El nacionalista de derecha Jair Bolsonaro es presidente de Brasil desde inicios de 2019. ¿Qué significa su elección para el arte y la convivencia? Jochen Volz, director de la Pinacoteca de São Paulo, habla sobre el clima que se respira en el país.
Foto: Mídia NINJA [CC BY-NC-SA 2.0] (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/)
Esta entrevista fue publicada originalmente por la revista Monopol – Magazin für Kunst und Leben.
Desde comienzos de año Jair Messias Bolsonaro es presidente de Brasil. ¿Qué transformaciones se están perfilando para las artes y la política cultural?
Por el momento no hay nada claro. Durante su campaña electoral, Bolsonaro no se manifestó sobre cuestiones de política cultural, la cultura no aparece en su programa. Hasta ahora el gran corte es que se ha suprimido el Ministerio de Cultura y fue incorporado a uno llamado Ministerio de Ciudadanía. Ahora hay que ver si se mantendrán o no las estructuras y competencias.
¿Cómo están reguladas las competencias de política cultural? ¿Quién es responsable de los museos: la nación o los estados?
Nuestro museo, la Pinacoteca del Estado de São Paulo es un museo regional, estamos bajo la jurisdicción del Estado de São Paulo. A lo largo de Brasil hay unos treinta museos administrados por la Nación, pero la gran mayoría está bajo la competencia de los municipios y los estados. Ahora bien, hay algo que es diferente de Alemania: uno de los instrumentos de fomento más importantes son las llamadas Leyes de Incentivo, que permiten recibir apoyo a través de patrocinadores que a su vez obtienen un descuento en sus impuestos. Y esta forma de apoyo es importantísima para todas las instituciones: en el caso de nuestro museo constituye aproximadamente el 40% del presupuesto anual. Los patrocinadores pueden ser empresas pero también individuos. El truco es que la decisión de autorizar el descuento de impuestos se toma en el plano nacional.
¿Ha sido cuestionada esta reglamentación?
En la campaña electoral siempre hubo críticas a la ley de patrocinadores, también de parte de Bolsonaro y sus seguidores. La crítica principal era que permitía a las grandes empresas evitar los impuestos. Y que muchos de esos recursos sólo llegan a los grandes centros. Una empresa que apoya a un museo de São Paulo naturalmente obtiene más visibilidad que si apoya a una institución de una localidad pequeña del interior del país. Este aspecto de la crítica es totalmente comprensible y habría que introducir mecanismos para repartir el dinero de modo más justo. Pero una abolición completa de la reglamentación significaría el fin de muchas instituciones culturales.
De 2005 a 2012 usted fue director artístico del Centro de Arte Contemporáneo Inhotim, del coleccionista privado Bernardo Paz, condenado hace poco por lavado de dinero. ¿El caso no les ha venido de maravillas a los populistas de derecha?
Bernardo Paz fue condenado en primera instancia, ahora estamos en la etapa de apelación, o sea que no hay una sentencia firme. Hay que tener en claro que Bolsonaro es fruto de un populismo de derecha que está estrechamente conectado con la iglesias evangélicas que tienen mucho predicamento en Brasil. Las iglesias afirman sostener las virtudes tradicionales y los valores familiares clásicos. Por eso el arte contemporáneo, que reflexiona sobre las libertades y plantea el interrogante cómo vivir y expresarse, les resulta algo sumamente incómodo. De ahí que desde hace algún tiempo, el arte se haya convertido en objeto de ataques de los populistas de derecha. Es posible suponer que la acusación contra Bernardo Paz sea una consecuencia de esto.
El historiador de arte y curador alemán Jochen Volz, director de la Pinacoteca del Estado de São Paulo, uno de los museos de arte más importantes de Brasil. En 2016, fue curador de la Bienal de São Paulo, en 2017 del pavillón brasileño de la 57ª Bienal de Venecia. Foto: Christina Rufatto.
Los ánimos están tensos, pero no necesariamente respecto al futuro del arte sino más bien respecto a cuestiones que afectan la coexistencia de todos nosotros.
¿Cómo ve los ánimos entre los artistas?
Los ánimos están tensos, pero no necesariamente respecto al futuro del arte sino más bien respecto a cuestiones que afectan la coexistencia de todos nosotros. ¿Cómo será de ahora en más la convivencia social? Una de las primeras medidas de Bolsonaro fue flexibilizar la portación de armas. También la reestructuración de los ministerios es muy polémica. La fusión del Ministerio de Medio Ambiente con el de Agricultura tiene en potencia efectos enormes en el medio ambiente. ¿Qué será de la lucha contra el cambio climático? ¿Cómo se protegerá en el futuro la selva?¿Qué será de las más de trescientas culturas indígenas? Muchos artistas dialogan desde hace años con los pueblos indígenas de Brasil buscando nuevos modelos de convivencia y conducta responsable frente a la naturaleza. ¿Qué será de la educación? ¿Qué efectos tendrán en los planes de estudio de las escuelas y universidades las ideas religiosas fanáticas de algunos miembros del gobierno? Reina una gran preocupación.
Sabemos todo lo que Bolsonaro quiere combatir. Pero ¿hay algo por lo que él luche? ¿Tiene algún ideal, algún ideal cultural?
A decir verdad, no. Hay que decirlo, es sorprendente que casi todos los puestos ministeriales se hayan otorgado a gente que no exhibe en absoluto calificación alguna. El ensayista Olavo de Carvalho es considerado una especie de inspirador ideológico de Bolsonaro. Olavo de Carvalho propaga una teoría conspirativa sobre la amenaza de una revolución comunista mundial. Pero no puedo reconocer un ideal cultural. También en lo político Bolsonaro parece ser muy errátil. Primero presiona constantemente con una propuesta, después lo contradice un ministro, después desautorizan al ministro y al final sale cualquier otra cosa. Uno diría a primera vista que es pura incompetencia pero tal vez sea una estrategia parecida a la de Donald Trump: disparar en todas las direcciones, ampliar el límite de lo decible, hacer ruido por insignificancias mientras por otro lado se hacen pasar medidas sin que nadie se dé cuenta.
En la Bienal de Venecia de este año, Brasil estará representado por Bárbara Wagner & Benjamin de Burca. ¿Qué espera de ellos?
Trabajé con ellos en la Bienal de São Paulo de 2016. Los considero un magnífico dúo artístico. Han hecho trabajos más que interesantes sobre la cultura musical brasileña y sobre la nueva religiosidad. Estoy seguro de que su aporte a Venecia mostrará la situación social actual de Brasil.
El historiador de arte y curador alemán Jochen Volz es director de la Pinacoteca del Estado de São Paulo, uno de los museos de arte más importantes de Brasil. En 2016 curó la Bienal de São Paulo y en 2017 el pabellón brasileño de la 57º Bienal de Venecia.
Entrevista de Sebastian Frenzel
Traducción del alemán de Nicolás Gelormini