Susana Pilar ve su cuerpo como archivo del desplazamiento forzado de personas de África y Asia hacia Cuba. Sus obras performativas, a menudo in-situ, están cargadas con la historia del lugar en que son realizadas. En esta entrevista la artista habla sobre empoderamiento y los conflictos que afrontó con su participación en la 12a Bienal de Berlín.
C&AL: En tu trabajo has transitado proyectos sobre memoria afectiva y familiar, y al inicio de tu carrera te volcaste hacia la performance como forma de presentar el propio cuerpo como archivo y fuerza de esas memorias. Si tomamos en cuenta un contexto como el de Cuba, donde las políticas de olvido son sistemáticas y determinan la vida cotidiana, reinventar la memoria y el archivo es una clave importante, más aún tratándose de un cuerpo migrante como el tuyo. ¿Cómo has concebido esa experiencia en tu trabajo con la performance?
Susana Pilar Delahante: Reinventar la memoria y el archivo son súper importantes en mi investigación y práctica artística debido a que algunos en el poder borraron los hechos. Mi cuerpo, descendiente de migrantes forzosamente desplazados de Asia y África a Cuba, es mi archivo y mi memoria. Las narraciones orales de mi familia (pues nos negaron el derecho a escribir nuestra Historia, y hoy estamos tomando estos derechos) son mi libro de Estudios. Mis ancestros habitan mi cuerpo y desde mi cuerpo genero acciones que reivindiquen lo que somos.