“Latinx” (pronunciado la-tin-eks) define a los individuos de origen latinoamericano que viven en Estados Unidos y no se identifican con las asignaciones de género correspondientes a mujeres y hombres. Según los datos de tendencias de Google, la “x” comenzó a emplearse para designar la diversidad de género desde el año 2004, dentro de la comunidad LGBTQIA+ y entornos académicos. Sin embargo, su popularidad en Estados Unidos aumentó a partir del 2016. El término aparece por ejemplo en el catálogo de la exhibición Radical Women: Latin American Art 1960-1985. En la introducción, Cecilia Fajardo-Hill y Andrea Giunta afirman asumir las categorías “chicana” y “latina”, en vez de “chicanx” y “latinx” porque la discusión no resultaba relevante para el período histórico que abarcó la muestra.
“Latinx” actualiza las etiquetas “hispano” y “latino”, surgidas desde mediados del siglo XX para designar a las comunidades de migrantes latinoamericanos en Estados Unidos. El término “hispano” fue adoptado en los años setenta para designar a las comunidades cuyo idioma y legado histórico estaba asociado a España. Por su parte, “latino” –de mayor aceptación entre los “latinos”– transcendía la barrera linguística al comprender, desde lo geográfico, a los grupos de habla hispana pero también portuguesa y los dialectos indígenas. Más tarde, la utilización de las terminaciones “o”, “a” y “@” intentaron crear de un espacio inclusivo masculino y femenino.
“Latinx”, así como “latino” e “hispano”, es un concepto socialmente construido, producto de las condiciones de marginalización de la comunidad designada. Son nociones problemáticas, pues supone la postulación de una identidad “latina” homogénea. No obstante, las discusiones que se generan en torno a las formas de acceso y consumo artístico para una comunidad que vive entre dos, tres o más herencias en Estados Unidos, son muy interesantes.
Los argumentos en contra del término “latinx” se enfocan, fundamentalmente, en su construcción lingüística ajena a los valores del “español”. Sin embargo, “latinx” es un concepto que no responde a Latinoamérica, ni pretende definir procesos artísticos o sociales en la región; aunque posibilita la inclusión de estos debates en los diálogos sobre Latinoamérica y su diáspora. “Latinx” comprende las personas que han nacido, se han educado o nacionalizado en Estados Unidos; de ahí que su lenguaje se manifieste en el cruce entre español e inglés, entre otras posibles combinaciones. El artista brasileño Hélio Oiticica, durante sus años de exilio en Nueva York, inventó su propio lenguaje entre el inglés y el portugués. Sus cuadernos de notas, Newyorkaises –relativamente olvidados en comparación a su etapa anterior– revelan la influencia de Gertrude Stein, la poesía concreta brasileña, Vito Acconci y Yoko Ono.