Formado por los multi-artistas Flávio Camargo y Toni Baptiste, de São Paulo, el Colectivo Coletores propone la discusión de temas urgentes como el derecho a la ciudad y la lucha contra el racismo y la exclusión. El dúo trabaja con diferentes lenguajes como el graffiti, la fotografía y el video.
Colectivo Coletores. Voces contra el racismo, 2020. Foto: Toni Baptiste
Colectivos Coletores y Denilson Baniwa. Voces contra el racismo, 2020. Proyección de video de reportajes del artista indígena Denilson Baniwa en un monumento en São Paulo que ensalza la acción bandeirante. Foto Toni Baptiste.
Colectivo Coletores. Voces contra el racismo, 2020. Proyección de video de imágenes de la líder quilombola Tereza de Benguela en la Igreja dos Homens Pretos en Penha de França, São Paulo.
Trayectoria
Flávio Camargo: Soy licenciado en Artes Visuales, con especialización en Diseño, y tuve una formación previa trabajando durante mucho tiempo con escenografía, teatro, construcción de objetos y trabajo manual. Al mismo tiempo, siempre hice intervenciones en la calle con graffiti, como casi todos en la periferia. La calle también da esta formación.
Toni Baptiste: Juntos obtuvimos la licenciatura en Artes Visuales y, durante el curso, fundamos el Colectivo Coletores en 2008. Durante mucho tiempo conciliamos una carrera artística con la carrera docente, trabajando en el sistema de escuelas públicas, enseñando Artes en diferentes escuelas. Luego hicimos la misma especialización en Diseño y Humanidades. También me convertí en un Master en Ciencias de la Información. Como Flávio, siempre dibujé y me metí en el grafiti muy temprano. El skate era una forma de expresión corporal que me ayudó a estar en la ciudad colectivamente y a pensar en la ciudad como un apoyo. Luego acabé metiéndome en la música e interesándome por la fotografía y el video de forma autodidacta.
Recopilar historias y materiales
Flávio Camargo: Al principio, nuestra idea era que éramos nómadas por la experiencia del desplazamiento, el hábito de producir en tránsito. Pero, entendiendo mejor la forma en que trabajamos y nos relacionamos con el espacio y las personas, vimos que nuestra actividad es la de coleccionar: recolectar cosas, historias, materiales. Nuestro equipo ha sido siempre portátil, incluso pensando en este concepto de coleccionista, que no requiere más de lo que puede llevar. Cuando no teníamos coche, metíamos todo en nuestra mochila. Siempre pensamos en cuánto se puede sacar del mínimo que tenemos.
Toni Baptiste: Nos presentamos como un colectivo. Contrariamente al supuesto de que hay un boom de los colectivos culturales de la periferia, creemos que lo que está sucediendo es una mayor percepción externa de estas manifestaciones colectivas. Esta forma de organización es mucho más antigua que nuestra existencia. Podemos trazar una línea de tiempo desde los quilombos, los terreiros, los patios de samba, los posses [bailes de funk & soul en la periferia], las crews de hip hop, las bandas de punk, hasta llegar a los colectivos culturales. En realidad, los colectivos periféricos de hoy son muy similares a los posses que organizaban las fiestas a las que asistía mi padre en las décadas de 1960 y 1970, fiestas que no eran solo para el ocio, sino también un momento para organizar esfuerzos colectivos, discutir la implementación de una línea de autobús en la comunidad. La fiesta solía ser una excusa para discutir algo más complejo. Esta forma de organización horizontal es perpetuada hasta hoy por los colectivos.
Lenguajes en diálogo
Flávio Camargo: Empezamos con una producción gráfica, que fue una respuesta a nuestra relación con el graffiti, y luego vino la fotografía, la producción de dispositivos ópticos, mecánicos y de sonido, medios digitales, proyecciones de video. Tuvimos una fase de trabajo con lo que llamamos baja tecnología. La obra Autónomo es un dispositivo que produce sonido a partir de imágenes y es de baja tecnología. Construimos un circuito electrónico, apoyado en placas de cartón, utilizando componentes electrónicos que logramos desmontar de otros dispositivos. Trabajamos pensando mucho en los equipos de nuestros abuelos, desmontando una radio, una máquina o un televisor para repararlo. Vimos a mucha gente a nuestro alrededor tratando de entender la tecnología desde adentro, a diferencia de la alta tecnología actual, que es mucho más cerrada, hermética. Son para uso exclusivo, pero no para apropiación. Pensamos que era importante rescatar esto.
Toni Baptiste: Y tenemos un pensamiento de Gesamtkunstwerk, que es la idea de una obra de arte total. Intentamos desarrollar algo hacia una obra de arte que sea visual, pero que también sea arquitectura, que tenga un sonido, que establezca una relación con las personas. Íbamos desarrollando estos lenguajes, siempre en diálogo con los territorios y el contexto social.
Ciudad viva
Flávio Camargo: El videomapping es básicamente una proyección de video sobre una superficie irregular. Tenemos la obra ¡Resistir!, que empezamos en 2014. Y seguimos poniendo capas encima, como una obra abierta. ¡Resistir! es una obra compuesta por diferentes secuencias de imágenes de manifestaciones de resistencia, como la caminata de Martin Luther King en Selma, el levantamiento palestino, el movimiento de Chiapas, las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina o las Mães de Maio aquí en Brasil. La primera presentación de este trabajo fue en el skyline de la comunidad de Vila Flávia, al borde de un arroyo en el lado este de São Paulo, un mapeo de escala monumental en un espacio que no se reconoce como monumental.
Colectivo Coletores. ¡Resistir! 1.0, 2014. Proyección de video de imágenes de la caminata del líder negro Martin Luther King Jr. (1929-1968) en Selma, Estados Unidos, en casas de la comunidad de Vila Flávia, en las afueras de São Paulo. Foto: Toni Baptiste.
Toni Baptiste: Cuando hacemos o vemos proyecciones en edificios en el centro de la ciudad, pensamos: ¡carajo, eso es genial, la ciudad cobra más vida! Entonces construimos este lenguaje también en las periferias, para traer esta perspectiva del derecho a la ciudad, de una ciudad que trabaja las 24 horas no solo en el centro, sino también en la periferias.
Borrado y memoria
Flávio Camargo: Un proceso muy importante para nosotros es dar un nuevo significado a los espacios y trabajar con la memoria. Nos ocupamos mucho de la idea del borrado social y cultural de una parte de la población, que es un proceso diario y no solo histórico. Cuando proyectamos la imagen de Tereza de Benguela en la Igreja dos Homens Pretos en Penha de França (parte oriental de São Paulo) o cuando proyectamos la frase “estamos vivos” en los edificios –que es una frase que representa la cultura de los pueblos andinos y latinoamericanos–, es precisamente para intentar dar a conocer la historia que precede a nuestra existencia, y pensar en nuestro presente. ¿Y cuál es nuestro presente? Nuestro presente sigue siendo el del genocidio negro, representado, por ejemplo, en la imagen proyectada de Marielle Franco.
Colectivo Coletores. Pujança editada – Monumento Borbagato, 2020. Proyección de video en la estatua tradicional del bandeirante en São Paulo, muestra fotos de presos políticos, desaparecidos y muertos de la dictadura militar (1964-1985). Foto: Toni Baptiste.
Toni Baptiste: En un evento de la Jornada do Patrimônio en São Paulo, hicimos un trabajo que le dio un nuevo significado a la estatua de Borba Gato. Con la proyección de video, usamos la estatua como si fuera una estructura vacía y le echamos un líquido dorado. En la primera impresión, el público más distraído piensa: “Qué lindo, Borba Gato de oro, este es el ‘valor’ de la historia”. Y he aquí que el oro empieza a moverse, el oro se vuelve rojo sangre, y luego proyectamos una serie de imágenes, desde grabados y acuarelas de la época colonial, de negros e indígenas esclavizados, hasta imágenes de la barbarie contemporánea, como la de los desaparecidos de la dictadura militar, de las matanzas policiales, trayendo el verdadero legado de Borba Gato y los pioneros a nuestra sociedad. Es una especie de revelación de lo que realmente significa esa estatua. Ese es el impacto. El público de esa región ama esta estatua tal como es, pero cuando vieron las proyecciones pudieron hacer esta nueva asociación.
Falta de espacio ciudadano
Flávio Camargo: Creo que vivimos una relación con la ciudad muy tensa, con tensiones que vienen de la falta de un espacio verdaderamente ciudadano. Vivimos en una ciudad que expulsa a los diferentes, la sola idea de la existencia de los suburbios lo demuestra. Creemos en una ciudad ideal, no utópicamente ideal, pero que es posible para las personas. Una ciudad que acoge, da espacio, crea relaciones de diálogo, donde la plaza pública puede ser el centro de las relaciones. La relación de nuestro trabajo con la ciudad es en este sentido: es intentar crear, despertar algún tipo de pensamiento, de diálogo, para que estos espacios sean más accesibles para todos.
Tânia Caliari es periodista. Vive en São Paulo.
Traducción del portugués de Hernán D. Caro
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