, Vista de la exposición Devuélvannos el oro, Matadero Madrid, 2018. Cortesía del Colectivo Ayllu.
Colectivo Ayllu, El Caníbal, litografía original producida en colaboración con una imprenta australiana. Cortesía del Colectivo Ayllu.
Colectivo Ayllu, No nos culpes por lo que pasó 2019-2020. Vista de la instalación en la 22a Bienal de Sydney. Cortesía del Colectivo Ayllu.
Un vínculo simbólico, afectivo y de resistencia une al colectivo de arte Ayllu. De ahí proviene su nombre, que en lengua quechua significa “familia”, y no necesariamente se refiere a un parentesco de sangre, sino también puede indicar otro tipo de familias.
El grupo está conformado por cinco artistas, investigadoras e investigadores que vienen de distintos territorios y contextos, o lo que ellxs llaman el Abya Yala, los pueblos indígenas en América. Alex Aguirre Sánchez y Leticia/Kimy Rojas Miranda de Ecuador; Iki Yos Piña Narváez de Venezuela; Francisco Godoy Vega de Chile y Lucrecia Masson de Córdoba, Argentina, se encontraron en 2017 y crearon esta “familia elegida” que es también un espacio seguro para aquellos cuerpos migrantes y disidentes sexuales que rompen con los códigos de género, sexo y raza.
Sus intervenciones artísticas son un llamado a no callar, a interpelar la historia a partir de textos, performances y activismo decolonial. Crean acciones de resistencia al racismo, al colonialismo y a la sexualidad heteronormativa, pero también hacen una invitación a transformar y sanar colectivamente la herida que dejó la conquista y el sistema colonial en los cuerpos y los territorios de América Latina.
C&AL: ¿Cómo nació el Colectivo Ayllu y cuáles son sus principios?
Colectivo Ayllu: El Colectivo Ayllu nace como un tejido de subjetividades, disidentes al régimen heterosexual blanco, y periféricas en la política racial heterocentrada, que se articula entre el activismo y las prácticas artísticas. Es una comunalidad de disidencias que quiere escapar del sistema de creación individual, hacer un quiebre con el disciplinamiento artístico y la estética occidental. Nuestras formas y estéticas no dialogan con los códigos del arte de la supremacía blanca.
Somos una familia en la diáspora, una familia escogida y disidente al proyecto civilizatorio blanco y heterosexual. Una familia de indixdescendientes y afrodescendientes con los pies en el Estado racista español.
C&AL: ¿De qué formas el colectivo hace frente al orden colonial, racista, heteropatriarcal y capitalista?
CY: Con nuestras voces, poéticas y cuerpos intentamos hacer frente a este mundo que funciona históricamente a partir del exterminio de cuerpos no blancos y no heterosexuales. El proyecto heterocolonial es imparable. El mismo hecho de vivir ya nos coloca en una guerra que comenzó hace 500 años; como decía la poeta Audre Lorde: “no esperaban que sobreviviéramos”.
Desde la supervivencia generamos estrategias de resistencia que transitan sin fronteras entre arte y vivienda; poesía y alimentación; performance y protesta; educación y familia elegida. Nuestras formas pervierten los límites disciplinares del arte para entender la producción artística como una forma de vida y una forma de sanación. Conformamos espacios antirracistas y disidentes sexuales que conectan nuestras diferentes memorias con las hermanas de la diáspora (de Abya Yala y el Caribe, África, Asia, etc.) en España.
C&AL: ¿Qué acciones van a presentar en la Trienal de Artes Frestas en Brasil?
CA: Estamos elaborando una tecnología de autopreservación de nuestros cuerpos a modo de textos e imágenes, que parte del principio de “siete mil ríos nos conectan”, citando a la filósofa afrotravesti Abigail Campos Leal, quien ha sido nuestra “mediadora” en esta edición del Programa Orientado a Prácticas Subalternas (POPS) que realizamos desde finales de 2020 para Frestas.
Este es un archivo material de una comunalidad epistémica que nació en el POPS, el cual fue un espacio de creación y crítica colectiva de cuatro meses, reuniéndonos una vez por semana, y cuyo proceso se materializará en un periódico que viajará en el tiempo y está compuesto por creaciones múltiples de pensadorxs, artistxs, y creadorxs de distintos lugares de Abya Yala y El Caribe.
Participaron personas de Brasil, Ecuador, República Dominicana, Argentina, Chile, México y Colombia, construyéndose una comunidad de afluentes que convergían en encuentros virtuales para poner en diálogo nuestros saberes sobre cómo habitar la metrópoli y la herida colonial, la ideología blanca del mestizaje, las sexualidades ancestrales, las epistemologías trans, la política de la carne negra, los mundos incomunes y los futuros, entre otros. El periódico bilingüe portugués-castellano, que estará presente en papel en la exposición, también se podrá descargar en la web de la Trienal y así podrá difundirse internacionalmente.
C&AL: Hay movimientos y colectivos antirracistas y anticoloniales en varios países de Latinoamérica que están abriendo una discusión sobre el pasado colonial de la región. ¿Cómo creen que el Colectivo Ayllu puede reparar esas dinámicas a través de sus acciones artísticas?
CA: Una de las sesiones públicas del POPS en la Trienal la titulamos “Quizás reescribir la historia sea nuestra única forma de reparación”. Es una cita de Saidiya Hartman de su texto “Venus en dos actos”. Sentimos que es una inspiración para imaginar y recrear un pasado, otro “que aún no se ha escrito” y muchos futuros (im)posibles. En este sentido, nuestras creaciones pueden trazar otras rutas de escape de las narrativas hegemónicas, blancas, heterosexuales y cisgenéricas de las cuales nos hemos intoxicado.
Reescribir la historia no es solo “reescribir” en su sentido literal, sino que es abrir espacios colectivos de circulación de las voces y los relatos encarnados, de memorias de nuestras abuelas, de la comida, los olores, de memorias que incluso ni recordábamos que teníamos porque el proyecto blanco siempre ha querido su borramiento.
C&AL: ¿Qué planes futuros tienen?
CA: Pensamos seguir produciendo el POPS de forma autogestionada o con apoyo de algunas instituciones culturales. Este año estamos invitadxs a participar de la exposición colectiva Raíz en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito con la instalación que presentamos en marzo de 2020 en la Bienal de Sydney bajo el título: Don’t Blame Us For What Happened.
Seremos parte de la reordenación de la colección del Museo Reina Sofía y estamos invitados a la Bienal de Kochi en la India, aunque actualmente se encuentra paralizada por la pandemia. En 2023 participaremos en el proyecto Antifurista cimarrón curado por Yuderkys Espinosa.
Ana Luisa González, quien realizó la entrevista, estudió Literatura y trabaja como periodista cultural y reportera independiente en Colombia.
Translation from Spanish by Zarifa Mohamad Petersen