Como reacción a crímenes ambientales, Aline Baiana creó una instalación que remite a los estragos provocados por la minería en Brasil, para la 11a Bienal de Arte Contemporáneo de Berlín.
Aline Baiana, polución en el Río Paraopeba un año después del crimen en Brumadinho, 25 de enero, 2020. Imagen de investigación. Cortesía de la artista.
Aline Baiana, Ground at Serra do Rola-Moça, Minas Gerais – Brazil, January 2020. Research image. Courtesy Aline Baiana
La brasileña Aline Baiana presenta en la 11a Bienal de Arte Contemporáneo de Berlín una obra que habla de la ruptura de dos represas de relaves mineros en Brasil que causaron casi trascientas muertes y una serie de daños ambientales. La artista recolectó materiales en el escenario devastado de Brumadinho, en Minas Gerais, una localidad que es paradójicamente conocida tanto por ser la sede del el Inhotim, el mayor museo de arte contemporáneo a cielo abierto del mundo, como por haber sido el escenario de uno de los peores crímenes ambientales sucedidos en Brasil.
Nacida en Bahía, la artista se mudó a Río de Janeiro en su adolescencia, y hoy vive entre Brasil y Berlín. En esta entrevista, Baiana relata “la molestia, la rabia y la angustia” que normalmente permean la génesis de sus obras, analiza la precariedad de la producción cultural brasileña en el presente y concluye: “Una certeza tengo y es que no ando sola”.
C&AL: ¿Podrías contarnos un poco sobre tu trayectoria como artista?
Aline Baiana: Me formé en cine, hice fotografía bastante tiempo, pero decidí formarme en gestión ambiental y trabajar en una ONG. Era el año del Río+20 y pude participar en la Cumbre de los Pueblos, experiencia que me transformó, me hizo más consciente de ciertas memorias de mi ancestralidad y cambió completamente mi compromiso con la lucha ambiental y los derechos humanos. También en 2012 conseguí una beca para el curso “Arte fuera del cubo: acciones artísticas y reacciones políticas en el arte contemporáneo”, en la Escuela de Artes Visuales del Parque Lage, en Río de Janeiro.
En los dos años siguientes, período de muchas protestas en las calles de Brasil, yo hacía esténcil y collages en las calles, en un intento de llevar las manifestaciones al día a día de la ciudad. A partir de entonces, comencé mi investigación y producción artística con videos, objetos e instalaciones. En 2019, la curadora Claire Tancons me invitó a participar en la plataforma “Look me all around you” (Mírame alrededor tuyo) en la Bienal de Sharjah 14: Leaving the Echo Chamber (Saliendo de la cámara de eco), en los Emiratos Árabes Unidos. Y en el 2020, a pesar de todo –y «todo», este año, es realmente mucho– estoy feliz de haber sido invitada a la Bienal de Berlín por un equipo curatorial tan especial.
Aline Baiana, mina de oro desactivada, Minas Gerais – Brasil, enero de 2020. Imagen de investigación. Cortesía de la artista.
Siendo latinoamericana y, más específicamente, negra y brasileña, para mí la separación entre arte y política nunca existió.
C&AL: La crítica social y el pensamiento político son elementos determinantes en tu creación. ¿Podrías hablar sobre eso?
AB: Siendo latinoamericana y, más específicamente, negra y brasileña, para mí la separación entre arte y política nunca existió. Desde el principio, lo que me llevó a hacer arte fue indignación, tal vez mi motivación es lo que los zapatistas mexicanos llaman “la digna rabia”. Mis trabajos generalmente surgen de una molestia, de una rabia o de una angustia. Es en el proceso de investigación –que a menudo es doloroso– que voy entendiendo por qué y cómo abordar todo esto. Intento buscar formas de cuestionar las ideas que sustentan este mundo y compartir otros mundos en los que tales ideas sean inconcebibles. La forma que toma cada obra, así como los soportes y materiales que uso, se me presentan durante la investigación.
C&AL: Temas feministas, ambientales o relacionados con cuestiones raciales son parte de tu trabajo. ¿De qué forma el actual momento brasileño influye concretamente en tu producción?
AB: La situación actual en Brasil es muy grave. Hay un plan de exterminio. Cuando digo que en mi investigación busco formas de cuestionar las ideas que sustentan un mundo donde ocurren estas atrocidades, me refiero a un mundo patriarcal y blanco; y cuestionar las ideas que lo sustentan se vuelve aún más urgente en este momento. Hay que demoler las estructuras que nos oprimen y que permiten que un monstruo asuma el poder sobre vidas que declaradamente no respeta. No soy tan ingenua como para pensar que una obra de arte tiene tal poder. Más bien, me gusta imaginar mi trabajo como una especie de contrahechizo, que se suma a otros en la lucha anticolonial, respecto al capitalismo, el patriarcado, el racismo.
C&AL: ¿Cómo fue el proceso de creación de la obra de la Bienal de Berlín?
AB: A cruz do Sul (La cruz del sur) es un trabajo que surge como consecuencia del crimen ambiental de Mariana, en el estado de Minas Gerais, cuando la ruptura de una presa en Samarco (Vale y BHP Billiton) provocó un tsunami de barro de relaves de minería que causó muertes y destruyó ecosistemas, desde el estado de Minas Gerais hasta el litoral del estado de Espíritu Santo. A medida que llegaban las noticias de la muerte del río Doce y las imágenes de animales y personas agonizantes en un mar de barro, comencé a pensar sobre cómo los riesgos de la minería y el proceso de destrucción ambiental desaparecen del producto final. También reflexioné sobre ese lugar que ocupamos históricamente, junto con otros países del hemisferio sur, como fuente de recursos naturales a ser explotados y exportados hasta el agotamiento para el beneficio de pocos y a costa del sufrimiento de muchos.
Aline Baiana, suelo en la Sierra de Rola-Moça, Minas Gerais – Brasil, enero de 2020. Imagen de investigación. Cortesía de la artista.
La obra es una instalación que reproduce la constelación Crucero del Sur, a partir de fragmentos de rocas brutas de donde se extraen algunos de los productos minerales que Brasil más exporta. Para ver las rocas en la disposición en la que están en la obra, es decir, como constelación en el cielo, es necesario colocarse en una posición específica, marcada en el suelo por una rosa de los vientos, que tiene referencias a la minería y que está colocada sobre mineral de hierro recolectado en la región de Brumadinho, ciudad escenario de otro grave crimen ambiental. La punta hacia el sur está marcada con lama de relaves de la represa de Vale que se rompió en Brumadinho, también en el estado de Minas Gerais, y que contaminó el río Paraopeba.
C&AL: ¿Cuál es la importancia de participar en la Bienal, en un momento tan singular como este?
AB: En este momento sombrío de la historia de Brasil, en el que se extinguió el Ministerio de Cultura, la producción cultural está siendo saboteada y muchos profesionales del campo del arte han sido despedidos, me doy cuenta de que es extremadamente valiosa la oportunidad de participar en la Bienal de Berlín con una obra que aborda un tema tan grave como es la minería.
C&AL: ¿Qué otros proyectos estás desarrollando en este momento?
AB: Estoy desarrollando dos proyectos, uno que quisiera producir en São Paulo y otro en Pará. La contaminación del río Tapajós con mercurio, a causa de la minería ilegal, tiene graves consecuencias para las personas que dependen del río para todo absolutamente. La falta de acceso al agua potable hace que estas personas beban agua contaminada con mercurio y se enfermen. También estoy comenzando una investigación en Alemania, que está todavía en una etapa muy temprana.
C&AL: ¿Crees que es posible hablar de una nueva forma de hacer arte después de la pandemia? ¿Qué consecuencias observas, por ejemplo, en la realización de proyectos desde entonces?
AB: Me parece precipitado y arrogante especular sobre la pospandemia, cuando ni siquiera entiendo bien lo que estoy viviendo en este momento. Una consecuencia obvia y dolorosa es el distanciamiento. Pero una certeza que tengo es que «no ando sola». Mi trabajo está relacionado con una red de personas que también están lidiando de alguna manera con el tema y estos encuentros e intercambios son una parte muy importante de mi proceso. Hay un imaginario en torno a la práctica artística en el que el artista crea solo en su taller. Mi práctica es exactamente lo contrario. Lo primero que hago es encontrarme con otras personas y hablar con ellas. Mi trabajo comienza en estos intercambios.
Fábia Prates realizó la entrevista. Es periodista y actualmente escribe sobre temas relacionados con la cultura y el comportamiento.
Traducción del portugués de Catalina Arango Correa