C&AL: Usted vivió y estudió muchos años fuera de su Perú natal, primero en Nueva York y actualmente en Estocolmo. Podría ser considerada una “artista diaspórica”. ¿Cuáles son sus puntos de vista y su postura sobre los debates en torno a la migración y la diáspora, particularmente en relación con el mundo del arte?
PTN: Para ser honesta, nunca me consideré “diaspórica”. Llevar una vida nómada ha sido mi elección. El hecho de que yo pueda ser etiquetada como una “artista migrante” en Suecia, donde vivo ahora, me hace sentir como si debiera actuar y pensar en concordancia con mi condición (de migrante) y que todas mis dudas e interrogantes puedan entenderse sólo dentro de ese marco. Esto nunca fue un tema en Nueva York, porque la ciudad es más diversa étnicamente. Pero tengo que admitir que he sentido cierta presión respecto a la interpretación de mi obra en Suecia: cada vez que incluye referencias a estilos y artesanías tradicionales de Perú, despierta cierto interés en la escena artística sueca, espero que no sea por la exotización o el imperativo de cubrir “cierta cuota de diversidad”, sino porque se ofrece algo diferente. Aunque siendo honesta, siento que es visto como la manifestación de una nostalgia que obviamente debe remitir a mi estado actual de estar viviendo un lugar diferente de aquel “al que pertenezco”.
C&AL: ¿Cómo se refleja eso en su obras, si es que se refleja?
PTN: Abordar el tema de la migración en este contexto puede ser visto como una imposición: entonces, me parece que cuando empezó a reflejarse en mi obra, tenía cierto matiz de cinismo. Cuando me mudé a Suecia, mi perspectiva subjetiva me hizo percibir que los artistas extranjeros sentían la necesidad de encajar en el papel de “artista migrante que aborda temas de migración”, un papel que la escena y el mercado del arte suecos parecían desear de ellos.
La cosa es que, por una parte, esas fuerzas que la ponen a una bajo el término genérico de “diaspórica” o “migrante” pueden rechazarse con la misma intensidad con que se rechaza cualquier otra clasificación impuesta. Pero por otra, es difícil negar la importancia y urgencia de un debate sobre el problema. Por eso, aunque es reciente, temas vinculados a la migración empezaron a impregnar algunas de mis obras, soy consciente de que esto puede llevar a que mi identidad se reduzca a (y sólo a) una identidad de migrante, y eso puede silenciar otros elementos importantes y reformular el significado de mi obra.