C&AL: ¿Cómo ven el sector cultural y artístico en el Caribe?
SG: El Caribe es una región diversa que incluye las Indias Occidentales, las Antillas Mayores, las Antillas Menores, las Islas de Barlovento y las Islas de Sotavento. Colonizada por los británicos, los franceses, los españoles y los holandeses, nuestra región criollizada sufrió el impacto del genocidio de pueblos indígenas y las secuelas del proyecto colonial, y ahora padece como una de las regiones más endeudadas del mundo que depende de la fluctuablidad del sector turístico.
Nuestra percepción del arte está moldeada por los lentes de esa historia y por nuestra perspectiva desde el Sur Global. Sólo algunas naciones caribeñas tienen museos y galerías, y el sector está sufriendo altos niveles de emigración. Los artistas y las iniciativas dirigidas por artistas están por delante de las agencias estatales, que todavía se debaten en la comprensión del valor del sector cultural por fuera de modelos como el de la Economía Naranja (Economía Creativa), y buscan el retorno de la inversión e ignoran la necesidad de invertir en los artistas.
También somos conscientes del impacto del Caribe en la diáspora y su influencia en el norte. Por ejemplo, la generación Windrush ha dado forma a la Gran Bretaña postimperial. Y conceptualizaciones del mundo de las plantaciones se discuten en relación con el cambio climático. Pensadores como Édouard Glissant y Antonio Benítez-Rojo se han convertido en referencias destacadas para los curadores que trabajan en el plano global. La Bienal de San Pablo de 2021 se inspiró en el concepto de relación de Glissant, y la Bienal Sharjah de 2023, por influencia de Okwui Enwezor, explora los procesos de criollización, hibridación y descolonización, nociones que la región ha estado articulando internamente desde hace décadas. El Caribe se está expandiendo.
C&AL: ¿Qué tipo de apoyo financiero hay disponible? ¿Y qué géneros reciben el foco de atención?
SG: Las cosas interesantes pasan fuera de las instituciones formales. La economía de festivales, que incluye a los Carnavales y al sector musical, recibe el foco de atención porque genera con mayor facilidad ingresos y un público amplio. Y, de nuevo, las estructuras de apoyo económico varían según el lugar dentro del Caribe.