Durante la apertura de la Bienal de Berlín yo estaba ahí (llegué sola) presente y ausente, invisibilizada por una gran estructura de poder. No tenía obra en exhibición (porque todas las obras y soluciones que propuse fueron denegadas o pospuestas), al punto que ahí estaba yo, en mi propia inauguración, sin obra. Encontré amigos que me decían: “¿está tu obra?”, u otros que me decían: “¿estás acá para visitar la Bienal?” “¿por qué tu nombre no aparece en el flyer?” Yo era eso, una visitante, en mi propia inauguración, sin “ permiso” o “ autoridad” para mostrar mi obra. Me pidieron paciencia, más paciencia y que esperara hasta después de la inauguración. Me sentía abusada psicológicamente. Una amiga me dijo que investigara el significado de “gas lighting” . Intenté estar tranquila pero me hervía la sangre y me pregunté: “¿Que eres y por qué estás aquí?” La respuesta vino a mi mente en forma de esta obra. Así era exactamente como me sentía, preparándome para una carrera que se tronchaba una y otra vez, que no me dejaban llevar a cabo.
Decidí hacer esta acción por mi cuenta y reclamar mi espacio. Me hicieron resistencia, pero yo fui más fuerte. La rabia emana de mi rostro ante la presión verbal y el sabotaje físico de los censores que obstaculizan la obra. Pero yo fui más fuerte. Me sentí empoderada, tomando lo que era mío y dejándole saber al público que yo también estaba presente.
Nota 1: El poema lo escribí luego en la noche, en el hotel, y lo terminé al día siguiente mientras viajaba en tren.
Nota 2: La Bienal accedió a exhibir la documentación de video pero no quieren poner el poema, que es parte de la obra.
Actualización de un mes: Quiero señalar que la comunicación e interacción con el equipo técnico de la Bienal ha mejorado en las últimas semanas. Esto tendrá un impacto positivo en Agosto y Septiembre durante mis próximas presentaciones.