Conversación con Alberta Whittle

La obra artística como acto curativo

La artista de Barbados aborda la historia y los traumas coloniales en busca de diálogos e interacciones compasivas. Hablamos con Alberta Whittle sobre la necesidad de curación colectiva, herencias aterradoras y la escena artística caribeña.

C&AL: ¿Hasta qué punto su origen y su crianza nutren su obra?

AW: Le contaré dos historias. La primera es que mis padres son socios del Museo y Sociedad Histórica de Barbados, de modo que de chicos íbamos con frecuencia allí. Recuerdo estar en una de las salas y había una familia de turistas británicos. Los dos hijos preguntaban una y otra vez: “¿Por qué tenemos ver esta historia? No tiene nada que ver con nosotros”. La segunda historia es que poco después que viniera al Reino Unido, siendo una niña, asesinaron a Steven Lawrence. [Nota del editor: Lawrence fue un adolescente británico negro de South East London, asesinado en un ataque de motivaciones racistas el 22 de abril de 1993 mientras esperaba el bus.]

Estos dos episodios ocurrieron con un intervalo menor de un año y tuvieron un gran impacto en mí. Lo primero me hizo darme cuenta de que en Gran Bretaña hay un distanciamiento y una ambivalencia respecto a la historia brutal entre Europa y el Caribe, y esa relación representada en el museo de Barbados fue percibida como algo totalmente ajeno por aquella familia. La esclavitud, el colonialismo y hasta las vidas de la gente negra: nada de eso tiene que ver con su vida cotidiana. Cuando me mudé al Reino Unido, vi que no se enseñaba, no se conocía lo que hizo el Imperio Británico en el Caribe o en el Commonwealth. Me pareció bastante inquietante. Me di cuenta de que en el Reino Unido mi vida y mi historia no tenían importancia.

Con la muerte de Steven Lawrence y al ver el sistema que respaldó la supresión de su vida, aprendí que la vida y la muerte negras no significan nada. Muchas de las razones por las que hago mi obra responden a ese terror de que mi vida no importe y de que mi historia sea algo descartable.

C&AL: ¿Cuáles son sus estrategias para hacer de las historias pasadas algo narrable el día de hoy?

AW: Pienso que las historias del pasado y del presente están interrelacionadas. Si se observa el discurso que hace David Lamy en mi obra Sorry, Not Sorry (2018), él habla de sucesos que ocurrieron tres siglos atrás e insiste en que están conectados con la forma en que entendemos nuestras condiciones actuales. Si tomamos la historia de la generación Windrush, que no fue contada y que ahora mismo está siendo revelada por la prensa, descubrimos que el gobierno británico no se preparó a fondo para recibir a los ciudadanos británicos del Caribe que iban al Reino Unido ni los consideró bienvenidos. El acto de nacionalización no era para los negros, la gente de color. Era para gente blanca que quería moverse de modo más fácil dentro del Commonwealth. Todo esto está conectado con la forma como entendemos al Otro y cómo es leído ese Otro, lo que está relacionado con historias de colonialismo y esclavitud. Y esto tiene un gran impacto en los modos en que ciertos cuerpos y ciertas historias se vuelven sistemáticamente descartables.

C&AL: ¿Qué eventos e iniciativas contribuyen a desarrollar la “escena artística caribeña”?

AW: Yo tengo particularmente presentes las iniciativas del Caribe angloparlante. Por ejemplo, la Alice Yard, creada por Chris Cozier, Nicholas Laughlin y Sean Leonard en Trinidad; el Fresh Milk en Barbados, fundado por Annalee Davis, promueve el diálogo a lo largo de la Diáspora entre artistas locales e internacionales. Además, Davis, junto con Holly Bynoe, creó el proyecto de investigación Tilting Axis, una reunión itinerante que viaja buscando crear redes. Ha habido otros movimientos, como la Carifesta, que se inició en los años ochenta y recorre el Caribe cada dos años, aunque algunas veces ha sufrido retrasos por falta de dinero o por cuestiones medioambientales. Estos eventos abarcan todos los aspectos de la creatividad caribeña, de la danza al performance, las artes visuales y la literatura.

C&AL: ¿Hay una consciencia de la identidad artística caribeña?

AW: Sí, definitivamente. La profundidad y la extensión están haciendo que la investigación que tiene lugar en el Caribe gane terreno internacionalmente y comencemos a recibir apoyo de museos e instituciones internacionales, y ante todo el mecenazgo financiero para artistas que viven fuera del Caribe. Si hay una oportunidad en el exterior, probablemente la mayoría de artistas la aprovecharán para irse a otro lado; sin embargo, hay gente muy comprometida que se queda y trabaja en el Caribe, lo que me parece meritorio.

Entrevista de Raquel Villar-Pérez, quien es una ensayista de arte y curadora española que reside en Londres.

Traducción del inglés de Nicolás Gelormini

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