Los termiteros como productores de vida y arte
La serie Cupinzeiros (Termiteros) está compuesta de montículos espiralados y con ranuras, de diferentes formas y tamaños, que Lidia Lisbôa modela pacientemente y marca con sus uñas. «Desde la casa de barro de Paraná, podía ver un árbol de aguacate muy erguido y varios termiteros. Mi madre me decía que me mantuviera lejos de ellos porque eran peligrosos. Yo no los tocaba pero no podía apartar la vista de ellos. Años más tarde, acabé creando mis propios termiteros.»
En apariencia resecos y muertos en el exterior, los termiteros son montañas vivientes que las termitas forman con saliva, tierra, plantas y excrementos para almacenar comida y huevos. Son, en consecuencia, abrigos para generar nueva vida. Los termiteros de Lidia Lisbôa están hechos de arcilla, y salen de las manos y los recuerdos de la artista. Igual que las termitas, ella devora materia orgánico… racismos, abortos, violación y otros materiales psicológicos y los devuelve al mundo como objetos de arte.
Adriana de Oliveira Silva es antropóloga y periodista. En 2018 defendió su tesis doctoral titulada Galeria & Senzala: a (im)pertinência da presença negra nas artes no Brasil en el Departamento de Antropología de la Universidad de São Paulo.
Traducción del portugués de Nicolás Gelormini