La 3a Muestra de Cine Itinerante Africano – MUICA revela cómo el continente africano es narrado a través del cine y otras expresiones artísticas. Hablamos con Salym Fayad, cofundador de esta muestra que busca conectar y difundir las creaciones del otro sur en Colombia.
Cortesía Otro Sur / MUICA
“Historias de nuestras vidas” cuenta cinco historias basadas en experiencias reales de la comunidad LGBTI en Kenia, donde la homosexualidad es ilegal. Director: Jim Chuchu, Kenia, 2014. Cortesía Otro Sur / MUICA
C&AL: ¿Cuál fue la motivación para concebir una muestra de cine africano en Colombia?
Salym Fayad: La Muestra Itinerante de Cine Africano (MUICA) surge de diferentes vertientes y de mi propia experiencia de vivir y trabajar en Sudáfrica y otros países africanos. Hay una motivación estética: muchas expresiones artísticas del continente africano están desafiando las etiquetas de los géneros tradicionales. Otra de las motivaciones es tratar de conocernos un poco con ese “otro sur”, no en vano la organización con la que creamos MUICA se llama Fundación Otro Sur. Colombia comparte muchas cosas con ese otro sur global, a nivel social, cultural, incluso a histórico y, aunque los contextos en cada país del continente africano son distintos, algunos de ellos también vienen de una historia colonial similar: en ciertos países africanos hay una historia con un pasado traumático o de conflicto armado, como en Colombia.
La idea es conectar a los países a través de ese diálogo cultural, de conocernos y de saber qué proyectos culturales existen en un sitio y en el otro. También existe una motivación histórica y una conexión a nivel racial, aunque no me guste mucho usar esa palabra. En Colombia hay una población de descendencia africana muy grande pero sabemos muy poco de la cultura africana contemporánea.
C&AL: ¿Cuál es, en su opinión, la importancia de MUICA para el país?
SF: MUICA inició como un experimento, en Colombia no existía una plataforma como esta. No es la primera vez que se mostraba cine africano en Colombia, pero nunca se había hecho a esta escala. Fue muy grato ver que personas de todos los contextos y orígenes se interesan por las películas, y en particular la reacción de personas afrodescendientes fue muy positiva.
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Muica 2019. Cortesía Otro Sur / MUICA
Con la segunda edición de MUICA, en 2017, trajimos al director Jean-Pierre Becolo, un realizador camerunés de vanguardia que está haciendo ciencia ficción y cine experimental. Fue muy inspirador oírlo interactuar con comunidades afro en Colombia, hablando de narrativas post coloniales, de la situación política en Camerún y de la relación con el pasado colonial francés y con el resto de la comunidad regional en África occidental. Tanto que Jean-Pierre Becolo empezó a trabajar con realizadores colombianos para hacer sus propias producciones con artistas afrocolombianos del Chocó, el Valle del Cauca, Palenque, Cartagena y Providencia.
C&AL: ¿Qué responsabilidad tiene MUICA a la hora de mostrar al continente africano, con todas sus complejidades, a través de su cine?
SF: La ambición de MUICA es abrir una ventana a las realidades complejas de África, las cuales muchas veces son percibidas, en Colombia y el resto del mundo, de forma reduccionista y estereotipada. MUICA quiere ser una plataforma para el cine sino también de diferentes expresiones artísticas de varias partes de África. No sobra decir que África es un continente indefinible: se compone de 54 países, diferentes regiones, algunos de ellos con cientos de idiomas; Nigeria tiene 500 lenguas y Sudáfrica 11 lenguas oficiales, por poner un ejemplo. Entonces, reducir esto a un nombre, a una palabra, es absurdo.
Nuestra responsabilidad es poner sobre la mesa productos audiovisuales que pasen por nuestro filtro curatorial, resultado de la experiencia que hemos tenido viviendo y trabajando en África. Tratamos de que esa curaduría de las películas se relacione con el contexto colombiano para que ese diálogo sea real, para que los espectadores no sientan que están viendo una cosa hiperdesconocida que no tiene nada que ver con ellos, sino que perciban las semejanzas.
C&AL: En las tres secciones de la programación del festival, Hecho en África, Diáspora y Otras Miradas, se percibe un panorama cinematográfico muy diverso ¿Cuáles fueron los criterios para elegir las 21 películas del festival de 2019?
SF: Las tres secciones sintetizan algunos de los puntos que queremos abordar. La sección Hecho en África privilegia las películas producidas y contadas por realizadores africanos sobre diferentes regiones del continente y una variedad de temas que consideramos relevantes. Son películas de gran calidad, la mayoría de ellas son producciones recientes; se exhiben por primera vez en Colombia y tratan diferentes temas: tópicos históricos, de resistencia social y sobre riesgos creativos. Otras Miradas es una sección de realizadores no africanos que cuentan historias africanas muy relevantes para ese público, hechas con respecto, sin paternalismo y sin condescendencia. Diáspora es una plataforma para las voces de la afrodescendencia en el mundo, sobre cómo esa africanidad se reinterpreta en la diáspora; personas que están o en el exilio o afrodescendientes que jamás han estado en África, como en el caso de la mayoría de la población colombiana. Aparte de las películas, este año tenemos una exposición fotográfica de antiguos cinemas en Angola, construidos durante la época colonial y que son un documento arquitectónico muy interesante. Y por otro lado, hay una muestra de realidad virtual.
C&AL: En tiempos en que el cine, ante todo en Europa y USA, pierde hegemonía cultural, ¿qué importancia tiene el cine en África?
SF: Cuando hablamos del cine en África estamos hablando de una herramienta que ha tenido un papel social y político muy fuerte desde su origen. Las primeras películas africanas se produjeron en un contexto colonial o justo cuando los países se estaban independizando, entre los años sesenta y setenta del siglo pasado. Aunque se realizaran películas de ficción era imposible desligar esa herramienta narrativa de la realidad inmediata. Ahora hay películas de países africanos que pueden tener un presupuesto alto, por ejemplo en Sudáfrica, Kenia y Nigeria se hacen producciones muy similares a las occidentales pero aún así, el cine no ha perdido ese poder social.
C&AL: ¿Cómo se desarrolla la escena cinematográfica africana hacia el futuro?
SF: He percibido una evolución a nivel técnico y de presupuesto. Paradójicamente, la financiación proviene, en la gran mayoría, de Occidente. Hay también un desarrollo en las historias: cada vez hay más narrativas de vanguardia que tratan de salirse de los géneros convencionales y romper con los estereotipos que existen sobre el continente. Además, ahora hay más cine en África que antes y existe más proyección internacional en festivales de cine africano. El Festival de Cine Africano de Nueva York (AFF), por ejemplo, la existencia de MUICA o el Festival Wallay de cine africano en Barcelona.
C&AL: Respecto al cine en Latinoamérica: ¿cuál es la situación de las comunidades afro y sus historias?
SF: Siento que el cine sobre temáticas afro aún está muy crudo y, sobretodo, necesita apoyo y proyección internacional. Entre los programadores latinoamericanos de cine hay con frecuencia un vacío, miradas perdidas, cuando se trata de programar cine afrolatinoamericano. Hay algunos realizadores brasileños, otros antillanos que tienen proyección internacional. En Colombia está Jhonny Hendrix Hinestroza y su película Chocó, un referente del cine afro en el país. Exponer al público colombiano a este tipo de productos de alta calidad y creatividad puede resultar inspirador, para que se produzcan más películas en Colombia.
MUICA 2019 tiene lugar en Cali: del 2-5 de mayo; Buenaventura: del 7-10 de mayo; en Cartagena: del 14-18 de mayo y en Bogotá: del 23-29 de mayo.
Entrevista realizada por Ana Luisa González, periodista colombiana.