Influenciada por las herencias ecuatoriana y cubana, y formada gracias a su educación y residencias en París, Lyon, y Ámsterdam, Salazar Rosales mezcla la poesía visual con la sensibilidad dancística. Su método combina la planificación conceptual con la espontaneidad material, reuniendo objetos en una coreografía congelada.
Sofía Salazar Rosales, Cauliflory florecerá pronto (detalle), 2022, Vista de la instalación de Mantengo la urgencia de reconciliar, Juniin, 2022, Cacao, resina de poliéster, fibra de vidrio y empaque de esponja, 43 x 280 x 70 cm. Foto: Libbi Ponce. Cortesía de Juniin, Guayaquil y Sofía Salazar Rosales, París.
Sofía Salazar Rosales, Hay cuerpos cansados por el viaje que buscan enraizarse, vista de la instalación en BUNGALOW/ChertLüdde, 2022. Foto: Andrea Rossetti. Cortesía de ChertLüdde, Berlín y Sofía Salazar Rosales, París.
Sofía Salazar Rosales, Mientras las heridas están abiertas (detalle), 2024, El deseo de bailar con alguien que no está aquí, vista de la instalación en ChertLüdde, 2024, Cuentas de vidrio, gasa, relleno, parafina, yeso, limaduras de hierro, cartón, alambre de gallinero, metal, fibra de vidrio, resina de poliéster y epoxi, 207 x 90 x 282 cm. Foto: Marjorie Brunet Plaza. Cortesía de ChertLüdde, Berlín y Sofía Salazar Rosales, París.
Sofía Salazar Rosales, Zafra, 2021, Azúcar de caña cruda, fibra de vidrio, cola de madera, gelcoat y resina, Dimensiones variables. Cortesía de ChertLüdde, Berlín y Sofía Salazar Rosales, París.
Cuando entré en la galería ChertLüdde de Berlín, Alemania, para ver The Desire to Dance with Someone Who is Not Here (El deseo de bailar con alguien que no está aquí), la última muestra de Sofía Salazar Rosales, tuve una inmediata sensación de anticipación e introspección. La muestra es más que una colección de obras de arte: es una narrativa profunda que entreteje poesía, danza y escultura reflejando temas personales y colectivos.
El viaje de Sofía comenzó en Ecuador, donde las ricas tradiciones de su tierra natal influyeron en su visión artística. “Al crecer en Ecuador con una madre ecuatoriana y un padre cubano, estuve rodeada de narrativas culturales que modelaron mi arte de modo profundo”, señala Sofía. Su educación formal en París y Lyon y una residencia en De Ateliers en Ámsterdam fueron puliendo su voz singular. “Cada etapa de mi viaje fue crucial en la conformación de mi abordaje del arte”, dice. Su obra es una sinfonía de experiencias visuales entrelazadas con elementos poéticos y dancísticos. “La poesía se mezcla fluidamente con los elementos visuales para crear una experiencia holística”, explica. También la danza es una influencia profunda, que se combina con los conceptos de ausencia y presencia y destaca en sus esculturas la relación dinámica entre movimiento y quietud.
Un tema conmovedor presente en las últimas obras de Sofía es el anhelo de bailar con alguien que no está físicamente presente, y así se exploran la ausencia y el deseo. “Este tema surgió de un lugar profundamente personal que refleja mis propias experiencias”, revela. A menudo su obra reconcilia los objetos, los materiales y sus historias a través de diferentes contextos. En una carta abierta a sus esculturas reflexiona: “Les confío mi pasado para que puedan convertir las experiencias en una nostalgia jubilosa y así por fin se reconcilien el lugar donde viví y el lugar donde vivo”.
Sofía Salazar Rosales, Mientras las heridas están abiertas, 2024, El deseo de bailar con alguien que no está aquí, vista de la instalación en ChertLüdde, 2024, Cuentas de vidrio, gasa, relleno, parafina, yeso, limaduras de hierro, cartón, alambre de gallinero, metal, fibra de vidrio, resina de poliéster y epoxi, 207 x 90 x 282 cm. Foto: Andrea Rossetti. Cortesía de ChertLüdde, Berlín y Sofía Salazar Rosales, París.
Les confío mi pasado para que puedan convertir las experiencias en una nostalgia jubilosa y así por fin se reconcilien el lugar donde viví y el lugar donde vivo”
La exposición en ChertLüdde presenta instalaciones que son llamativas en el plano visual y evocadoras de emociones. While the Wounds Are Open (Mientras las heridas están abiertas) (2024) combina diferentes materiales para crear una instalación de una belleza inquietante. “Esta pieza trata de la vulnerabilidad y del proceso de curación”, explica ella. La obra de arte comprende una estructura compleja con capas de materiales transparentes y opacos que crean profundidad y textura y enfatizan temas vinculados a la curación y reparación. La obra también invoca a Oshun, una orishá de la religión yorubá, asociada al amor y la fertilidad. La presencia de Oshun añade relevancia cultural y espiritual, entrelazando historias personales y colectivas. Full of Sweetness (y el mappeo del destierro) (2024) es una obra que explora el desplazamiento y la pertenencia. “La pieza refleja mis propias experiencias de desplazamiento”, comparte la artista. El uso de parafina y cinta quirúrgica suma cualidad táctil y señala con fuerza las cicatrices físicas y emocionales del desplazamiento.
La elección de materiales que hace Sofía es intencional y simbólica, refleja los temas que ella explora. En Zafra (2021) usa caña de azúcar, fibra de vidrio, pegamento para madera, gelcoat y resina para hablar de las connotaciones históricas y culturales de esos materiales. El título Zafra remite a la cosecha de la caña al final de cada verano. Los paneles dispuestos en un rincón se asemejan a los techos de zinc comunes en la arquitectura de América Latina, con texturas que evocan la aspereza y la resiliencia de esos materiales. Su abordaje metodológico equilibra la planificación y la espontaneidad. “A menudo comienzo con un marco conceptual pero dejo que los materiales y el proceso orienten los resultados”, explica. Eso produce obras que están estructuradas pero son fluidas, reflejan las complejidades de la experiencia humana.
Sofía Salazar Rosales, Zafra, 2021, Azúcar de caña cruda, fibra de vidrio, cola de madera, gelcoat y resina, Dimensiones variables. Cortesía de ChertLüdde, Berlín y Sofía Salazar Rosales, París.**
Su obra a menudo es un despliegue de la siguiente frase: “Hay cuerpos cansados por el viaje que buscan enraizarse”. Así puede condensarse su investigación del desplazamiento y el anhelo de pertenencia y raíces, reflejando narrativas históricas y culturales más amplias. La atención que Sofía presta al detalle, su compromiso con los materiales y la habilidad para transmitir las experiencias emocionales contribuyen a modelar su voz artística. “El arte implica crear conexiones, entrelazar pasado y presente para crear algo nuevo y relevante”, dice la artista. Reflexionando sobre su viaje, Sofía reconoce las influencias y experiencias que dieron forma a su obra. “Cada lugar en que viví, cada persona que me encontré dejó su marca en mi arte”, dice. Su arte es un testamento de ese viaje constante, un tapiz de experiencias tejido con cuidado y voluntad.
Sofía Salazar Rosales, The Desire to Dance with Someone Who is Not Here pudo verse en la galería ChertLüdde de Berlín, Alemania, entre el 26 de abril y el 24 de agosto de 2024.
Noushin Afzali es una periodista, editora y traductora iraní que vive en Berlín. Su investigación se centra en la cultura y el arte contemporáneos los estudios feministas y poscoloniales. Es magíster en Estudios Culturales y Literatura Inglesa.