Ante las imágenes de destrucción del día 8, Menezes no tuvo miedo y afirmó su compromiso con la creación del futuro Memorial de la Democracia, espacio que se dedicará a albergar narrativas y objetos relacionados con las luchas democráticas, que nos servirá para recordar tanto las manifestaciones que impulsan la democracia como aquellas que la atacan. A pesar de su importancia, la futura institución por si sola no garantizará que no se repitan episodios propios de extremistas como los del día 8. Son necesarios cambios radicales que alteren las lógicas bajo las cuales estamos viviendo, a saber, bajo los poderes de una élite mezquina, blanca y neoliberal que se rige por los yugos de la colonialidad que favorecen la desigualdad, el racismo estructural, el etnocidio y demás males que nos afligen desde hace siglos. La ampliación e inserción de nuevos protagonistas de la historia brasilera se vuelve urgente.
En una escena histórica, el domingo que precedió a los ataques, el presidente subió la rampa de Planalto junto con siete representantes de la sociedad civil, y así impulsó un reconocimiento de una parte de la población brasilera que no se tuvo en cuenta en el gobierno anterior y que todavía se ve poco en las páginas de la política y la historia del país. Todavía hay mucho que hacer para reconfigurar las imágenes nacionales, las memorias públicas, los conceptos y las políticas del patrimonio artístico-cultural, el bienestar social, la dignidad y el derecho de todos los brasileros de reconocerse como sujetos críticos, sociales y políticos. Mientras tanto, nada justifica la banalización y la deslegitimación de la democracia, ya que así se violan la memoria y la historia y se promueve el caos y la estupidez generalizada. Tanto en Brasil como en el mundo, la diversidad artística no es un mero símbolo de la democracia sino uno de los requisitos para mantenerla.
Luciara Ribeiro es educadora, investigadora y curadora. Tiene una maestría en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca (USAL, España, 2018) y el Programa de Posgrado en Historia del Arte de la Universidad Federal de San Pablo (UNIFESP, 2019). Es colaboradora de contenidos en Diáspora Galeria y profesora del Departamento de Artes Visuales de la Facultad Santa Marcelina.
Traducción: Nicolás Gelormini