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Yauri Muenala: complicidad y sinergia entre artistas kichwas

Ñanta Mañachi – Préstame el camino es un proyecto artístico que investiga metodologías de relación entre diferentes identidades de la nacionalidad kichwa del Ecuador. Rehusando clasificaciones provenientes del discurso colonial, el proyecto responde a los procesos de jerarquización, dominación y denominación en el campo del arte.

C&AL: En la actualidad, las políticas de identidad, la inclusividad y la diversidad se encuentran presentes en las discusiones dentro y fuera de la academia. Muy a menudo la mirada blanca proyecta sesgos sobre lo que significa ser un artista indígena en el Ecuador y tu proyecto rehúsa estas clasificaciones provenientes del discurso colonial. ¿Cómo se relaciona el proyecto con estas tendencias de los discursos académicos y que lugar tiene la decolonialidad en tu investigación?

YM: Más allá de un interés académico, la investigación busca aportar a los procesos de autogestión y de autorrepresentación del movimiento indígena en el campo específico del arte. El proyecto busca generar relaciones de cercanía, complicidad y sinergia entre artistas kichwas y no kichwas, y así consolidar un terreno fértil para el encuentro colectivo, el análisis y la articulación de propósitos e intereses comunes. La investigación y los procesos creativos se comprenden como acciones que van más allá de lo estético o lo textual. Se relacionan con las luchas aún vigentes y urgentes por crear las condiciones para enunciarse y situarse desde una matriz cultural e histórica kichwa.

Igualmente, el proyecto propone pensar el arte desde palabras-categorías kichwas como una estrategia poética-política para reconocer la diversidad de nacionalidades, lenguas y cosmovisiones que coexisten actualmente. Algunas de estas palabras-categorías son: ñanta mañachi, “préstame el camino”, sumakruray “saber hacer y hacer bien”, kikinkunawan, “con ustedes”, chukchir “recoger de lo ya cosechado”, purinkich, “caminante andariego”, vida mashkay, “buscar la vida”, ñawpa, “tiempo-espacio”, chituventana, “ritual de protección de los territorios”. Al restituir el significado de estas palabras e insertarlas dentro del campo del arte se busca un acercamiento a sabidurías, territorios, materialidades, corporeidades, memorias, representaciones, resistencias, ritualidades, y otras espiritualidades, con la finalidad de emanciparse de las definiciones o concepciones sobre el arte indígena provenientes del pensamiento colonial-occidental.

C&AL: El proyecto utiliza la idea de la constelación, inspirada en la forma del churo-espiral, para proponer un espacio de intercambio colectivo. De este ejercicio se derivaron varios temas, como lo ritual, el territorio, el género, y la desobediencia, todo esto visto desde una mirada indígena. ¿Podrías contarnos sobre esta metodología de intercambio y reciprocidad? ¿Y qué otros temas se trataron en las conversaciones?

YM: Como metodología de investigación participativa se propuso impulsar diálogos continuos que desembocaron en el Encuentro de Mutuo Aprendizaje-Nakuk Yachakuy, con una participación de 20 artistas de diversos pueblos kichwas y de tres generaciones distintas. Se recurrió a la sabiduría del churo-espiral de doble vía para crear colectivamente una Constelación-cartografía de experiencias de artistas de distintos pueblos kichwas, con la intención de mapear y situar estas experiencias en su respectivo tiempo y lugar desde inicios del siglo XX hasta la actualidad. La constelación permitió tejer una historia alternativa y crítica de los discursos oficiales e institucionales del arte, como un ejercicio lúdico de aproximación a las memorias tangibles e intangibles y así registrar las amplias trayectorias de los procesos autogestivos, creativos y de producción de conocimiento en las artes y de sus respectivos protagonistas.

Además, se reflexionó críticamente sobre las categorías culturales que sitúan a las prácticas artísticas y saberes de los pueblos y nacionalidades andinos como inferiores. Se examinaron las complejas condiciones históricas de racismo, discriminación y exclusión en un país colonizado y neocolonizado como Ecuador. Asimismo, se reconocieron las tensiones, fricciones y la fragilidad de los procesos de diálogos entre artistas que pertenecen a una etnia indígena y las instituciones culturales, artísticas y académicas. Finalmente se evidenciaron las diferencias entre los procesos creativos como, por ejemplo, los procesos sostenidos colectivamente por un interés común y las prácticas de creación individuales. Igualmente se pudo destacar el aumento de artistas kichwas formados académicamente y el protagonismo de artistas mujeres que impulsan procesos colectivos autogestionados.

C&AL: La cosmovisión andina y la relación con los ancestros son elementos relevantes en las prácticas artísticas indígenas. Esta revisión del pasado cultiva la memoria para enunciarse en el presente y así ocupar espacio en el futuro. ¿Cómo ves las prácticas artísticas pertenecientes a la etnia kichwa en la actualidad y cuál es la proyección a futuro del concepto ñanta mañachi?

YM: Las prácticas creativas de artistas kichwas son diversas y heterogéneas, con múltiples búsquedas y exploraciones estéticas, poéticas y políticas. Se podría decir que se inscriben dentro de dos grandes líneas temáticas. Por un lado, “territorio e identidad étnica”, donde se visualizan y representan los desafíos actuales entre lo local y lo global; festividades y tradiciones, saberes culturales y naturaleza, migración, defensa del territorio, y crisis ecológica. Por otro lado, las prácticas artísticas que abordan “ritualidades y simbologías”, conexiones e interrelaciones entre diversos seres visibles e invisibles: saberes culturales mítico-mágicos, ritualidades ancestrales, cosmovisión y memoria colectiva de los pueblos kichwas.

Para los creadores kichwas, el arte se ha convertido en un espacio de agencia para procesos colectivos de autogestión, autorrepresentación y autodefinición, donde se entrelaza la memoria histórica con prácticas experimentales y participativas. Ñanta Mañachi-Préstame el camino enfatiza los procesos colectivos autogestionados y de mutuo aprendizaje donde se crean vínculos comunitarios desde un sentido de pertenencia étnico-territorial. También explora prácticas estéticas y rituales de conexión con una ecología de seres y saberes pertenecientes a una red integral de vida. De tal modo, Ñanta Mañachi se proyecta como un método pedagógico en las artes que promueve el diálogo e intercambio recíproco de saberes y conocimientos, valorando las diferencias desde la confianza, la afectividad y la cercanía.

Yauri Muenala es artista, docente y actualmente activador cultural de la Universidad Yachay Tech.

Esteban Pérez es un artista visual interesado en el revisionismo histórico y las estructuras asimétricas de poder. Las resoluciones de sus investigaciones toman forma de sonido, video, pinturas e instalación.

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