Feminista, antirracista, revolucionaria y decolonial, madre soltera, cantante y poeta, Francia Márquez representa los desafíos cotidianos de las mujeres racializadas en Colombia. En este perfil contamos su increíble trayectoria política y personal y elucidamos cómo su logro histórico puede cambiar Colombia y las artes en Latinoamérica.
Foto: Made In Chocó
El martes 1 de diciembre de 1981 en el municipio de Suárez, departamento colombiano del Cauca, nació Francia Elena Márquez Mina. Desde muy pequeña sus abuelos le inculcaron el amor por la tierra, hecho que fue despertando en ella una gran pasión por la defensa del territorio.
La Toma, una pequeña vereda ubicada en el norte del Cauca, que a pesar de tener muchos ríos a su alrededor no cuenta con agua potable. Y aunque en sus entrañas hay oro en abundancia, sus pobladores son de los más pobres del país. Este fue el pueblito que vio crecer a Francia Márquez, quien durante su niñez soñaba con ser cantante, bailarina, actriz y hasta antropóloga cultural, para entender sus raíces africanas y así asirse más a su cultura e identidad, aunque la vida la llevaría a navegar las aguas del derecho, las artes y las luchas.
“Nuestras abuelas nos enseñaron que el territorio es alegría y tristeza, que el territorio es la vida y la vida no tiene precio, que el territorio es la dignidad y esta no tiene precio”, esta es una de las consignas de vida de Francia Márquez. Por eso, no es raro que desde 1997 sea parte de la Organización Proceso de Comunidades Negras, desde donde se fortalecen organizaciones de comunidades afrocolombianas mediante acciones dirigidas a la defensa del territorio como espacio de vida, no solo en el norte del Cauca sino en toda Colombia.
Foto: Anderson Mosquera
Nuestras abuelas nos enseñaron que el territorio es alegría y tristeza, que el territorio es la vida y la vida no tiene precio, que el territorio es la dignidad y esta no tiene precio.
Márquez, se fue adentrando en los procesos sociales y poco a poco empezó a escribir su lucha en las páginas de la historia reciente de Colombia. Para algunos solo era una mujer negra empobrecida, criada por su madre junto a sus once hermanos, pero para otros representaba la esperanza, ya que era la voz capaz de organizar a decenas de mujeres para salir a reclamar sus derechos.
Hoy vicepresidenta electa de los colombianos y colombianas, abogada y especialista en Escritura Creativa, Márquez ha dedicado su vida a las luchas sociales colectivas. Feminista, antirracista, revolucionaria y decolonial, madre soltera, cantante y poeta, ella representa los desafíos cotidianos de las mujeres racializadas y de un grupo de personas a quienes ella llama “los nadies” que no son más que “los pobres de su país”, factor decisivo para la victoria del Pacto Histórico, que se convirtió en el primer partido de izquierda que llega al poder en esta nación, con más de once millones de votos, quedándose con el respaldo de los movimientos feministas, de jóvenes, sociales, contraculturales y disidentes, hecho que no hubieran podido lograr sin la presencia de Márquez en sus filas.
Cabe resaltar que la presencia de Francia Márquez en el poder colombiano estará desde dos frentes: por un lado, será la vicepresidenta de la república y desde ese cargo, podrá cumplir las “misiones o encargos especiales” que le asigne el presidente Gustavo Petro. El presidente también podrá designarla en “cualquier cargo de la rama ejecutiva”, según lo expuesto en el artículo 202 de la constitución política de Colombia. Por otro lado, estará dirigiendo el Ministerio de la Igualdad, cartera que según declaraciones del presidente electo estará centrada en tres aspectos fundamentales: 1. Lograr igualdad salarial entre el hombre y la mujer. 2. Reconocer el tiempo de trabajo en el hogar valido para la pensión 3. Ingreso vital: medio salario mínimo, a la madre cabeza de familia. También se espera que, con la presencia de Márquez en el poder público, se fortalezcan las conversaciones en torno a lo creativo, artístico y cultural, y se produzca ese diálogo “desde la raíz” que puede cruzar las fronteras geográficas y que conecta con diferentes actores del continente, acercando a los artistas y cultores colombianos con la diáspora africana.
Además, el hecho de que Márquez sea una ambientalista feminista significa que su influencia puede cambiar radicalmente el arte que se produce en Latinoamérica, dado que los derechos de la tierra y de la mujer son temáticas con las cuales los artistas trabajan a menudo en todo el continente americano. Por ejemplo, David Racero, recientemente elegido por el Pacto Histórico como presidente de la Cámara de Representantes, planteó proyectos de ley en julio que desarrollan los derechos menstruales y que regulan la posición militar de las personas transgénero.
Pareciera que Márquez es, en el tema de la representación, la continuación de la cantautora y ganadora de un Grammy Susana Baca, quien en 2011 asumió como ministra de cultura en el gobierno de Ollanta Humala en el Perú, y del ganador de tres Grammy, cantante y ex ministro de Brasil, Gilberto Gil. Si bien Francia no tiene este tipo de galardones en su haber, sí ha recibido un reconocimiento como Defensora del Año en el Premio Nacional a la defensa de los derechos humanos en Colombia del 2015 y el 23 de abril de 2018 obtuvo The Goldman Environmental Prize, conocido como “el nobel ambiental”, por su defensa del territorio y sus prácticas tradicionales y culturales contra la minería ilegal,. Y ese mismo año la cadena de noticias BBC News publicó The BBC’s 100 women of 2019, un listado en la cual se nombraban las 100 mujeres influyentes e inspiradoras de todo el mundo para el año siguiente y Francia Márquez fue una de ellas. Además, en 2019 ganó el premio Joan Alsina de Derechos Humanos, por su lucha permanente por la defensa del medio ambiente y de los derechos de la comunidad.
«Después de 214 años logramos un gobierno del pueblo, un gobierno popular. El gobierno de la gente, de las manos callosas, el gobierno de la gente de a pie, el gobierno de los nadies y las nadies de Colombia» es uno de los apartes de su primer discurso como vicepresidenta, el 19 de junio de 2022. Y también dejó claro que junto al presidente trabajará por “reconciliar la nación” y fue enfática en mencionar que este será el gobierno “de la paz y la unidad” basándose en los derechos de la madre tierra, la pacha mama o “la casa grande”.
Willher Pino Córdoba es un hombre negro de 30 años, sexodiverso y sensible al arte, de Quibdó, Chocó, Colombia. Líder y activista por los derechos de las Comunidades LGBTIQP+, integrante de la Fundación MAREIA, desde donde se ha formado en pensamientos y prácticas antirracistas y decoloniales afro-centradas, facilitador/tallerista de espacios de género y nuevas masculinidades y cogestor del hostal afro-cultural Casa Wontanara.
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