Reflexionando sobre Achille Mbembe

Prohibido respirar

Inspirado en un ensayo de Achille Mbembe, el poeta, curador y productor cultural angoleño Marcos Jinguba entrevista a la artista y bailarina brasileña Luana Vitra sobre los desafíos del momento actual permeado por la pandemia del COVID-19.

C&AL: En los últimos tiempos, Brasil ha aparecido en los medios internacionales debido a la destrucción de zonas enteras de la selva amazónica…

LV: Sí, una de las cosas que genera más ganancias en Brasil es el agronegocio. Para que esta actividad suceda, la deforestación extensiva es necesaria para la creación de pastizales para el ganado y para la siembra de monocultivos transgénicos de maíz y soya, por ejemplo. Al desmontar áreas forestales, como se sabe, perdemos biodiversidad, oxígeno, equilibrio climático, fauna, pero, en el caso de Brasil, en particular, lo anterior también causa la expulsión de las comunidades indígenas de sus tierras originales y la interrupción de su forma de vida. Uno de los principales intereses del actual presidente es la expansión del agronegocio, llegando incluso a alentar a los hacendados a quemar áreas de protección ambiental. Pero esto no es nuevo en Brasil. Este intento de expulsar a los pueblos indígenas por parte del gobierno ocurre en todo Brasil y viene de todas partes. Sin embargo, los pueblos indígenas siguen resistiendo y cuidando de los bosques. El hecho es que, desde que América fue invadida por los europeos, ya no ha habido paz para los pueblos indígenas ni los bosques.

C&AL: El aislamiento es un acto que caracteriza este momento de incertidumbre que vivimos. Cada vez nos preguntamos más sobre el significado de esto en el contexto de la producción artística. ¿Cómo ves el aislamiento?

LV: Estar sola nunca para mí fue un gran problema, siempre necesité mucho tiempo a solas para organizar mis ideas, aunque también disfruto de estar con otras personas. Sin embargo, la prohibición de estar en contacto con otros generó en mí una gran dificultad para sumergirme en una profunda concentración e introspección, como lo hacía con facilidad antes de la pandemia. Realmente no lidio bien con los límites que se establecen a través de la prohibición. Así que estar en aislamiento me ha afectado de muchas maneras y continúa afectándome, pero después de tanto tiempo viviendo de esta manera, también he aprendido otra forma de vida y las cosas han vuelto a fluir.

Para mi producción artística, necesito estar con otras personas, hablar con aquellos que conozco y en los lugares que visito. Aprendo mucho a través de la oralidad. Pero creo que es parte del trabajo artístico el tener que reinventar continuamente las formas de trabajo. Mi forma de trabajo se ha reinventado incontables veces en este período de aislamiento. Todo este tiempo de elaboración e inmersión en mí misma han sido un inmenso privilegio, pues estoy lejos de ser parte de la población que ha sido más afectada por la pandemia en Brasil. En el país, muchas personas no tienen qué comer porque no tienen una asistencia del gobierno que les permita permanecer en aislamiento con una mínima tranquilidad. Es realmente absurdo lo poco que ha valido la vida aquí.

C&AL: Cada cultura construye su memoria colectiva. Máscaras, lavado de manos, gel de alcohol y otros elementos forman parte de los cuentos, novelas, diarios y fotografías de esta época. ¿Podemos afirmar que la humanidad ha construido una memoria colectiva común que será capaz de determinar los tiempos venideros?

LV: El cuidado necesario con relación a la pandemia se ha impreso en nosotros como un repertorio de gestos, una coreografía bailada para mantenernos con vida. En algunos momentos, bailamos impulsados por una obsesión; en otros, bailamos envueltos en un cierto automatismo. En algunos momentos de la pandemia, me encontré viendo películas y observando con temor que la gente no usara mascarillas. En algunos momentos de creación, me encontré usando estos gestos mientras improvisaba. Me hizo ver lo poderosa que puede ser una coreografía bailada por todos los cuerpos del mundo y lo fuerte que es la energía que esta mueve. No me puedo imaginar lo que surgirá de estos gestos en particular, pero observar esta fuerza me hace preguntarme qué otros gestos podríamos propagar intencionalmente por el mundo. Hay un poema de Ana Martins Marques que se pregunta lo siguiente: «¿Dos personas que bailan la misma canción en días diferentes forman una pareja?”. Tal vez podríamos preguntarnos si miles de personas haciendo en el mismo gesto de revuelta podrían marcar el comienzo de un motín.

C&AL: La historia y la realidad de las personas negras en Brasil es un tema que llama la atención del mundo. La lucha contra el racismo ha estado en marcha durante décadas, pero todavía necesitamos construir narrativas y métodos. ¿Estás de acuerdo en que el arte puede ser un espacio eficaz para desarrollar este discurso?

LV: El arte es un campo poderoso para sensibilizar a las personas sobre este tema; para provocar molestias que puedan generar cambios conductuales y narrativos; para elaborar las dimensiones subjetivas que surgen de la violencia, entre otras cosas. En el caso de Brasil, creo que lo único que puede dibujar una existencia igualitaria son las políticas públicas, la reparación histórica y el impuesto a las herencias. Mientras el gobierno no esté interesado en estos temas, no tendremos un cambio estructural significativo.

Luana Vitra es artista visual, bailarina y performer. Creció en Contagem, una ciudad industrial donde su cuerpo experimentó el hierro y el hollín. Entiende el cuerpo mismo como un artificio engañador, y su acción como una micropolítica para lidiar con la espacialidad que su obra evoca, confronta y confunde.

 Marcos Jinguba es poeta, curador de artes visuales y productor cultural, activo en el contexto cultural urbano de Luanda, la ciudad donde reside. Es mentor y fundador de la agencia de producción y promoción cultural Kianda Sessions y del Laboratório de Crítica y Curadoria, una plataforma de investigación y producción en artes visuales.

 Traducción del portugués de Catalina Arango

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