En Brasil, el año 2020, además de ser problemático y desafiante, tuvo cuadro de destrucción de instituciones públicas, así como de reducción de inversiones estatales en todo el sector cultural. A pesar de esto, la escena negra en las artes parece estar en mejores condiciones en comparación con los últimos cinco años. Especialmente para los artistas visuales negros, la disolución del Ministerio de Cultura ha traído el vandalismo contra la Fundación Cultural Palmares que, aunque coordinada por un presidente negro, ha atacado personalidades negras importantes, haciendo que se desmoronaran años de estructuración de la institución.
Paralelamente a ese desmonte, sin embargo, fue inaugurado en la ciudad de São Paulo un monumento en homenaje al arquitecto Negro Tebas (Joaquim Pinto de Oliveira, 1721-1811), hecho por el artista Lumumba y por la arquitecta Francine Moura. Simultáneamente, la Pinacoteca del Estado, que ha venido demostrando su interés por los artistas no blancos, aumentó la presencia de los mismos en una exposición de larga duración de su acervo, que exhibió el trabajo de 26 nombres, entre ellos, Sidney Amaral (1973-2017), Maxwel Alexandre, Flavio Cerqueira y Jaime Lauriano. Es importante señalar que la institución se ha mostrado también sensible a obras de artistas indígenas contemporáneos, como Jaider Esbell y Denilson Baniwa, además de haber inaugurado la muestra Vexoá: nós sabemos (Vexoá: sabemos), comisariada por Naine Terena.