La Bienal de la Habana tiene lugar del 12 de abril al 12 de mayo de 2019 bajo el título “La construcción de lo posible”. El evento parece estar interesado en abrir y descentralizar la escena artística cubana; pero las apariencias engañan. Un análisis de la Bienal de Aldeide Delgado para Contemporary And (C&) América Latina.
Adler Guerrier, Sin título (Beckoned by the light and passage to an enabling and condition-shaping land – stationed on Biscayne Bay), 2017. Christian Hernandez David Castillo Gallery.
Luis Manuel Otero Alcántara, Miss Bienal, 2015. Foto: Emanuelle Mozzetti. Cortesía del artista.
Óscar Figueroa, Intervención Antiguas Oficinas United Fruit Company. Limón, Costa Rica, 2016. Cortesía del artista.
Charo Oquet, Written on Skin and Sacred Gestures, 2019. Foto: William Cordova. Cortesía de la artista.
Como parte de la campaña promocional por el 500 aniversario de la ciudad de La Habana, la actual Bienal –en tanto producto cultural turístico internacional– ofrece al visitante una experiencia optimista: un ambiente celebratorio marcado por el tráfico de nuevas ideas, la circulación de personas del exterior y la sensación de bienestar en un espacio público “exento de conflictos”.
Los visitantes (curadores, críticos y coleccionistas) exploran el paisaje autóctono y buscan el contacto directo con la producción artística local cubana. Mientras tanto, los creadores asisten a la preparación e instalación de obras, la intervención de edificios abandonados y reuniones festivas bajo el amparo institucional. La Habana llega a sus 500 años manteniendo el atractivo internacional que genera su clima político, la “espontaneidad del pueblo” y la “riqueza de sus paisajes”. La ciudad se transforma para el turismo con la edificación de nuevos inmuebles… todo ello en medio de una decadencia social generalizada.
A finales de 2017, los devastadores efectos del huracán Irma causaron la cancelación de la Bienal, programada originalmente para el último trimestre del 2018. La decisión de posponer la Bienal produjo reacciones considerables en el escenario artístico cubano. El artista Luis Manuel Otero y la historiadora del arte Yanelys Núñez organizaron una bienal alternativa, la #00Bienal de La Habana, cuya ejecución –contra la voluntad oficial– se llevó a cabo desde espacios independientes como estudios y casas de artistas. La #00Bienal de La Habana mantuvo vivo el espíritu de la Bienal en un momento de crisis y, junto a exposiciones oficialistas como el festival Artes de Cuba: desde la isla para el mundo, en Washington y Ola Cuba, en Lille, Francia, sostuvo la discusión –y con ello el interés– internacional sobre el arte cubano.
Como sostienen Pedro Cruz Sánchez y María Teresa Marín en “El turista como espectador del arte contemporáneo” (1999), las exposiciones se convierten en grandes operaciones de marketing y campañas bien estudiadas de publicidad que, al tiempo de crear el producto, crean la demanda social del mismo. La mejor estrategia para la actual Bienal de La Habana hubiese sido invitar a Luis Manuel Otero y a Yanelys Nuñez a debatir sobre las experiencias de la #00Bienal, presentar el catálogo y analizar qué otras narrativas y modelos de gestión propició la bienal alternativa. Su participación en la actual Bienal hubiese significado una reconciliación, una esperanza –o ilusión– de libertad creativa. Sin embargo, bajo la sombra del Decreto 349, Otero fue detenido por las autoridades el 4 y 11 de abril de 2019 para impedir la realización de acciones durante la Bienal. Desde su casa en La Habana Vieja, el artista prepara ahora la Bienal sin 349, una bienal alternativa donde expondrá la serie Se USA: un homenaje a la historia minúscula y un reclamo a la libertad de opinión.
Con el propósito de “descentralizar” la escena artística cubana (estrategia ya puesta en práctica en la #00Bienal con el lema “En cada estudio, una Bienal”), en la actual Bienal varios artistas abren sus casas para presentar proyectos curatoriales y de colaboración. El artista Reynier Leyva Novo inaugura en su domicilio del barrio Párraga la exhibición Patria, muerte y azúcar, sobre la temática de la esclavitud. Además, el dúo creativo Cara Lewis y Alejandro Figueredo presentará en una residencia del Vedado la exhibición Cantos comunes. Este evento, en palabras de sus organizadores, propone lo lúdico y lo absurdo como estrategia para narrar la historia de los acontecimientos simples y cotidianos.
Por primera vez, la Bienal de La Habana extiende sus acciones hacia otras provincias del país. En Matanzas, la artista María Magdalena Campos-Pons llama la atención sobre la relevancia histórica, cultural y geográfica de su región natal. El proyecto colectivo Ríos intermitentes agrupa más de cuarenta artistas nacionales e internacionales entre quienes se encuentran Cullen Washington, Adam Elkins y Carrie Mae Weems.
La Bienal de La Habana sesionará bajo el título La construcción de lo posible desde el 12 de abril hasta el 12 de mayo de 2019. Según datos oficiales, se llevarán a cabo 60 muestras colectivas, 36 exhibiciones personales y bipersonales, 85 open estudios y 19 intervenciones en espacios públicos. Además, acogerá artistas procedentes de África (Mali, República del Congo, Benin, Kenia, Marruecos, República de Senegal, Nigeria y Egipto), Medio Oriente (Siria e Irán), Europa (España, Finlandia, Alemania, Francia y Portugal), Asia (Japón, China, India y Filipinas), América Latina (Argentina, Colombia, Chile y México) y el Caribe (Barbados, Martinica, Haití, Puerto Rico y República Dominicana).
Entre las exhibiciones principales se encuentran la muestra colectiva en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, donde participan artistas como David Beltrán (Cuba), Camilo Yañez (Chile), Maya Watanabe (Perú), Abdoulaye Konaté (Mali), Alexia Miranda (El Salvador) y Adler Guerrier (Haití-EEUU). Este último parte de la investigación sobre la herencia haitiana en Cuba para reflexionar sobre las características del paisaje caribeño. Un enfoque similar es ofrecido por la artista Charo Oquet (República Dominicana-Estados Unidos) en la exhibición colectiva en Casa de México. Su instalación Voces de Calibán explora las prácticas culturales de las comunidades afrocaribeñas a partir de las nociones de alegría, esperanza y sanación. En la calle Malecón 307 puede encontrarse Cumanana (Pa´Nicomedes Santa Cruz, Nicolás Guillén y Alanna Lockward), del artista William Córdova (Perú-Estados Unidos). La obra es una meditación sobre los diálogos de la diáspora africana en el Caribe y las Américas a partir de la intersección de los valores entre la arquitectura andina y la arquitectura vernácula contemporánea. En el Centro Hispanoamericano de Cultura, Óscar Figueroa (Costa Rica) presenta On the other side of the railroads, un conjunto de obras que replantean las ideas de progreso y modernidad en Centroamérica.
La Bienal de La Habana 2019 tiene lugar del 12 de abril al 12 de mayo de 2019 bajo el título La construcción de lo posible
Aldeide Delgado es historiadora y curadora independiente. Durante el 2018 fue becaria de la Escuela de Crítica de Arte (INBA-Proyecto Siqueiros) con el apoyo de la Fundación Jumex y PAC. En el año 2017 fue galardonada con la Beca de Investigación y Producción de Ensayo Crítico expedida por Teor/éTica. Sus intereses incluyen género, identidad racial, fotografía y abstracción en las artes visuales. Ha sido ponente en The New School, CalArts, Centro Cultural Español Miami, Casa de las Américas y 12ma Bienal de La Habana. Es colaboradora de Artishock, Terremoto, C&America Latina y Art Nexus en Miami.