C&AL: ¿Qué eventos e iniciativas contribuyen a desarrollar la “escena artística caribeña”?
AW: Yo tengo particularmente presentes las iniciativas del Caribe angloparlante. Por ejemplo, la Alice Yard, creada por Chris Cozier, Nicholas Laughlin y Sean Leonard en Trinidad; el Fresh Milk en Barbados, fundado por Annalee Davis, promueve el diálogo a lo largo de la Diáspora entre artistas locales e internacionales. Además, Davis, junto con Holly Bynoe, creó el proyecto de investigación Tilting Axis, una reunión itinerante que viaja buscando crear redes. Ha habido otros movimientos, como la Carifesta, que se inició en los años ochenta y recorre el Caribe cada dos años, aunque algunas veces ha sufrido retrasos por falta de dinero o por cuestiones medioambientales. Estos eventos abarcan todos los aspectos de la creatividad caribeña, de la danza al performance, las artes visuales y la literatura.
C&AL: ¿Hay una consciencia de la identidad artística caribeña?
AW: Sí, definitivamente. La profundidad y la extensión están haciendo que la investigación que tiene lugar en el Caribe gane terreno internacionalmente y comencemos a recibir apoyo de museos e instituciones internacionales, y ante todo el mecenazgo financiero para artistas que viven fuera del Caribe. Si hay una oportunidad en el exterior, probablemente la mayoría de artistas la aprovecharán para irse a otro lado; sin embargo, hay gente muy comprometida que se queda y trabaja en el Caribe, lo que me parece meritorio.
Entrevista de Raquel Villar-Pérez, quien es una ensayista de arte y curadora española que reside en Londres.
Traducción del inglés de Nicolás Gelormini