Con dos obras presentadas en la documenta 14 de Kassel en 2017, la artista Regina José Galindo sacó a la luz la pesada y oculta historia de la ciudad como uno de los más grandes arsenales de Alemania. El escritor y artista Jota Mombaça examina el modo en que Galindo señala el entrelazamiento entre los aparatos del arte y la guerra.
La posición de francotirador en la obra de Galindo El objetivo, 2017. Cortesía de la artista.
Captura de pantalla de la ubicación 51°20’11.1″N 9°29’06.0″E de Kassel en Google Earth.
Regina José Galindo, La sombra, 2017, video, vista de instalación, Palais Bellevue, Kassel, documenta 14. Foto: Daniel Wimmer.
La imagen de abajo es un ready-made encontrado por un amigo cuando estaba mirando el mapa de Kassel en la aplicación de Google Earth. Yo lo llamo un ready-made porque en Kassel, en 2017, arte y poder armado estuvieron más relacionados de lo que uno puede notar a primera vista. Alemania tiene una de las industrias de armas más grandes del planeta, y Kassel alguna vez jugó un papel central económico (durante la llamada Segunda Guerra Mundial una compañía de Kassel, Henschel & Sohn, que producía equipamiento de transporte, floreció a través de los tanques Tiger I y Tiger II) al punto de que esta imagen me la mencionó mi amigo cuando estábamos hablando sobre las dos obras de Regina José Galindo en la documenta 14.
Galindo es una artista guatemalteca especialmente interesada en revisiones necropolíticas de las sociedades contemporáneas. Sus trabajos a menudo abordan y cuestionan la naturalización de la muerte, los rituales de genocidio (especialmente, el femicidio) y los regímenes armados. En Kassel, Galindo presentó una videoinstalación en el primer piso del Palais Bellevue, y una instalación performática en el segundo piso del Stadtmuseum.
El proyecto del Stadtmuseum se llamó El objetivo. Consistía en un cuarto cerrado rodeado por un corredor con cuatro puntos desde los cuales se podía ver el interior de la cámara a través de las miras de rifles de asalto G36. El aspecto performativo se relaciona con la posibilidad de jugar con el arma como francotirador o entrar en el cuarto y elegir un lugar como víctima. En varias ocasiones, la artista activó la performance poniéndose ella misma como objetivo imaginario del ansia de los espectadores por ver y jugar.
La obra del Palais Bellevue, titulada La sombra, era un video donde Galindo interactúa con un tanque Leopard. La “sombra” es el tanque en movimiento del cual el cuerpo de la artista se aleja corriendo hasta la extenuación. El tanque se parece a los que están en el estacionamiento que aparecen en la captura de pantalla que mi amigo tomó de Google Earth. La videoperformance de Galindo trajo al espacio de la documenta la inesperada geografía del arsenal de Kassel, a la vez que puso en evidencia el entrelazamiento de los aparatos de arte y guerra en el contexto de documenta 14 y las contradicciones de su propia obra en cuanto dispositivo crítico dentro del marco del problema.
Como parte de una postura curatorial amplia, la obra de Galindo nos permite ver más que la cara artística de la presencia económica y política de Kassel en el mundo. Ante el cuerpo exhausto de la artista que escapa corriendo de la sombra del tanque, fuimos empujados a ver el leopardo que estaba en el cuarto o, más precisamente, en la ubicación 51°20’11.1″N 9°29’06.0″E del mapa online de Kassel. Tratando de hacer algo más que simplemente rasgar el velo que nos impide el conocimiento crítico de los hechos de guerra dentro del mundo del arte, las dos obras de Galindo dejaron atrás el lavado artístico de conflictos sociales.
Y de modo más específico, el involucramiento del cuerpo en relación con la industria de armas le permitió a Galindo provocar, yendo más allá del ámbito alegórico de las críticas macrosociales. Su intervención performática nos invitó a tomar en consideración seriamente cuestiones éticas cruciales: ¿qué lugar ocupamos dentro del estado de sitio global? ¿Cómo nos posicionamos en relación con las políticas sociales de muerte que destruyen en todo el mundo el derecho a vivir en paz? Y cuando estamos en condiciones de tirar del gatillo, ¿cómo no hacerlo?
Jota Mombaça es una bicha no binaria, nacida y criada en el nordeste de Brasil, que escribe, hace performances y realiza estudios académicos sobre las relaciones entre monstruosidad y humanidad, estudios kuir, giros descoloniales, interseccionalidad política, justicia anticolonial, redistribución de violencia, las ficciones visionarias, el fin del mundo y las tensiones entre ética, estética, arte y política en las producciones de conocimiento del sur-del-sur global. Trabajos actuales suyos son la colaboración con la Oficina de Imaginación Política (San Pablo) y la residencia artística junto con el Capacete 2017 en Documenta (Atenas/Kassel).
Traducción del portugués de Nicolás Gelormini
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