Ñanta Mañachi – Préstame el camino es un proyecto artístico que investiga metodologías de relación entre diferentes identidades de la nacionalidad kichwa del Ecuador. Rehusando clasificaciones provenientes del discurso colonial, el proyecto responde a los procesos de jerarquización, dominación y denominación en el campo del arte.
Ritual de apertura del encuentro de mutuo aprendizaje Nakuk Yachakuy: experiencias prácticas de artistas visuales de distintos pueblos kichwas del Ecuador, 2022. Foto: Pablo Jijón, Centro de Arte Contemporáneo
Rimaykuna-hiwakuna Palabras-Plantas: propuesta expositiva del proyecto de investigación en artes Ñanta Mañachi-Préstame el camino, 2023. Foto: Ricardo Guanín
Proyecto audiovisual-microrrelatos biográficos de artistas de cuatro pueblos kichwas. Entretejido de concepciones de arte kichwa, 2023. Foto: Ricardo Guanín
C& América Latina: Tu proyecto Ñanta Mañachi – Préstame el camino ganó el Premio Mariano Aguilera 2022-2023 en la categoría de Investigación, y actualmente se está presentando en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito. El proyecto investiga metodologías de relación entre diferentes identidades de la nacionalidad kichwa del Ecuador. ¿Podrías contarnos un poco más sobre Ñanta Mañachi y cómo aborda las ideas de autodefinición e interculturalidad?
Yauri Muenala: El proyecto de investigación en artes emerge como respuesta a los procesos de jerarquización, dominación y denominación en el campo del arte, y busca distanciarse de narrativas que homogenizan la diversidad étnica-cultural y lingüística con definiciones coloniales y de fuerte carga peyorativa como “arte indígena”, “artesanía”, “folclor”, “cultura material” o “arte naíf”. Para sublevar la imposición de estas limitadas concepciones fue importante rememorar la expresión ñanta mañachi, “préstame el camino”, y despertar los significados profundos de una singular matriz filosófica kichwa a través de su lengua y expandirla a la esfera del arte. Esto, con la finalidad de profundizar y poner en valor las experiencias creativas, singulares y comunes de artistas de diversos pueblos kichwas y de distintas generaciones, principalmente de: Gustavo Toaquiza (Tigua, 1971), Angélica Alomoto (Andes-Amazonía, 1978), Freddy Guaillas (Saraguro, 1990) y Manai Kowii (Cotacachi-Otavalo, 1990).
La concepción ancestral de prestarse caminos entre seres, memorias y espiritualidades cobró valores metodológicos y epistemológicos. Se trata de pedir permiso a los ancestros para dar continuidad a su legado de resistencias y sublevaciones por el derecho a existir y por la autodeterminación, con la intención de restituir sus luchas en el campo de la creación artística. También significa compartir el camino para pensar e imaginar conjuntamente a partir de un ensamble e intercambio de experiencias y energías entre artistas kichwas y no kichwas. En consecuencia, al tomar prestado y compartir caminos, se abren horizontes alternativos para las generaciones que vienen y se genera sinergia entre los procesos creativos que fomentan diálogos y la recuperación de saberes para la creación de lenguajes y estéticas propias.
C&AL: En la actualidad, las políticas de identidad, la inclusividad y la diversidad se encuentran presentes en las discusiones dentro y fuera de la academia. Muy a menudo la mirada blanca proyecta sesgos sobre lo que significa ser un artista indígena en el Ecuador y tu proyecto rehúsa estas clasificaciones provenientes del discurso colonial. ¿Cómo se relaciona el proyecto con estas tendencias de los discursos académicos y que lugar tiene la decolonialidad en tu investigación?
YM: Más allá de un interés académico, la investigación busca aportar a los procesos de autogestión y de autorrepresentación del movimiento indígena en el campo específico del arte. El proyecto busca generar relaciones de cercanía, complicidad y sinergia entre artistas kichwas y no kichwas, y así consolidar un terreno fértil para el encuentro colectivo, el análisis y la articulación de propósitos e intereses comunes. La investigación y los procesos creativos se comprenden como acciones que van más allá de lo estético o lo textual. Se relacionan con las luchas aún vigentes y urgentes por crear las condiciones para enunciarse y situarse desde una matriz cultural e histórica kichwa.
Igualmente, el proyecto propone pensar el arte desde palabras-categorías kichwas como una estrategia poética-política para reconocer la diversidad de nacionalidades, lenguas y cosmovisiones que coexisten actualmente. Algunas de estas palabras-categorías son: ñanta mañachi, “préstame el camino”, sumakruray “saber hacer y hacer bien”, kikinkunawan, “con ustedes”, chukchir “recoger de lo ya cosechado”, purinkich, “caminante andariego”, vida mashkay, “buscar la vida”, ñawpa, “tiempo-espacio”, chituventana, “ritual de protección de los territorios”. Al restituir el significado de estas palabras e insertarlas dentro del campo del arte se busca un acercamiento a sabidurías, territorios, materialidades, corporeidades, memorias, representaciones, resistencias, ritualidades, y otras espiritualidades, con la finalidad de emanciparse de las definiciones o concepciones sobre el arte indígena provenientes del pensamiento colonial-occidental.
C&AL: El proyecto utiliza la idea de la constelación, inspirada en la forma del churo-espiral, para proponer un espacio de intercambio colectivo. De este ejercicio se derivaron varios temas, como lo ritual, el territorio, el género, y la desobediencia, todo esto visto desde una mirada indígena. ¿Podrías contarnos sobre esta metodología de intercambio y reciprocidad? ¿Y qué otros temas se trataron en las conversaciones?
YM: Como metodología de investigación participativa se propuso impulsar diálogos continuos que desembocaron en el Encuentro de Mutuo Aprendizaje-Nakuk Yachakuy, con una participación de 20 artistas de diversos pueblos kichwas y de tres generaciones distintas. Se recurrió a la sabiduría del churo-espiral de doble vía para crear colectivamente una Constelación-cartografía de experiencias de artistas de distintos pueblos kichwas, con la intención de mapear y situar estas experiencias en su respectivo tiempo y lugar desde inicios del siglo XX hasta la actualidad. La constelación permitió tejer una historia alternativa y crítica de los discursos oficiales e institucionales del arte, como un ejercicio lúdico de aproximación a las memorias tangibles e intangibles y así registrar las amplias trayectorias de los procesos autogestivos, creativos y de producción de conocimiento en las artes y de sus respectivos protagonistas.
Además, se reflexionó críticamente sobre las categorías culturales que sitúan a las prácticas artísticas y saberes de los pueblos y nacionalidades andinos como inferiores. Se examinaron las complejas condiciones históricas de racismo, discriminación y exclusión en un país colonizado y neocolonizado como Ecuador. Asimismo, se reconocieron las tensiones, fricciones y la fragilidad de los procesos de diálogos entre artistas que pertenecen a una etnia indígena y las instituciones culturales, artísticas y académicas. Finalmente se evidenciaron las diferencias entre los procesos creativos como, por ejemplo, los procesos sostenidos colectivamente por un interés común y las prácticas de creación individuales. Igualmente se pudo destacar el aumento de artistas kichwas formados académicamente y el protagonismo de artistas mujeres que impulsan procesos colectivos autogestionados.
Constelación: creación colectiva de una cartografía, 2022. Foto: Pablo Jijón
C&AL: La cosmovisión andina y la relación con los ancestros son elementos relevantes en las prácticas artísticas indígenas. Esta revisión del pasado cultiva la memoria para enunciarse en el presente y así ocupar espacio en el futuro. ¿Cómo ves las prácticas artísticas pertenecientes a la etnia kichwa en la actualidad y cuál es la proyección a futuro del concepto ñanta mañachi?
YM: Las prácticas creativas de artistas kichwas son diversas y heterogéneas, con múltiples búsquedas y exploraciones estéticas, poéticas y políticas. Se podría decir que se inscriben dentro de dos grandes líneas temáticas. Por un lado, “territorio e identidad étnica”, donde se visualizan y representan los desafíos actuales entre lo local y lo global; festividades y tradiciones, saberes culturales y naturaleza, migración, defensa del territorio, y crisis ecológica. Por otro lado, las prácticas artísticas que abordan “ritualidades y simbologías”, conexiones e interrelaciones entre diversos seres visibles e invisibles: saberes culturales mítico-mágicos, ritualidades ancestrales, cosmovisión y memoria colectiva de los pueblos kichwas.
Para los creadores kichwas, el arte se ha convertido en un espacio de agencia para procesos colectivos de autogestión, autorrepresentación y autodefinición, donde se entrelaza la memoria histórica con prácticas experimentales y participativas. Ñanta Mañachi-Préstame el camino enfatiza los procesos colectivos autogestionados y de mutuo aprendizaje donde se crean vínculos comunitarios desde un sentido de pertenencia étnico-territorial. También explora prácticas estéticas y rituales de conexión con una ecología de seres y saberes pertenecientes a una red integral de vida. De tal modo, Ñanta Mañachi se proyecta como un método pedagógico en las artes que promueve el diálogo e intercambio recíproco de saberes y conocimientos, valorando las diferencias desde la confianza, la afectividad y la cercanía.
Yauri Muenala es artista, docente y actualmente activador cultural de la Universidad Yachay Tech.
Esteban Pérez es un artista visual interesado en el revisionismo histórico y las estructuras asimétricas de poder. Las resoluciones de sus investigaciones toman forma de sonido, video, pinturas e instalación.