Tiempo de Zafra es un colectivo de artistas y un taller de diseño de moda, lanzado en Santo Domingo en 2017. Su práctica reflexiona alrededor del exceso y los residuos textiles y así se crea un colectivo que imagina espacios de posibilidades subvirtiendo dinámicas capitalistas mientras se generan y circulan visualidades.
Captura del video dirigido por Raymi Paulus de la canción Tukuntazo con piezas hechas por TDZ en colaboración con Tokischa. Todas las piezas están hechas con ropa de la pulga.
La tarde del miércoles 23 de marzo visité a Tiempo de Zafra (TDZ) en su casa-taller. Nos sentamos a hablar debajo de la mata de mango en su patio… Nuestra relación comenzó hace menos de dos años pero conocía su trabajo desde antes gracias a otro artista, Ernesto Rivera, quien ha colaborado con el colectivo. En esta ocasión mi visita tenía un propósito específico: hacer un recorrido por la práctica de Tiempo de Zafra desde la perspectiva de las visualidades que han estado generando desde sus inicios y especular en torno a ellas.
Casi como si estuvieran esperando por nosotrxs, tan pronto nos sentamos lxs vecinxs encendieron un radio. Después de mirarnos y reírnos decidimos que íbamos a ir anotando las canciones que pusieran y hacerlas parte de los apuntes resultantes esa tarde.
Fotografía hecha por Tiempo de Zafra en colaboración con Alejandro Pe y Carolin Williams, en el mercado de ropa de segunda mano de las calles Duarte con París en Santo Domingo. Vestido camisero oversized hecho con unas 30 camisas de vestir de hombre, camisas que podrían no venderse por simples manchas o agujeros.
La primera canción fue Veo, Veo de Tego Calderón.
Apunte uno: hay una pregunta alrededor de la cual estoy pensando desde octubre del año pasado y que dio forma a nuestra conversación: ¿cómo generar pensamiento estético que permita a los cuerpos de la especie humana estar más cerca de ser cuerpos anfibios para habitar, por ejemplo, la imaginación occidental y otra imaginación simultáneamente sin anularse entre ellas?
Apunte dos: así como las imágenes son un resultante también debemos pensarlas como germen, uno capaz de revivir, desarrollarse y expandirse una vez que entra en relación. Crear imaginación no es solo la producción de objetos-imágenes, sino también crear las condiciones para que la recepción y la circulación de dichos objetos-imágenes contribuyan a que sean ciertamente fuente de percepciones complejas capaces de despertar movimiento y afectos. En República Dominicana, la práctica artística del colectivo Tiempo de Zafra está generando objetos-imágenes intermediarias entre lo concreto y lo abstracto. Simultáneamente condensa varias funciones y emplea soluciones intrínsecas a la red de las realidades contemporáneas y a su deseo de materializar imaginaciones. Por ejemplo: el cuerpo como una entidad en relación, sin que esto anule la autonomía; vestir como acto comunicativo; el cuerpo como espacio político para la alianza y la resistencia; la conciencia de que las visualidades contribuyen a poner en tensión las ideas de a quienes consideramos indiferentes o repulsivxs. También la calle como el espacio que sostiene las acciones colectivas que constituyen imaginaciones; subvertir dinámicas capitalistas y de consumo… ¿cómo se visten los cuerpos que habitan mundos distintos?
Derecha: Captura del video dirigido por Raymi Paulus de la canción Tukuntazo con piezas hechas por TDZ en colaboración con Tokischa. Todas las piezas están hechas con ropa de la pulga. Izquierda: Detalle de algunas de las telas utilizadas para la pieza. Este fue el primer proyecto creado junto con Nicole Torres, parte del equipo que conforma el taller de TDZ.
Apunte tres: Zafra viene de la palabra árabe سفرة que significa “viaje” y en su origen hacía referencia al viaje que realizaban cientos de personas para trabajar en la cosecha de plantaciones azucareras. En la actual República Dominicana, como en otros contextos del continente americano, la zafra es una unidad temporal que aparece en dos momentos del año, cuando se cosecha y corta la caña de azúcar. Edgar Garrido y Stephanie Rodríguez, lxs fundadorxs de TDZ interceptan ese ciclo para hacerlo expansivo, y en su taller, en el centro histórico de Santo Domingo, la cosecha es constante. Tiempo de Zafra es un colectivo de artistas y un taller de diseño de moda, lanzado a finales de 2017. Su práctica reflexiona alrededor del exceso y los residuos textiles. Edgar y Stephanie crearon un colectivo que imagina espacios de posibilidades subvirtiendo dinámicas capitalistas, no solo en el consumo de objetos y materialidades sino también en la generación y circulación de visualidades. En el taller trabajan artistas, diseñadorxs y artesanxs dominicanxs y haitianxs y es a la vez un colectivo y una estrategia que está contribuyendo a ampliar las ideas de lo posible, resonando con la práctica de artistas como Tony Capellán (1955-2017).
Apunte cuatro: los objetos-imágenes del colectivo manifiestan hechos sociales y económicos no solo de la República Dominicana, sino de un continente en el que coexisten dinámicas coloniales, poscoloniales y neocoloniales y en el que se están generando imágenes proféticas de imaginaciones distintas. Me parece oportuno, entonces, recordar que la política es creación, inventar relaciones y espacios para la acción. Y en ese sentido, parafraseando al filósofo francés Gilbert Simondon en su ensayo sobre imaginación e invención, una de las cosas más importantes del lenguaje estético de Tiempo de Zafra es que, al materializarse y objetivarse, se suma a otras manifestaciones estéticas junto con las cuales constituye una carga que tensiona la cultura visual y contribuye parcialmente a un devenir social.
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Suena la canción La hora de volvé de Rita Indiana & Los Misterios
Apunte cinco: somos las relaciones que nos constituyen, algo de nuestra propia vida se coarta cuando otras vidas y entornos son aniquilados. Tener esa conciencia entre distintas comunidades que componen una sociedad permitirá construir estructuras de gestión del poder colectivo en interrelación. Las condiciones para que exista el colectivo Tiempo de Zafra en el ecosistema cultural dominicano no son un resultado puntual ni fortuito, sino más bien la continuidad y la evolución de ideas que tienen su ancla a finales de la década del noventa. También de forma más intensa durante los primeros años del 2000, cuando la práctica de arte contemporáneo en República Dominicana empezó a redefinir los roles y ámbitos de acción del pensamiento estético en contextos como este, de manera particular con los proyectos del Colectivo La Vaina y el Colectivo Shampoo.
Apunte seis: el colectivo La Vaina, conformado en ese entonces por estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, hoy la mayoría de ellxs artistas con investigaciones en distintos campos del pensamiento estético: Eddy Núñez, Engel Leonardo, Farah Paredes, Fernando Soriano, Ivory Núñez, Karmadavis, Sayuri Guzmán, Virginia Perdomo y Willian Ramírez. La Vaina se formó en la ciudad de Santo Domingo en el año 2000 con la revista del mismo nombre. La publicación se creó como respuesta a la falta de medios impresos culturales independientes, críticos y experimentales y funcionó como un espacio expositivo en formato editorial con trabajos de artistas, escritorxs y músicos de la entonces comunidad cultural emergente de la ciudad. Cada edición –siete en total – venía acompañada de happenings, performances e instalaciones, vinculadas a su tema central. Para la última edición de la revista, publicada en el 2005 en el contexto de la VIII Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, La Vaina produjo un bestseller: El Matatain (un mata-matatiempo). El formato que tiene los más altos récords de venta durante la referida Feria son los matatiempos. A través de El Matatain el colectivo hizo aparecer en el espacio público las primeras reflexiones desde el pensamiento estético contemporáneo en relación con los orígenes y vínculos entre los procesos dictatoriales de los anteriores presidentes dominicanos Rafael Trujillo y Joaquín Balaguer y sus implicaciones directas en la actualidad dominicana.
Portada y pagina interior del matatiempo del Colectivo La Vaina, Matatain.
Suena la canción Una bomba de Zacarías Ferreira.
Apunte siete: en el 2004, el colectivo Shampoo, conformado por Maurice Sánchez y Ángel Rosario, realizó la obra D’ La mona plaza, articulada alrededor de la publicación de un anuncio comercial en uno de los principales periódicos de circulación nacional, Diario Libre. La noticia: construirán una plaza comercial en el Canal de la Mona, un canal marítimo que vincula a la República Dominicana con Puerto Rico y también uno de los puentes que une al mar Caribe con el océano Atlántico. La Constructora Internáutica del Caribe desarrollará la plaza para las personas que circulen por la zona, con todas las comodidades que el viajero merece. Lo curioso: el Canal de la Mona constituye una de las fronteras marítimas más complejas en el Caribe, es la ruta a través de la cual se realizan viajes ilegales de personas dominicanas –y en años recientes también haitianas– que buscan mejorar sus condiciones socioeconómicas haciendo vida en Puerto Rico. La noticia acaparó la atención nacional durante días, ¿Cómo es posible que se quiera construir un centro comercial para personas que están viajando ilegalmente?… Quizás porque esa frontera nunca debió existir, de igual forma que la frontera territorial con Haití, quizás porque el estado-nación dominicano ha sostenido políticas públicas que precarizan la vida y la hacen inviable para la mayoría del colectivo, quizás porque las estructuras fundacionales del estado-nación anulan la diversidad intrínseca de las comunidades a las que gestionan… D’ La mona plaza participó en la 4ta Trienal Poligráfica de San Juan, Puerto Rico (2004) y formó parte de la exposición The infinite island (2007) en el Brooklyn Museum, de Nueva York, Estados Unidos.
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Suena la canción Guateque campesino de Ibrahim Ferrer.
Apunte ocho: si la ciudad es una herramienta y formato que garantiza la reproducción de la actual imaginación, ¿cómo podemos interceptarla? Responder a esta pregunta puede parecer pesado y ciertamente lo es. Sin embargo, hablando esa tarde, Stephanie, Edgar y yo coincidimos en que hay una idea muy precisa y al mismo tiempo muy porosa que podemos pensar como primera respuesta: la podemos interceptar apareciendo en el espacio público, apareciendo en la esfera pública de una comunidad determinada. A esa conclusión llegamos luego de hablar sobre la incidencia del dembow dominicano y su estética sonora en la aceleración de los procesos de reivindicación de las otredades en la sociedad dominicana.
Apunte nueve: Tiempo de Zafra tiene una relación muy estrecha con el dembow y su estética visual a través de la artista Tokischa y la casa productora Paulus Music. Para Tokischa han creado distintas piezas, quizás las más conocidas son las utilizadas por la artista en el video de la canción Tukuntazo, en el video de la canción Linda y en el video de la reciente canción Sistema de Patio.
Derecha: Fotografía de Elissa Salas. Tokischa viste la pieza creada junto con TDZ para el video Linda. Izquierda: Tokischa en el video de la canción Sistema del patio dirigido por Raymi Paulus. Con piezas de TDZ. Fotografía de Richard Cordones. Bondage pants hechos con uniformes militares antiguos y otros materiales sobrantes.
Apunte dos, repetido: así como las imágenes son un resultante también debemos pensarlas como germen, uno capaz de revivir, desarrollarse y expandirse una vez entra en relación. Crear imaginación no es solo la producción de objetos-imágenes, sino también crear las condiciones para que la recepción y la circulación de dichos objetos-imágenes contribuyan a que sean ciertamente fuente de percepciones complejas capaces de despertar movimiento y afectos. En República Dominicana, la práctica artística del colectivo Tiempo de Zafra está generando objetos-imágenes intermediarios entre lo concreto y lo abstracto condensando varias funciones y empleando soluciones intrínsecas a la red de las realidades contemporáneas y su deseo de materializar imaginaciones: el cuerpo como una entidad en relación sin que esto anule la autonomía; vestir como acto comunicativo; el cuerpo como espacio político para la alianza y la resistencia; la conciencia de que las visualidades contribuyen a poner en tensión las ideas de a quienes consideramos indiferentes o repulsivxs; la calle como el espacio que sostiene las acciones colectivas que constituyen imaginaciones; subvertir dinámicas capitalistas y de consumo… ¿cómo se visten los cuerpos que habitan mundos distintos?
Tiempo de Zafra es un colectivo de artistas que imagina espacios de posibilidades a través del exceso y el desperdicio textil en la dinámica capitalista.
Yina Jiménez Suriel es curadora e investigadora con maestría en estudios visuales. Trabaja como editora asociada de Contemporary And América Latina y el Caribe y como curadora asociada de la Caribbean Art Initiative. Yina vive en Santo Domingo, República Dominicana.
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