Una charla con la artista cubana Susana Pilar Delahante sobre su trayectoria y la obra que presentó en la 12ª Bienal de Berlín, que estará abierta hasta el 18 de septiembre 2022.
Susana Pilar, “Dibujo intercontinental,” 2017. Performance. Cortesía Galleria Continua, San Gimignano. © Susana Pilar, Foto: Benito Frazzetta
Susana Pilar ve su cuerpo como archivo del desplazamiento forzado de personas de África y Asia hacia Cuba. Sus obras performativas, a menudo in-situ, están cargadas con la historia del lugar en que son realizadas. En esta entrevista la artista habla sobre empoderamiento y los conflictos que afrontó con su participación en la 12a Bienal de Berlín.
C&AL: En tu trabajo has transitado proyectos sobre memoria afectiva y familiar, y al inicio de tu carrera te volcaste hacia la performance como forma de presentar el propio cuerpo como archivo y fuerza de esas memorias. Si tomamos en cuenta un contexto como el de Cuba, donde las políticas de olvido son sistemáticas y determinan la vida cotidiana, reinventar la memoria y el archivo es una clave importante, más aún tratándose de un cuerpo migrante como el tuyo. ¿Cómo has concebido esa experiencia en tu trabajo con la performance?
Susana Pilar Delahante: Reinventar la memoria y el archivo son súper importantes en mi investigación y práctica artística debido a que algunos en el poder borraron los hechos. Mi cuerpo, descendiente de migrantes forzosamente desplazados de Asia y África a Cuba, es mi archivo y mi memoria. Las narraciones orales de mi familia (pues nos negaron el derecho a escribir nuestra Historia, y hoy estamos tomando estos derechos) son mi libro de Estudios. Mis ancestros habitan mi cuerpo y desde mi cuerpo genero acciones que reivindiquen lo que somos.
Susana Pilar, “Re-territorialización,” 2016, performance. Cortesía Galleria Continua, San Gimignano. © Susana Pilar, Foto: Benito Frazzetta
C&AL: ¿Cómo has ido construyendo tus propias estrategias para descolonizar y despatriarcalizar los archivos de la memoria? ¿Cómo llegaron a formar parte de tu práctica artística esas ideas? ¿Existen palabras o ideas cercanas que te orienten en este tipo de obras?
SPD: No sé en qué punto empezó todo, no recuerdo. Solo sé que el “Archivo” no me representa del mismo modo en que me veo yo. No soy un número, ni yo, ni los que me antecedieron. Entendí que esa realidad, escrita por la misma mano que suprimió a mis ancestros, no era la mía y me tocó buscar respuestas en otro sitio. Y llegaron los ancianos, con todas las historias guardadas en el corazón, y aprendí que vengo del Congo y también de Sierra Leona; que de Cantón salió un Chino y dio a parar en Matanzas para convertirse en mi tatarabuelo; que no fuimos esclavos sino esclavizados; y muchas cosas más. Resistencia, lucha, archivo familiar, madres, negras, negritud, son algunas de esas palabras que me orientan.
Susana Pilar, “El tanque,” 2015, performance en colaboración con Asunción Matienzo Serra Cortesía Galleria Continua, San Gimignano. © Susana Pilar, Foto: Ana María La Mastra
Resistencia, lucha, archivo familiar, madres, negras, negritud, son algunas de esas palabras que me orientan.
C&AL: Algunos de tus trabajos recientes establecen un diálogo incisivo con los espacios físicos y arquitectónicos donde se presentan y apelan a recuerdos vinculados a esos sitios. Pienso en tus intervenciones en la Bienal de Venecia (Dibujo intercontinental, 2017) y en la Bienal de Dakar (Historias negras, 2022). ¿Qué te interesaba destacar o poner de relieve de ambos sitios? ¿Cómo afecta la carga histórica del lugar la concepción de tus piezas?
SPD: Hay una retroalimentación entre lo que quiero comunicar, el contexto en dónde estoy y las herramientas que utilizo. Muchos de mis performances son in-situ y están cargados de la Historia y la energía del lugar en donde los realizo. Dibujo intercontinental y Re-territorialización ocurren en un país que mantiene grandes cantidades de migrantes desprotegidos en un estado de limbo, la mayoría africanos. El bote que halo es mi herencia, mi Historia, mis ancestros, la travesía a la que fueron forzados… y los cabellos que me arranco representan el desplazamiento involuntario, la dislocación y el desarraigo. Historias negras ocurre en un país del cual mis ancestros salieron secuestrados y esclavizados, sin derecho a regresar.
Susana Pilar, "Calentamiento", 2022, documentación en vídeo de la actuación del 10 de junio de 2022, color, sonido, 9′03′′, still de vídeo. Foto: Axel Stockburger.
C&AL: En tu Instagram vi la performance que hiciste durante la 12a Bienal de Berlín. La acción está acompañada de un poema que le da mucha fuerza y profundidad. Me habías contado que lo hiciste sin previo aviso. ¿Qué te llevó a hacerlo? Tus movimientos me recuerdan aquellos que realizan las deportistas cuando están preparándose para una carrera o realizar un esfuerzo difícil. Tu expresión es severa, incluso rabiosa. Siento que hay un cuerpo que ya no está más sólo en actitud de resistencia, sino que está listo con todas sus fuerzas reunidas para lo que venga, para lo impensado. Cuéntame qué ideas y sensaciones te atravesaron al concebir y realizar la acción y en qué parte de la Bienal ocurrió.
SPD: Hice esta performance que lleva como título Warming up de forma espontánea y sin previo aviso. Ocurrió durante la inauguración de la Bienal en uno de sus espacios principales llamado KW. La acción que realizo representa cómo he sentido mi relación con este evento y el poema (que a su vez funciona como statement de la obra) pone la acción en contexto. Durante la preparación de mi participación en la Bienal me he sentido silenciada, utilizada, minimizada, maltratada y censurada por todo el equipo de la Bienal (con excepción de Kader Attia).
Susana Pilar, "Calentando," 2022, documentación en vídeo de la actuación del 10 de junio de 2022, color, sonido, 9′03′′, foto de vídeo. Foto: C&AL
Durante la apertura de la Bienal de Berlín yo estaba ahí (llegué sola) presente y ausente, invisibilizada por una gran estructura de poder. No tenía obra en exhibición (porque todas las obras y soluciones que propuse fueron denegadas o pospuestas), al punto que ahí estaba yo, en mi propia inauguración, sin obra. Encontré amigos que me decían: “¿está tu obra?”, u otros que me decían: “¿estás acá para visitar la Bienal?” “¿por qué tu nombre no aparece en el flyer?” Yo era eso, una visitante, en mi propia inauguración, sin “ permiso” o “ autoridad” para mostrar mi obra. Me pidieron paciencia, más paciencia y que esperara hasta después de la inauguración. Me sentía abusada psicológicamente. Una amiga me dijo que investigara el significado de “gas lighting” . Intenté estar tranquila pero me hervía la sangre y me pregunté: “¿Que eres y por qué estás aquí?” La respuesta vino a mi mente en forma de esta obra. Así era exactamente como me sentía, preparándome para una carrera que se tronchaba una y otra vez, que no me dejaban llevar a cabo.
Decidí hacer esta acción por mi cuenta y reclamar mi espacio. Me hicieron resistencia, pero yo fui más fuerte. La rabia emana de mi rostro ante la presión verbal y el sabotaje físico de los censores que obstaculizan la obra. Pero yo fui más fuerte. Me sentí empoderada, tomando lo que era mío y dejándole saber al público que yo también estaba presente.
Nota 1: El poema lo escribí luego en la noche, en el hotel, y lo terminé al día siguiente mientras viajaba en tren.
Nota 2: La Bienal accedió a exhibir la documentación de video pero no quieren poner el poema, que es parte de la obra.
Actualización de un mes: Quiero señalar que la comunicación e interacción con el equipo técnico de la Bienal ha mejorado en las últimas semanas. Esto tendrá un impacto positivo en Agosto y Septiembre durante mis próximas presentaciones.